Un recuerdo y homenaje, ante la situación afrontada recientemente por el cantor bonaerense José Larralde, lamentablemente mal interpretada.
Lo vi por primera vez, en el viejo Hipódromo de Pehuajó, al fondo de la Avenida Rivera Indarte. Guitarra en mano, varonil y a paso firme, cruzaba entre el público, entonando: "Garzas viajeras novias leves del azul...
El talentoso cantor popular, José Larralde, fue noticia en los últimos días. Hoy tiene 84 años. Afirmó: "estar rascando el fondo de la olla", criolla expresión aplicable a distintas situaciones.
Algunos medios, o comunicadores "pavotes" como los tildó, le dieron una interpretación que nada tiene que ver con el sentimiento del convecino de Huanguelen.
Si bien hizo alusión al aspecto económico porque no ha podido trabajar a raíz de la pandemia, no faltó quien consideró que estaba pidiendo ayuda.
La aclaración se hizo necesaria: "Yo no necesito un subsidio, porque tengo dos brazos, tengo vergüenza y tengo dignidad”. Y ampliando, afirmó: “Mi hambre es mío, si yo tuviera hambre, si tuviera problemas, tengo mil oficios para hacer" y agradeció las expresiones de buena voluntad: "Quédense tranquilos, todos los amigos, quédense tranquilos. Muchas gracias. Y disculpen”.
Como siempre, el autor de "Herencia pa un hijo gaucho", directo, sencillito y sin alpargatas:
"Cuando el tiempo me llegue han de quedar el calor de mis coplas pa los demás.
Por eso, si abarco ancho es que hay. Me va a decir que está mal porque a usted no le gusta. A mi tampoco me gusta el frío y lo mesmo caen unas machasas heladas. Y me las aguanto.
Porque sé que sirven aunque, aunque yo tirite. Que pa qué sirven?. Muy fácil, pa saber lo lindo que es el calor. Si no existiera el no, el sí estaría de más.
Se ha inventao el pecao. Y pa qué sirve? Pa poder ubicar cuatro palabras que son “eso no se hace”.
F.Peyrelongue / chicofeo52@hotmail. com
PEHUAJÓ, agosto 2022
