Santa madre de Dios, hoy más que nunca, ruega por nosotros

Felix Peyre
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Allí está, solitaria pero feliz, en el acceso original a la ciudad de Pehuajó. Es nuestra Señora de Luján, la Santa Madre que nos cuida y nos ampara.


Llegaste en la memorable carreta "La Pehuajó", el 10 de noviembre de 1984, luego de recorrer caminos de tierra desde Luján a Pehuajó, haciendo realidad el sueño de Don Juan Morini, compartido por Italo Gomiero, Carlos Folgado, José Urdangarin y Hugo Gomiero.

El desafío no fue fácil. Toda dificultad o obstáculo fue superada por la entereza, la fe, el amor a lo nuestro, de los cinco perseverantes cultores de nuestra tradición.

El "Viva la Virgen" cuando bajó de la carreta al Monumento al Martín Fierro, se escuchó a los cuatro vientos. Una multitud la acompañó. 

 

El padre Carlos Mateos, que 12 años atrás había bendecido el Monumento, recepcionó la imagen y fue ubicada en el templo San Anselmo, hasta el día que se trasladó a la ermita construida en la entrada a la ciudad.

Y allí está dando la bienvenida a quienes ingresan a la ciudad y su bendición a quienes salen, como Santa Patrona de las rutas.

 

Allí está impecable, gracias al devoto convecino Rodolfo "Bocha" Ayello, que apenas construida la ermita se ocupa solidariamente de su atención y embellecimiento.

Allí está la Santísima Virgen y en este 8 de diciembre nos complace evocar su llegada un día de la tradición del año 1984 y su posterior entronización en ruta 5 y acceso a Pehuajó.

 

Santa Madre de Dios, hoy más que nunca, ruega por nosotros. Que brille el esplendor de la verdad. Que habite pureza y caridad en los corazones. Que no haya indiferencia ante las necesidades de nuestros semejantes.  Que a todos conmueva la soledad de los ancianos y la fragilidad de los niños. Que toda vida humana sea amada por nosotros.  Que la luz de la fe nos ilumine. Que no haya grietas ni desencuentros. Que el calor del amor anide en nuestro corazón. 


 

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