Emoción y orgullo

Felix Peyre
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Otra convecina que abrazó con verdadera pasión la tarea de servir a sus semejantes. Su experiencia, sus sensaciones, sus sentimientos. El respaldo de su familia y la valoración del apoyo comunitario para con la benemérita institución.
Luciana Andrea González (21), enamorada de su rol de servicio a la comunidad, tomó la decisión de ingresar al Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Pehuajó en diciembre de 2014. “Pasando por el cuartel me encontré con un amigo, actual bombero, que me comentó que se abría el curso y la novedad era que podían ingresar mujeres.

Al contarme esto el grupo de amigos que me acompañaba comento que’bomberos no era algo para mujeres” dejándome la duda y tomando la decisión como un reto y bueno acá estamos. De a poco vamos demostrando que se puede. Cuando uno ama lo que hace nada lo puede limitar, aunque el cuartel es así… una vez que te atrapa no te querés ir más”.

Vehemente, realista, entusiasta, Luciana transmite sus sentimientos. ¿Cuándo realizabas la capacitación no dudaste en ningún momento? ¿Es tu vocación?:

“Sí, dudé. Bomberos no es algo fácil. Creo que descubrí que era lo mío. Simplemente una tarde cuando estando en el curso de ingreso presenciamos un servicio con sirena, cuando escuché los motores, la sirena que sonaba junto a las corridas y las preguntas ‘¿qué pasó?’, ‘¿qué es?’, me dieron ganas de bajar y subirme al camión aún sin saber nada. Sin saber que era un incendio, sin saber que era estar ahí en su lugar. Después de eso, fueron muchísimas experiencias más.
Para ser bombero necesitas tener vocación, aunque creo que es más un estilo de vida, porque bomberos después pasa a ser parte de uno, el lugar donde pasas la mayor parte del día. Es el lugar que no importa en qué evento o momento importante estés, sabés que cuando del cuartel llaman vas a dejar todo para ir. Y eso no es un dato menor. Uno no deja algo que ama, por algo que no tiene importancia”.

EMOCIÓN QUE NO SE PUEDE EXPLICAR
Hay muchos momentos en la vida bomberil que quedan grabados para siempre, el día de la incorporación es muy especial. “Es raro, -dice Luciana- tomé el certificado como un simple papel que servía para colgar en mi casa con un cuadro. Me emocioné al ver mi casillero, mi nombre en un casco, cuando me dijeron ‘estas son tus botas, tus guantes, tu equipo’. Esas pequeñas cosas créanme, son inexplicables. Cuando te das cuenta que ya no sos un aspirante, no sos uno más; sentís miedo, adrenalina y emoción, una emoción que no se puede explicar con palabras.

Cuando te dicen ‘Ya sos parte del cuerpo activo’. ¿Cómo no sentir orgullo además de cargar con tan hermoso equipo? Es al día de hoy que me paro frente a mi casillero con la cara tiznada y el equipo ahumado y no puedo creer que mi nombre esté ahí, siga ahí, como aquella vez, como aquel 30 de diciembre”.

VERDADERA PRUEBA DE FUEGO


Y también queda latente en las retinas, la primera salida como bombero. “Mi primera intervención fue un incendio donde se trabajó por 12 horas en la madrugada. Cuando llegué al lugar recuerdo haberme puesto un equipo de respiración y con las palabras de mi superior: ‘¿Está lista?, ingrese’. Solo era humo con resplandores naranja, se escuchaba el ruido de las chapas, los motores de los camiones, la respiración de mis compañeros con equipos, el ruido que generaba la alta presión del agua contra el fuego.

Y la voz de mi compañero, ese que ya tiene experiencia… ese que me daba seguridad… El que te ayuda. ‘¿Escuchás ese ruido fuerte? Es ahí, ese ruido significa que hay temperatura ahí tenes que tirar agua’. Esas palabras aún las recuerdo, es la enseñanza que me sirvió hasta el día de hoy. Aprendí que no necesitaba ver, el sonido me guiaba y me guía en cada servicio de ahí en más.

Fue un trabajo largo y cansador, pero cuánto sirvió. Y fue un servicio donde estaban todos, tuve la oportunidad de trabajar con todos en un mismo día, ya cansados, aún tenían paciencia para ayudarme, para estar al lado mío y atentos de que no cometa errores, más que errores, que no me lastime o me pase nada. Eso es lo lindo de bomberos sabes que hay alguien ahí cuidándote, que no importa que pase siempre va a haber alguien atrás tuyo siguiéndote”.

