“Cuidar y tener siempre los valores y principios que me enseñaron en casa"

Felix Peyre
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Desde niño miraba el accionar de los bomberos, por simple curiosidad. Escuchar la sirena un buen día lo impactó y la vocación despertó. El cultivo de los valores inculcados en el hogar dio sus frutos. Recuerdos, reflexiones y un entorno afectivo muy especial.


 

Hace 12 años, escuchar la sirena bomberil y observar las rápidas salidas, le causaba una sensación muy especial. El interés por conocer a fondo las tareas del bombero voluntario motivó la necesidad de informarse detalladamente. Las experiencias transmitidas por el entonces bombero Lionel “Rulo” Cesaretti, despertaron la vocación y al poco tiempo decidió ser bombero voluntario e inició el curso de capacitación para poder ingresar.

 

UNA SIRENA, UNAS CORRIDAS Y UNA DECISIÓN

Jesús Daniel Cribelly (36), ex alumno del Colegio Nacional, trabajador metalúrgico, rememora aquellas sensaciones y la decisión tomada. “Podría decir que de chico frecuente con mis viejos los bailes que se organizaban en la vereda del cuartel. Los miraba desde mi casa cuando se colgaban del tanque del hospital o cuando prendían fuego un tanque con aceite al lado de La Salada, pero en realidad era muy chico y ni por asomo se me cruzaba ser bombero. Alguna vez seguí un autobomba, pero solo era el típico curioso".

Pero tiempo después la actitud fue otra. "A principios del año 2009, estaba trabajando de pintor en una obra a la vuelta del cuartel. Escuchaba la sirena todos los días y veía que un electricista salía corriendo cada vez que el fierro sonaba... Ahí despertó una intriga en mí, sobre toda esa situación. Comenzaron las preguntas a Rulo, hoy ex bombero, y a los pocos meses, ese mismo año, estaba haciendo el curso de ingreso".

Al recordar el momento de la incorporación, manifiesta: “El día de la incorporación fue muy emocionante. Nervios, ansiedad, saber que ahora cuando sonaba la sirena me tocaba correr a mi" y con referencia al primer servicio, acota: “Mi primer servicio fue un calefactor en una casa, aproximadamente a las 7:30 horas, en calle Del Campo al 900. Me acuerdo como si fuera hoy y con doble fortuna. Casi no se trabajó porque al llegar estaba solucionado y me salvé del clásico "bautismo" que muchas veces suele ser muy barroso, depende quien te agarre...jajaja"

 

UN INCENDIO QUE DEJÓ MARCAS

 

Como en todos los ámbitos de la vida, se suscitan situaciones inesperadas que no se pueden olvidar. Jesús echa una mirada a distintas intervenciones como bombero voluntario y hay una que perdura en sus retinas. “El servicio que me quedó grabado en lo que llevo de bombero fue el incendio del galpón de Ilari, ubicado en ese momento en calle Gorostiaga, al cual yo pertenecía. La magnitud del siniestro, el ver que se derrumbaba y quemaba todo fue muy duro, mi cabeza de a ratos pensaba como bombero y como empleado. Fue una sensación muy rara, mucha incertidumbre y dolor".

Salvar una vida, una propiedad, o comprobar el resultado positivo de un servicio, es de fundamental importancia para el bombero. “El sentir salvar un bien material o una vida es algo gratificante. Cuando nos llaman no sabemos con qué nos vamos a encontrar, pero siempre ponemos lo mejor de todos para que las cosas salgan bien. Nuestras capacitaciones y prácticas son fundamentales para poder hacer un buen trabajo", sostiene Jesús.

El estridente llamado de sirena moviliza de inmediato. “Escuchar sonar el fierro es una inyección de adrenalina, se me pone la piel de gallina, aunque sabemos que detrás de ese sonido gigante muchas veces puede haber una fatalidad o un desastre, pero en fin, la sirena es emocionante".

 

SIN LA FAMILIA NO SERÍA POSIBLE

Sus afectos siempre están. Tías, sobrinos, hijos, madre y padre. En la última secuencia, recuerdo de los tiempos de maratonista, actividad que frenó por la pandemia, pero que piensa reanudar.

 

 Y como siempre sostenemos en esta actividad solidaria, que no reconoce horarios, el rol y el apoyo del entorno familiar es prioritario. "Casi sería una frase hecha -afirma Cribelly- pero hay que repetirlo hasta el cansancio, sin el apoyo de la familia esto no sería posible. Son el pilar fundamental para un bombero, incluyendo muchas veces también amigos, conocidos o hasta un vecino".

Al cierre del encuentro, entre recuerdos y emociones, le pedimos a Jesús un mensaje para quienes, eventualmente tengan deseos de ser bombero y de pronto no se animen. "Que pasen por el Cuartel. Que pregunte, evacuen dudas. Que charlen con cualquiera de nosotros, los activos. Quizás muchas veces falta un empujoncito, siempre se necesitan bomberos y hoy en día cuesta mucho conseguir gente".

Sirvan de estímulo estas reflexiones y las vivencias comentadas, tanto por Cribelly como por muchos bomberos más que dan vida a esta sección. No es fácil la decisión, cuesta e implica un firme compromiso. Servir a nuestros semejantes, siempre es una buena inversión para alimentar el alma y fortalecer la convivencia. Jesús, a través de su experiencia, da fe de ello.

 

PING PONG


- ¿Un recuerdo?: "Mi linda infancia en el barrio".

- ¿Un deseo?: "Que mis hijos sean felices".

- ¿Una ingratitud?: "No recuerdo".

- ¿Una gratitud?: "El amor de mi familia".

- ¿Un amigo?: "Bartolo, mi perro".

- ¿Un rencor?: "No tengo".

- ¿Un amor?: "River Plate".

- ¿Una esperanza?: "Paz y salud en el mundo".

- ¿Dios?: "En quien creo".

- ¿Un ídolo?: "Marcelo Gallardo".

- ¿Pehuajó?: "Mi lugar en el mundo".

- ¿Bomberos voluntarios?: "Una buena decisión en mi vida".

- ¿Jesús Cribelly?: "Simple, conservador, cuidadoso de tener siempre los valores y principios que me enseñaron en casa".

 

“La llevo en mi corazón”

Los afectos ocupan un lugar preferencial en la vida de Jesús Cribelly. Durante la entrevista surgió el recuerdo de un ser muy especial, que ya no está entre nosotros, pero están intactos sus consejos y enseñanzas, que permitieron superar distintas instancias en su vida. La abuela Carmen Cuello, que vive y late en el corazón del joven bombero.

“Mi abuela Carmen fue la persona que casi me crio. Hoy no la tengo, pero fue muy, muy importante para mí. La tuve hasta de grande, falleció hace 4 años. Viví siempre con ella, desde que nací hasta que se fue. La llevo en mi corazón”.

Con natural emoción y nostalgia, agrega: “Como bombero, no me pudo disfrutar a raíz de su enfermedad, pero se ponía muy contenta cuando le decía que me iba para el Cuartel”.

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