Este 26 de julio cumplen 57 años de matrimonio. Apenas se conocieron percibieron que la unión sería para toda la vida. Recuerdos de la niñez y la adolescencia. El casamiento y la actitud para mantener la armonía. Los años de convivencia fortalecen la unidad.
Encuentro pleno
de nostalgias, recuerdos placenteros y experiencias de vida compartidas, con
Elida Esther Romero Trapes (87) y Abel Bernabé Buffarini (83), quienes unieron
sus destinos hace 57 años en su Juan José Paso natal. En vísperas de las bodas
de azaleas, se renueva el compromiso de convivencia y al mirar el camino
recorrido surgen espontáneamente sentimientos que ratifican principios y
convicciones.
Al evocar la
niñez, Elida la califica como “inolvidable y hermosa” y al requerirle detalles,
afirma: “Tenía hermosos juguetes que recuerdo y jugaba con mi hermana gemela
Noemí. Cuando cumplí 8 años, mi padre me regaló un caballo que nombre
"Doradillo". Jugaba mucho con chicos de mi edad, quienes nos
visitaban con sus familias, porque en esa época se estilaba las visitas
familiares. Recuerdo haber ido a la escuela primaria donde mi mejor amiga era
Ester Ana Subotovsky. Me gustaba ir a la escuela”.
Coincidentemente,
Abel sostiene que su infancia fue “inmensamente feliz e inolvidable” y
enseguida añade: “La recuerdo junto a mi familia, mis padres Luis Buffarini y
Julia Busnelli, y mi hermano Raúl Buffarini. Era una familia alegre, donde me
gustaba vivir el día a día, charlas mediante, mayormente con mi madre. Con mi
hermano mantuvimos una relación maravillosa, jugábamos en la plaza de juegos
que estaba frente a nuestra casa, y allí nos reuníamos con nuestros amigos.
Eran tardes y momentos inolvidables. El colegio primario fue otro de los
lugares donde recuerdo mi infancia, donde mi mejor amigo fue Angel Lamón. Con
él y nuestros amigos de esa época jugábamos a la payana, al futbol uno de mis
deportes favoritos”.
LOS SANOS AÑOS
DE LA ADOLESCENCIA
Ambos conservan
recuerdos inolvidables de los años juveniles. Dice Elida “Disfruté mucho mi
adolescencia. Aprendí todo lo que pude, todo lo que se enseñaba en el pueblo,
que duraba muy poco tiempo porque los profesores no podían hacerlo
continuamente. Nos reuníamos los amigos en casas de familia, tomábamos
chocolate, charlábamos, reuniones sanas”.
Para Abel la
“adolescencia fue, en lo afectivo y en mi sentir, una continuación de mi niñez”
y al aportar detalles, añade: “En ese entonces comencé a practicar dos deportes
que fueron muy importantes en mi vida: básquet y fútbol. Con el primero me
inicié en el Club Instituto y a los pocos meses, cuando esta práctica comenzó a
desarrollarse en el Club Progreso, me pasé a este último. Allí jugué hasta los
25 años aproximadamente. Jugábamos torneos regionales, de la liga de Pehuajó,
siendo nuestro mayor rival Club Olimpo de Francisco Madero; encuentros
deportivos donde nacieron amistades con quienes me reencontré cuando fui a
vivir a esa localidad como gerente del banco Edificador. También jugábamos con
los clubes Argentino, Barrio Alegre, Ferro de Trenque Lauquen.
Y jugué al
fútbol en el Club Progreso, allí di mis primeros pasos, interviniendo en los
torneos regionales de Liga, compitiendo con los equipos de la zona. Ambos
deportes los practicaba simultáneamente, aunque en verano la práctica mayor era
en básquet siendo en invierno la de fútbol”.
LOS ENCUENTROS
EN LA ESTACIÓN DEL FERROCARRIL
Abel aclara que
“En aquel entonces mucha gente vivía como si nuestro pueblo estuviese dividido
por las vías del ferrocarril, pero eso no era lo que yo vivía. Para mí Juan
José Paso era uno solo y mis amigos y mis actividades las tenía en ambos lados.
Practicábamos mucho deporte, nos reuníamos en la Estación del Ferrocarril.
También hacíamos obras de teatro, tuvimos varios directores, obras en las que
fui actor, la primera que viene a mi memoria fue Liceo de Señoritas, dirigida
por Juan Alemani”.
EL NOVIAZGO Y
EL CASAMIENTO
No eran tiempos
de dudas ni titubeos. Los sentimientos eran contundentes. “Desde que nos
pusimos de novios supimos que sería para siempre, por el amor que sentimos”,
afirma Abel y acota que la relación comenzó cuando regresó del servicio
militar, “relación que duró cuatro años, tiempo que hubiese sido menor si no
hubiésemos querido terminar nuestra casa antes. Luego, nos casamos un 26 de
julio del año 1964”.
