“Me siento un privilegiado de la vida”

Felix Peyre
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Es pehuajense. Vive en Mar del Plata y forma parte del histórico conjunto folclórico Los Caminantes, cuyo accionar incentivó en un momento muy especial. Impresiones de una experiencia de vida que emociona y fortalece valores familiares de profunda raigambre.




Matías Ezequiel Córdoba (30), pehuajense, ex alumnos del Colegio San José y del Colegio Nacional. Estudió medicina en la Universidad Nacional del Sur y luego se radicó en Mar del Plata y se especializó en cardiología. Un día, observa en una peña de ciudad balnearia una promoción del Pre Baradero. Espontáneamente, mensajea a su padre Alberto y le propone participar en el evento. La repuesta fue positiva y llegó en un momento especial, porque Los Caminantes, hecho dúo, estaban prácticamente inactivos.

El sí de su padre llenó de satisfacción a Matías. Latía en su interior un deseo muy especial y además tener la posibilidad de compartir con tu padre, cualquiera sea la actividad, siempre es motivo de íntimo regocijo y placer.

De inmediato se puso en marcha el operativo pensando en la preselección de “Mardel” para el Baradero 2020. Los ensayos comenzaron de una manera muy particular y curiosa, vía whatsaap. Envíos y reenvíos entre Pehuajó y Mar del Plata fueron modelando la presentación de los “renovados” Caminantes, en la subsede Marplatense del festival de Baradero.

Y sobre el final de noviembre se expuso el desafío. Ángel Agudo, Alberto y Matías Córdoba, revivieron Los Caminantes con más ímpetu que nunca. Y fueron seleccionados para Baradero 2020, junto a otros participantes en la subsede Mar del Plata. Euforia total, bañada con lágrimas de placer compartido que no es fácil explicar con palabras.

DERRAME DE EMOCIONES Y SENTIMIENTOS

La sugerencia de Matías fue un acierto. ¿Qué sintió el corazón del joven cardiólogo?:“Una emoción inmensa. Creo que si hubiera estado solo, no hubiese sido algo semejante. Lo más importante lo brindó el contexto. Ver a mi vieja soltar las lágrimas, a mi novia también, mi viejo y el Nacha al borde. Era la dicotomía entre las ganas de quedarme abrazado festejando con ellos a tener que ir a buscar el certificado”.

Y con inocultable emoción añade: “Ya lo he dicho, para mí vienen mi viejo, Carnota y después los demás. Nadie me ha influido tanto. Compartir ese momento con él fue algo indescriptible”.

UNA FAMILIA ENTRE BOMBO Y GUITARRA
Matías se acunó con rasguidos de guitarra y creció en un ambiente familiar donde el folclore cala hondo. “Creo que mi inclinación al folclore la tuve de toda la vida. De chico escuchaba lo que mis viejos escuchaban, sin ser yo el que ponía folclore. Si se puede decir, una escucha pasiva. Más tarde, en mi adolescencia comencé a tocar la guitarra a través de la trova cubana y de a poco me fui metiendo en el folclore joven, sobre todo, con artistas como Raly Barrionuevo allá por sus inicios. Y ya después en la Universidad, guitarra en mano, era cuestión de rememorar todo eso que fui oyendo de chico.

Era increíble recordar cosas que pensaba que no sabía; oír una melodía de una canción de los Huanca Hua, retrotraerme a los 5 años y darme cuenta que la sabía de principio a fin. Y de ahí en adelante un camino de ida, un melómano en cuanto a lo que folclore respecte”.

LOS CAMINANTES, SU PADRE Y UN AFECTO MUY ESPECIAL

“Desde adentro” su aporte a Los Caminantes es breve. “Tuve alguna participación -recuerda- a los "veintitantos", acompañando. Después siempre fue desde fuera, desde seguirlos a todas partes a través de mi viejo. Eso es lo que también hace única esta ocasión. En si, ésta es mi primera vez con Los Caminantes, podría decirse.

