Museo del Cine: orgullo de Pehuajó

Felix Peyre
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El centro cultural ya está en marcha. Una obra fruto del esfuerzo y la pasión de un pehuajense. Detalles e impresiones de su contenido. Estimula la recordación de tiempos idos y enriquece la cultura de la ciudad.

 

Y el sueño de Héctor Oscar Tallarico se hizo realidad. Ajustado a las exigencias protocolares impuestas por el estado de pandemia, el Museo del Cine abrió sus puertas. Luego de mucho tiempo de trabajos previos, primero con el traslado de elementos, luego con la construcción del edificio y finalmente con la instalación del museo.

Ingresar al edificio de calle Domínguez 338 implica sumergirse en un atrapante mundo de emociones y sensaciones entremezcladas, tanto por quienes aman el cine como por aquellos que descubren un mundo desconocido.

Observar la variedad de proyectores, de todas las épocas y características, la asombrosa cantidad de rollos de películas, nacionales y extranjeras, y diversidad de elementos vinculados al séptimo arte, hace que los ojos resulten insuficientes al tiempo que las preguntas surgen espontáneamente y la nostalgia embargue los sentimientos, particularmente de aquellos visitantes que pintan canas en su cabellera.


Ver funcionar un antiguo proyector del año 1929 y observar en diminuta pantalla una película de Carlitos Chaplin, causa una fascinación muy especial, como observar en detalle los imponentes equipos de históricos cine de la calle Lavalle, la de los cine capitalinos. Asimismo, contemplar afiches de exitosos filmes de todos los tiempos y los rollos de innumerables películas debidamente identificados.

Similares reacciones se producen al observar máquinas idénticas a las utilizadas en Pehuajó por los cines Zurro, Español y Cinecito, dado que no pudo obtener las originales, cines donde Oscar, desde muy joven, pasó muchas horas en las cabinas para profundizar conocimientos.

Curiosidad y admiración suscitan diversos elementos sonoros de distintas épocas y entre tantos otros uno que no tiene nada que ver con el cine pero que cala hondo en el sentimiento pehuajense. El histórico reproductor a cinta que utilizaba LT22 Radio Nueva Era en sus inicios.


 

Lo expuesto es apenas una ajustada referencia del acervo cultural que contiene el flamante Museo del Cine de Pehuajó. El rostro y los gestos de Oscar Tallarico, el impulsor, el hacedor de este museo único en al país, exteriorizan su satisfacción y el enorme placer que siente al ver hecho realidad el sueño que acunó durante toda la vida y que ahora, jubilado y nuevamente radicado en el pago que lo vio nacer, lo pone a disposición de la comunidad y enriquece la cultura lugareña.

Oscar muestra con inocultable emoción el trozo de película de 35 milímetros que un día encontró sobre una vereda, en calle Echeverría, cuando iba a la Escuela Normal, hallazgo que despertó su atracción por el mundo del cine y generó una pasión que cultivó y proyectó en forma permanente y que ahora concluyó con la instalación del museo, obra que tuvo la adhesión de muchos, pero fundamentalmente es el fruto del esfuerzo personal. No pidió nada a nadie, invirtió mucho tiempo y mucho dinero. Ahora esa pasión que comenzó cuando tenía 11 años se ha renovado, con otros matices pero con el mismo impulso.


 

Los días de Tallarico cambian notoriamente. Llegó la hora de exhibir la siembra. Pensar que un día se fue de Pehuajó con una maquina a manivela y un puñado de películas, y cuarenta años después regresó con 60 toneladas de equipos y fílmicos.

Al retirarnos del flamante museo una mención muy especial para el convecino Carlos Méndez, talentoso técnico de cine, con quien comparte horas y la alegría de este logro. A propósito una maquinita a manivela que hace años le dio Carlos hoy ocupa un lugar de privilegio en el museo.


 

"Gracias por enriquecer la cultura pehuajense y gracias por revivir tiempos idos", hicimos constar en el libro de visitas. Los proyectos son muchos, el museo abre un amplísimo campo de acción. Numerosas actividades se concretarán cuando se recupere la normalidad y el aislamiento y la pandemia sean un recuerdo.

Por el momento, visitarlo es una atrayente alternativa para tener en cuenta. Allí late la historia de nuestro cine. Hay 54 proyectores de 35 mm, más de un centenar de proyectores y filmadoras de 70, 16, 9,5, 8 y super 8 mm; más de 1000 afiches, banners y fotos de las películas de todo el mundo; 2000 largometrajes en 16 y 35 mm; empalmadoras, editoras, cabezales de sonido, cientos de repuestos, decenas de lentes de todo tipo y hasta un archivo de noticieros y programas de televisión de las décadas del 50, 60, 70 y principios del 80.

Todo está en nuestro Pehuajó. Allí en calle Domínguez 338, entre Andrade y Lafinur. Puede visitarse todos los días de 9 a 13 y de 18 a 21 horas. El Museo del Cine, un motivo de orgullo para Pehuajó.


 

 

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