Último adiós al Dr. Heriberto Gardes

Felix Peyre
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En julio del año pasado, tuvimos el inmenso placer de compartir en las páginas de Mirá, impresiones del Dr. Heriberto Gardes, cuya vida se apagó el pasado 29 de agosto, a los 92 años de edad. A modo de homenaje, recordamos algunas de sus sabias reflexiones:

*“Fui de la tercera camada del Colegio Nacional, en el año 1932. Iba con Raúlito Azcona, hijo de Pablo Azcona, el caudillo; éramos compañeros, los dos más chicos del grupo. Salí en el año 37 y me fui a Buenos Aires a estudiar a la Universidad de Buenos Aires”.

*”Recuerdo que teníamos que trabajar con cadáveres formolizados y después por un mes no comíamos carne. Había que tener un estómago bárbaro. Quedaban muchos en el camino.
Felizmente tuve buenos compañeros y amigos. Nos confiábamos mucho, además de la familia, que la veíamos poco. Veníamos una vez o dos al año”.

*“Me podría haber quedado en la carrera universitaria. Aquí tuve la suerte de haber conocido a aquel viejo conservador, profesor mío, el Dr. Houssay, que daba fisiología. Un tipo que conocía todo, y a todos personalmente. Una seriedad extraordinaria. Nos decía, si alguno de ustedes no es rico no les conviene agarrar esto, son puestos de hambre, en esa época Hussein ganaba 500 pesos, una maestra 200. Si no son ricos, les aconsejo que no agarren acá”.

*“Cuando me recibí, elegí pediatría y en el sorteo me tocó dar examen con Juan P. Garraham y con Florencio Escardó, que escribía con el seudónimo “piolín de macramé”… pero el examen ese, fue una conversación nomás… Escardó era un tipo sabio, fue el que propuso que los chicos tenían que estar internados con la mamá, porque cuando un chico estaba enfermo lo metían con otros 50 chicos y el pibe se sentía solo, desamparado, desorientado, como decían en el antiplano, en Perú, que el chico se siente seguro cuando está colgado de la espalda de la mamá”.

*”Yo, estuve prácticamente 60 años en cirugía. Cualquiera que me llamaba iba para atender una emergencia. Nunca pregunté ni quién era, ni como se llama, era un pedido de un colega que necesitaba un mano y lo tenía que atender, pero ahí terminaba mi función”.

*“Nunca me peleé con nadie. Los problemas que tuvimos los resolví en forma amistosa. Era fácil como estaban planteadas las cosas. Uno de los primeros consejos que me dio mi viejo, fue “tenes que dar crédito”, porque sino fuera por el crédito, en las épocas de crisis no sobrevivimos”.

*“En 60 años, nunca tuve una demanda por cobro de honorarios, cosa que ahora los muchachos se han puesto muy bravos. Antes uno tenía parámetros muy sencillos.
Un profesor nos enseñó, que cuando uno tiene un paciente en la cama, tiene que pensar que es su hermano, su madre, su esposa, su abuelo o su hija. Y piense, lo que voy a hacer, lo haría si fuera mi hermana, mi hija… le sacaría este órgano?...

*“Es difícil dar un consejo a los médicos jóvenes. Se ha perdido la relación médico-paciente y paciente-médico. Cuántas veces teníamos las valijas preparadas para irnos y había un paciente que nos necesitaba y nos quedábamos. Ahora, llega un fin de semana y dicen “vamos a hacer las cuatro cesáreas al hilo, liquidar el trabajo… Son otros tiempos”.

Querido Heriberto, gracias por todo. Descansa en paz.
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