Hemos tenido algún que otro acercamiento con mi viejo a algún certamen, sobre todo callejeros en Casquín, pero sin nada concreto. Actualmente estoy viviendo en Mar del Pata y en una de tantas peñas vi un cartel del Pre Baradero y le mandé un mensaje a mi viejo si se animaba a que nos presentáramos y se terminó volviendo algo real. De una propuesta tirada al aire, a pasar a estar arriba del escenario compitiendo”.

Ese cartel y el mensaje de whatsaap serán inolvidables para Matías. Así como la vigencia o no de “Los Caminantes”. A propósito nos comenta: “Los Caminantes es un grupo con una trayectoria que precede a mi viejo, inclusive. Las formaciones por las que ha pasado son muchísimas. En fin, a lo que voy es que en algún cumpleaños, fiesta o reunión que lo permita, siempre hay una guitarra de por medio y ahí están Los Caminantes. Muchos de ellos son parte de la familia y siempre van a estar presentes. Ángel (Nacha para la familia), que hoy forma parte, es como un tío para mí; Juan Manuel Pereyra, otro de los integrantes es mi compadre y un hermano. Como dice el dicho, la sangre hace parientes y la amistad familia”.

Luego de revivir momentos en familia durante la reciente celebración findeañera, y seguramente recordar a los abuelos que comparten desde el cielo la grata experiencia, Matías retornó a sus tareas profesionales en el Hospital Interzonal de Mar del Plata donde además es Jefe de Residentes, pensando en los espacios de relax en el venidero Baradero 2020, en la importancia de cultivar una expresión artística que ayuda a desenchufarse y desestresarse de los avatares de una profesión, “aunque –sostiene el Dr. Córdoba- yo creo que es un estilo de vida también. Yo no lo considero un hobby, ya que no puedo vivir sin la música. Me quita el estrés porque es lo que más me gusta hacer, pero aun así no lo guardo solo para esos momentos, sino que está presente a lo largo de todos mis días”.

Además de su familia y amigos, la experiencia motivó sorpresa en su ámbito de trabajo. “Mis colegas, muchos sorprendidos porque desconocían que me dedicaba a la música también, y los que lo hacían, desconocían que me iba a presentar con mi viejo. Respecto a mis amigos, muchos me los dio la música, así que tan contentos como yo. No faltó ocasión para festejar. Y respecto a mi familia es algo muy particular, ya que somos eso los que estamos arriba del escenario, familia, y de ahí la emoción de la parte de la familia que está aplaudiendo abajo y la sufre y disfruta tanto como uno”.

Al final de la entrevista una breve referencia al futuro que se afirma en el deseo de consolidar “La Temblorosa”. “Es el proyecto personal que tengo con amigos acá en Mar del Plata, que me mantiene en contacto permanente con la música, con ganas de componer, de crear y disfrutando tanto con gente que vibra en la misma sintonía que uno”.

El tiempo y las circunstancias dirán. El objetivo es claro y el convencimiento de Matías es contundente, seguir aferrado al sentimiento de familia y apoyar al “admirado viejo”, experimentado caminante del canto popular. “No tengo referente más grande que él. Tener tocando a mi lado a quien seguí de toda la vida y ganar un certamen, me siento un privilegiado de la vida”.

Cualquiera sea el resultado en Baradero, el premio espiritual logrado por “Los Caminantes” y el placer concebido en la familia Córdoba, tiene un valor que supera todo y está por encima de trofeos.

LA EMOCIÓN DE ALBERTO CÓRDOBA
El pasaporte a Baradero 2020 en manos de Los Caminantes
Desde adolescente fue convocado a integrar Los Caminantes. No claudicó jamás. Ahora vive una etapa de fuertes connotaciones que trascienden lo artístico. Como siempre con voz pausada y con contagiante emoción en su rostro y en los gestos, sostiene que la experiencia del Pre Baradero “es un recuerdo inolvidable”.
Y remarca, “Haber cantado con mi hijo, una enorme alegría para la familia y el grupo”.

