Un rayo de luz sobre la parroquia de Henderson, justo en el momento que la comunidad reunida frente al templo imploraba la protección de la Santa Patrona, Santa Teresita del Niño Jesús.
La vecina comunidad de Henderson celebró el pasado jueves su fiesta patronal en honor a Santa Teresita del Niño Jesús. Respetando los protocolos de prevención ante la pandemia que nos afecta se ofició la santa misa frente al templo parroquial.
En un momento de la misa, uno de los asistentes captó un rayo de luz sobre el templo. El portal periodístico “Infohenderson” difundió la fotografía de ese particular momento, para algunos un reflejo de luz de la cámara fotográfica, para otros -la mayoría- una señal muy especial y puntual, cuando los creyentes exteriozaban su fe en el mencionado oficio religioso.
“Infohenderson” al difundir la secuencia gráfica, expresó: “Una imagen única, en un momento muy especial para todos, donde la fe nos demuestra con señales, seas de la religión que seas, que no hay que perder la esperanza a pesar de todo lo que se vive en el planeta”.
Y así lo interpretaron quienes advirtieron el hecho a través del medio periodístico y seguramente muchos de los vecinos allí presentes. En este domingo, rescatamos el hecho para sumarlo a los caminos de fe que en forma permanente cultivamos desde “mirá”.
Dios siempre está presente. Siempre nos habla. En las buenas y en las malas. Bien se dice que es una gracia de Dios iniciar un nuevo día, respirar en este instante. Él sale al encuentro en cada recodo del camino por el cual peregrinamos.
-El amor todo lo puede: las cosas más imposibles no le parecen difíciles. Jesús no mira tanto la grandeza de las obras, ni siquiera su dificultad, sino el amor con que tales obras se hacen...
-"Comprendí que sin el amor, todas las obras son nada, aun las más brillantes".
-"El amor a nuestro prójimo consiste en tres cosas: desear el mayor bien a todos, hacer lo bueno que podamos, cuando podamos y soportar y perdonar las faltas ajenas".
-”Así como el sol alumbra a los cedros y al mismo tiempo a cada florecilla en particular, como si sola ella existiese en la tierra, del mismo modo se ocupa nuestro Señor particularmente de cada alma, como si no hubiera otras”.