AYUDA Y COMPAÑERISMO

Asumir situaciones dolorosas implica actitud y temperamento. González sostiene: “En realidad no hay forma de saber cómo voy a actuar en cada situación, no es fácil enfrentarse con cierto tipos de situaciones y mucho menos no ponerse en el lugar del otro en ese momento. Creo que ahí corre un papel importante de compañerismo. Creo que la manera más eficiente de tratar de superar este tipo de cosas es hablando con los compañeros. Ellos te entienden, ellos están en el mismo lugar que vos, ellos saben lo que se siente. Igual uno trata de no pensar en esas cosas, trata de descargar y de última no hay un abrazo o una charla con tu amigo/a mas intimo/a que no te pueda reconfortar”.

Y el rol de la familia es sumamente importante para sustentar la acción del servidor sin horarios ni feriados. Al respecto, Luciana es clara y sincera: “Al principio creo que no cayeron en lo que había elegido. ¿Una hija bombero?. ¿Qué era ser bombero?... Después cuando el handy empezó a tener un papel fundamental en la casa todo empezó a cambiar. Cuando a altas horas el handy despertaba a todos. Cuando las sirenas se escuchaban... No faltaba el mensaje de papá, el ‘anda despacio, abrígate’ de mamá. La abuela que hasta que no escuchaba que por la radio decían ‘estamos regresando’ no se quedaba tranquila… cuando te preguntaban ‘¿necesitás algo?’ o te esperaban con la comida. El “¿Cuándo entras de guardia?”.
Y a propósito de
l entorno familiar, luego de acotar que “si no tuviera mi mamá que me planche y me deje la ropa de gala en condiciones para cualquier ocasión”, afirma: “Me hacen dar cuenta que ellos son un papel importante en mi vida como bombero, con esos detalles todos los días me doy cuenta que están orgullosos de lo que elegí. No sé lo que piensan o si tienen miedo cuando me voy, pero si sé que me apoyan y que no importa si algún día falto en alguna cena importante o algo, ellos van a estar ahí apoyándome en esta decisión y por suerte están porque yo no podría estar donde estoy si no fuera por ellos”.

HACER ALGO POR LOS DEMÁS
¿Qué le dirías a quienes tengan interés en ser bombero?: “Simplemente que intente, bomberos existe gracias a personas que por alguna razón se acercaron a saber qué era eso de ser bomberos y luego no se fueron más. Que hay que estudiar, que demanda muchas horas, que a veces nos vamos por días a otras ciudades o lugares para capacitarnos, que ser bombero es sacrificio, abnegación y desinterés, que es como dije ‘un estilo de vida’. Solo decirles que sepan que acá no hay héroes, sólo hay un grupo de personas que trata de poner un granito de arena para ayudar a alguien que lo necesita. A veces fallamos, otras triunfamos, lloramos, sufrimos y otras veces somos felices. Que sepa que a veces vamos a escuchar gente que nos critique o que nos diga qué hicimos mal un trabajo, pero que sepa que siempre es mejor hacer algo aunque fallemos y no quedarnos sin hacer nada y no saber qué hubiera pasado”.

Las impresiones de Luciana son elocuentes. Le apasiona su tarea, la transmite, se emociona, moviliza como cuando suena la sirena. “El simple sonido de la sirena genera un algo en todos. Quién no ha preguntado cuando suena la sirena ‘¿qué habrá pasado?’. Cuantos nenes no se han emocionado o asombrado cuando escucharon sonar la sirena del cuartel o del móvil. Cuantos amigos o familiares de bomberos no se han preocupado al escuchar la sirena y preguntarse ‘¿habrá ido mi hija, amiga o hermana?’... Imaginen a todo eso agregar que cuando escucho la sirena significa que me están llamando, significa que tengo que ir. ¡Es un llamado, es mi alarma!. Lo siento en carne propia, es adrenalina, preocupación, asombro, una pizca de miedo y unas tantas veces es emoción y orgullo”.

Final del encuentro. Un placer compartir con la joven bombera su envidiable experiencia de servicio en el Cuerpo de Bomberos. “Me hace feliz ser parte de esta institución, hablar de mi suena medio egoísta, solo quiero agradecer, porque atrás de esta nota, solo soy una más de 46 bomberos. Y más allá de todo, agradecer a mi familia y amigos que me aguantan con esto que elegí. Y agradecer a los vecinos de Pehuajó, que en cada rifa, en cada colaboración que pedimos siempre están ahí presentes dando una mano.

Cuando salís a la calle y ves que la gente responde ante el llamado de bomberos te das cuenta que algo estás haciendo bien y ojala siga creciendo como lo hace este hermoso lugar. Todo esto es gracias al trabajo diario y la solidaridad de todos. ¡Gracias por hacer que esto siga en pie y siempre para mejor!”.

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