Y aquel 26 de
julio de hace 57 años tuvo sus matices y particularidades. Con sonrisas a flor
de labios, reviven la jornada: “El día de nuestro casamiento fue domingo, un
día hermoso. Por la mañana fue la ceremonia civil. Recuerdo que, por la tarde,
a las 15 horas, fuimos al partido de fútbol, jugaba Progreso con Deportivo. Nos
acompañó mi cuñada. Y la ceremonia religiosa se realizó por la noche donde nos
acompañaron nuestras familias y amigos. ¡Fue una fiesta!”
AMOR, TOLERANCIA
Y COMPRENSIÓN
No es fácil sobrellevar tantos años de convivencia. Acaso existe una clave o un secreto para mantener la armonía matrimonial. “Vivimos con mucho amor, tolerancia y comprensión”, sostiene ella. “Lo vivimos con mucho amor, muy bien, de no haber sido así no estaríamos juntos. Tantos años juntos genera en la pareja una unión fuerte, de contención al otro en los momentos no tan buenos”, rubrica él.
Y no existen
claves ni secretos, solo perseverar con actitudes y principios concebidos
apenas se conocieron en el añorado Juan José Paso. “No hay clave. amor, amor y
mucho cariño”, dice Elida y Abel agrega: “Mucha tolerancia, amor, respeto.
Saber respetar los tiempos del otro”.
De pronto
huelgan las palabras y acotaciones. El mensaje es claro y reconforta el alma.
En tantos años compartidos, hay momentos que han quedado grabados en sus
corazones, pero los dos coinciden en uno: “El día que nacieron nuestros hijos”
apunta Elida y Abel ratifica: “El nacimiento de nuestros hijos. Porque son lo
más importantes de mi vida”.
Final del placentero encuentro. Al requerirle un balance de la experiencia matrimonial, ella manifiesta: “Muy satisfecha, muy positivo” y él remarca “Es muy positivo. La vida conyugal ha sido pródiga conmigo. Elida fue y sigue siendo una gran compañera”.
Y por último,
pedimos una sugerencia, un consejo, apto para las nuevas generaciones, en
tiempos donde convivir no es para nada fácil. “No hay fórmula, depende de cada
pareja. Pero no puede faltar el compañerismo y el respeto”, considera Elida,
mientras que Abel aconseja: “Tolerancia, respeto y no ser impulsivos. Los
impulsos llevan a terminar relaciones que quizá no estén terminadas”.
Está todo
dicho. ¿Qué más se puede añadir?… solamente decirles gracias por el tiempo
dispensado, pero principalmente gracias por las vivencias transmitidas,
reconfortantes, embriagadas de buenos sentimientos. Seguramente, el mensaje que
transmiten Elida y Abel, calará hondo en muchos corazones, en este tiempo de
tantas limitaciones provocadas por una inesperada pandemia, donde prevalecen
indecisiones e incertidumbres.
¡Gracias Elida y Abel!. Dios bendiga vuestra vida.
PASIÓN POR BAILAR
Complace
destacar esta práctica y la constancia de mantenerla vigente. Bien cierto es no todas las parejas tienen la
suerte de acompañarse en una actividad tan enriquecedora como es la danza.
Elida y Abel hasta se dieron el gusto de participar en alguna competencia tanguera
y ser distinguidos con un premio.
ADMIRABLE MATRIMONIO Y SOLIDA PAREJA
Noemi Romero Trapes (hermana gemela de Elida)
Lucrecia Buffarini (hija)
ACCIONES LABORALES Y COMUNITARIAS
Cuando finalizó el colegio primario, fue convocada para formar parte de la Comisión Cooperadora de la Escuela nro. 16, siendo designada Secretaria de Actas. También integró comisiones de la Parroquia, Escuela nro. 8, Club Progreso, Jardín de Infantes, Centro Agrario e Instituto Privado de Juan José Paso.
Además, en Francisco Madero integró la comisión del Colegio Secundario y en Pehuajó fue miembro del Rotary Club e integrante de la comisión del Sagrado Corazón de Jesús. A partir de 1977, se dedica a las actividades agropecuarias.
-Por su parte Abel Buffarini, se desempeñó como Gerente de la Sucursal Pehuajó del Banco Edificador de Trenque Lauquen, razón por la cual se radicó en nuestro medio. Llegó a Pehuajó con ganas de hacer su trabajo con profesionalismo y sintió la necesidad de hacer algo más. Por ello, dando respuesta a una invitación, se integró a Rotary Club Pehuajó, donde además de integrar la comisión directiva, ejerció la presidencia durante dos períodos.
En dicha entidad. Impulsó Rotaract Pehuajó, apéndice de Rotary Internacional, formado por jóvenes de ambos sexos hasta 18 años, dedicado al desarrollo de actividades comunitarias que mejoren el bienestar del sector que se elija trabajar. Asimismo, dedicado al desarrollo personal de los jóvenes, habiéndose efectuado intercambios de jóvenes con Estados Unidos.