PREMIO AL AMOR Y AL RESPETO
Rosana Beatriz Martínez, mamá de Matías, comparte con sentidas palabras el feliz momento. "Tuve que elegir entre la música y una familia, para Alberto eran vidas incompatibles. No fue tan así. Su siembra reverdece hoy en Mati, un apasionado de la guitarra, admirador de Carnota y su “pá”.

“El Flaco y su entusiasmo, no aceptaron un NO como respuesta y ahí estaban los tres en ese escenario compitiendo. Durante más de treinta años esperé el veredicto de un jurado al lado del papá y ahora que también esté nuestro hijo, es un momento hermoso. El resultado corrobora que es el camino correcto, premia el amor y respeto por lo que hacen”.

Por último, Rosana agrega: “Alberto, Ángel y Mati llevaron el nombre de Los Caminantes a una prueba más y la superaron con halagos. Los tres son hijos de Pehuajó, me encantaría no tener el sabor amargo de que nadie es profeta en su tierra. Lo compensa saber que la música es libre y todo lo traspasa, que Alberto la sostuvo en el tiempo y Mati la prolonga y propaga”.

EL MEJOR PREMIO YA LO GANARON
Antonela Casoli, es marplatense, novia de Matías y amante del folklore. “Yo tuve la suerte de encontrarme a Mati en Mar del Plata, y juntos explorar el camino del folclore marplatense, yo corría con la ventaja de estar desde hace más tiempo, asi que le allane un poco el camino” exclama sonriente y añade:

“Pero lo llevé para el lado del baile, que como dice mi abuela, tiene una gran impronta para bailar. Pero más allá de eso él siempre soñó con armar su grupo de folclore acá, ya que fue lo que mamó desde chico. Siempre añoraba esas guitarreadas pehuajenses en familia con amigos, me hablaba de Los Caminantes y hasta escuchábamos sus grabaciones, hablando siempre con un orgullo inmenso de su historia, de su familia, de cómo corre el folclore en su sangre y su canto”.

Más tarde a través de un viaje con amigos a Santiago del Estero, a la Fiesta de la Abuela de los Carabajal, empieza a soñarse armar un grupo de folclore. Ya su cara se le iluminaba diferente... hasta que se concretó y nació La Temblorosa, su grupo de folclore”.


Y Anto lo define: “Persona inquieta, si lo es Mati, que siempre busca más, crecer, plasmar sus sueños. Viene un día y me dice “me anoté con mi viejo en el Pre Baradero”. El alma desbordaba de la emoción. Era no solo su primera participación en un concurso vocal, sino que además lo hacía de la mano de su papá, fiel compañero, gran impulsador y ejemplo para Mati. Y como si eso fuera poco de la mano de los Caminantes, de la mano de Alberto y el Nacha, mejor imposible.

La familia entera desbordaba de alegría...los ensayos eran virtuales hasta que pudimos concretar el viaje a Pehua para ensayar en vivo y en directo.
El día del Pre Baradero, ya recibir a Alberto, el Nacha y a Ro en casa era una alegría inmensa. Cada paso de la participación en el pre Baradero era un gran logro y una gran alegría. Ir a inscribirse, la ansiosa espera, escucharlos cantar arriba del escenario. Ya eso era un gran premio para todos y coronarlo con el premio mayor de haber pasado a Baradero fue sublime, de esos momentos que jamás se borran.

La emoción sigue intacta para lo que viene, aunque en lo personal creo que ya se llevaron el mejor premio que la vida les pudo dar. Esa oportunidad de tocar juntos en el escenario, que todo eso que Mati vivió desde "afuera" con Alberto y los Caminantes en su carrera artística, hoy lo hayan podido compartir juntos. Y creo que esto es un gran puntapié para Mati, que de la mano de sus raíces se impulse a concretar sus sueños”.

SIEMPRE UNIDOS
Sofía Córdoba, hermana de Matías, también comparte la grata experiencia, en esta particular instancia y desde siempre. En forma constante ha respaldado la atracción y el cultivo familiar por la música folclórica. Su presencia y aliento ratifica la unidad como hermanos, siempre presente, y la distancia geográfica que los separa no les impide estar pendientes uno del otro.

Alberto, Rosana, Sofía y Matías

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