Material inédito: El pensamiento del Padre Vicario, a 100 años de su nacimiento

Felix Peyre
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Fue el regalo de un amigo. Hace 20 años, pidió que no se hiciera pública en aquel momento. El próximo 15 de agosto, se cumplen 12 años de su regreso a la Casa del Padre. Hoy, el amigo cumpliría cien años, atento a su requerimiento, asumo la decisión de difundir el encuentro y compartirlo. El accionar del Instituto Santa María de Guanaco, los propósitos de la promoción humana, el bien común, la comunidad, la fe, la muerte, el futuro, los desencuentros en Pehuajó y la importancia de la palabra de Dios.



"Todos estamos en manos de Dios"

Entrevistar periodísticamente a un amigo parece una tarea sencilla, fácil de concretar. Pero no siempre es así. Muchas veces el vínculo afectivo facilita eludirla. Durante mucho tiempo, intenté realizar una entrevista al padre Julio Vicario. Me unía una estrecha relación y cada vez que lo intentaba la negativa era espontánea.

Respetuoso de sus decisiones y de la rigidez de su carácter, resigné el deseo de filmar una entrevista. Cuando menos lo esperaba, un día me pregunta si aún persistía mi propósito. Dije que sí y ante mi sorpresa, aceptó. Pero con una condición: asegurar una iluminación que no afectara su visión, muy deteriorada por el avance de la maculopatía senil.

Y así fue, gracias a la desinteresada colaboración de camarógrafo y amigo Carlos A. Fazio. Al atardecer de Guanaco, en su ámbito de trabajo y reflexión el ansiado encuentro se hizo realidad. Concluida la entrevista, otra sorpresa mayor. Al agradecerle, me dijo que se sentía reconfortado de satisfacer el deseo de su amigo. “Es un regalo personal para vos. La filmación es tuya. No quiero que se difunda. Teóricamente, yo partiré antes que vos a la Casa del Señor. Cuando ello ocurra, la decisión es tuya”.

Pasaron 20 años. La filmación se conservó en un viejo VHS. Solo la vimos Carlos y yo. Estuvo bien guardada en el cajón de los recuerdos. Personalmente la vi -detenidamente- en dos o tres oportunidades. Ahora llegó el momento de hacer uso de mi decisión, simplemente para recordarlo y rendirle homenaje este 4 de agosto, cuando se cumple el centenario de su nacimiento. 

Y compartirla con los lectores de “mirá”. El padre Julio sintetiza la importante tarea de promoción humana desde el Instituto de Capacitación Rural “Santa María” de Guanaco y explica la diferencia entre asistencia y promoción humana.

Señala por qué eligió quedarse en Guanaco y desestimar una beca en el Vaticano. Habla de su labor como docente y sacerdote. Sostiene que “tarea docente es evangelizadora, enseñar, dar a los demás lo que uno tiene”.



Habla del bien común, la comunidad y el futuro. Explica por qué cuesta convivir sin desencuentros. Considera que la ausencia de comunidad es la raíz del egoísmo. Estima que siempre es posible replantear y redimir. Explica que es la fe y la confusión entre sentimientos y razonamientos.

Aporta precisiones sobre los desencuentros en Pehuajó, la conducta de la gente y las divisiones, cuando se quiere ser más que el otro. Afirma que los problemas siempre existieron y no es cierto que todo tiempo pasado fue mejor. Que la unidad solo se logra con actitud de servicio.

Remarca la importancia de la palabra de Dios y reafirma que “todos estamos en manos de Dios” y que “el hombre no muere, mueren etapas. La vida continua siempre”.

Como corolario de la entrevista, la celebración de sus 80 años con sus compañeros de la escuela secundaria. En síntesis, casi treinta minutos para disfrutar y reflexionar, que nos complace compartir con los seguidores de “mira”:






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