Néstor Correa: “La vida tiene ritmo, melodía y música”

Felix Peyre
By -
0


Es músico, profesor, cantante y genera arte, mucho arte, para el pueblo pehuajense. Tiene 36 años, nació en Pehuajó y creció en la estancia San Juan en Guanaco. Integró varios grupos musicales, se lució como solista y ahora disfruta de formar parte de la Agrupación Coral Pehuajó, que dirige Martín Leopoldo Díaz. Néstor Javier Correa relata sus inicios, transmite su amor por la música y describe sus gustos, objetivos y sueños.

Néstor heredó y cultivó, desde pequeño, su amor por la música. Su abuelo paterno era guitarrero y su padre, acordeonista y bajista. Sus tíos también eran músicos. “Imposible que no se me pegara algo de todo eso, viví ensayos desde adentro, viví salidas con la Agrupación Oasis de San Bernardo Guanaco, que la conformaban mi tía Raquel, mis tíos Hugo y Lito y mi padre Néstor. Crecí en un ámbito lleno de instrumentos, equipos de sonidos y todo eso dejó su marca”.

Nació en Pehuajó hace treinta y seis años y transitó su infancia en la Estancia San Juan, en la zona de la localidad de Guanaco. Primero estudió bombo, y luego, guitarra. Y una vez radicado en Pehuajó, al finalizar la escuela primaria, formó su primera banda de rock. “Se llamó Spiders, nombre tomado de una de las primeras bandas de Eric Clapton. Tocaba la guitarra y cantaba, fue la época en la que había por lo menos entre diez y quince bandas de rock formadas en Pehuajó”, expresa.

Espadol, La cofradía, Y otros y Los pacientes, entre otros, fueron algunos de los grupos de la época. Según el pehuajenses, “un movimiento muy fructífero ya que de esos pibes que formábamos las distintas bandas hoy son los que seguimos con la pasión por la música e integramos las bandas de hoy: Cardo Ruso, Cajale Cazazo, Buenas Noches Viena, La Maza, y otras más”.

Luego de vivir su primera experiencia en una banda, Néstor cruzó la vereda y formó parte de varios grupos de cumbia. “No me arrepiento para nada hoy en día. Si creo que fue parte de la búsqueda que uno realiza, tratando de orientar su gusto, fueron momentos de aprendizaje, de conocer mucha gente, de aprender el estilo y también de saber salir a tiempo en la búsqueda de otras cosas, de ir más allá”, explica el pehuajense, y sentencia: “Siempre me gustó el rock y el blues”.

Terminó la escuela secundaria y comenzó a cursar en el Conservatorio Provincial de Música en Pehuajó. “Hice un par de años, abandoné por un tiempo porque no encontraba interesante lo que pasaba allí, luego retomé después de unos cuantos años y ya había otro aire en el conservatorio, otros profesores que aportaron mucho”.

Tras el retorno, Néstor culminó el profesorado de educación musical, y en paralelo, comenzó la carrera de profesor de piano, que aún cursa, al mismo tiempo que transita el segundo año del profesorado de canto.

Después de su incursión en el ámbito de la música tropical, Correa tocó en el Grupo La Maza durante casi quince años. “En los comienzos era un grupo de folclore eléctrico y me invitaron a grabar los teclados en una canción, y luego terminé grabando varias”, comenta el músico. Al poco tiempo, el grupo dejó de hacer folk para hacer rock y el pehuajense fue nuevamente invitado a formar parte de la banca como pianista, y en ese rol estuvo hasta 2012.

“Me separé del proyecto porque ya no encontraba motivación. Que una banda toque por quince años más o menos el mismo repertorio, no está bueno. Que una banda de tantos años no tenga ningún disco bien grabado, tampoco está bueno. Eso y obviamente algunos roces que se producen después de tantos años, fue por lo que decidí separarme de la banda”, afirma el músico.

Néstor siempre pensó “la música como varios caminos paralelos, nunca un solo camino”. Mientras estudiaba a Bach o Mozart en el conservatorio con en el piano, participaba en grupos de rock and roll. Mientras estaba en La Maza y en el conservatorio, José Eleicegui, su profesor de piano, lo escuchó cantar y lo incentivó mucho para que siga ese camino, que estudiara canto.

El profesor realizó algunos contactos y Correa empezó a viajar a estudiar a Capital Federal con el barítono Víctor Torres y con el profesor Carlos Koffman. Durante esos días, también realizó cursos de canto lírico en el Teatro Colón.

“Ya un poco más formado en el canto lírico, realicé varias participaciones en conciertos, cantando música de cámara argentina, también canté arias de ópera. Hace ya muchos años que canto el Himno nacional en la apertura del Festival de Folclore de Pehuajó, cosa que me halaga”, sostiene.

En la actualidad, el artista integra Buenas Noches Viena, Blues band, donde es teclados y voz en gran parte del repertorio. Además se da el lujo de disfrutar de la música en familia en el Correa Tango Trío, que conforma con su tío Hugo, en guitarra, y su padre Néstor, en voz y bajo eléctrico. “Es un trío de tango que nos ha dado muchas satisfacciones, muchos aplausos y con el que a pesar de los pocos años que tiene, hemos recorridos muchos escenarios y lugares”.

Otro de los proyectos de los que forma parte es el Grupo Corteza de folclore de proyección. Allí también es pianista, y el propio Correa lo define como “un proyecto más que interesante ya que hacemos una selección de temas complejos, interesantes para resolver, con lindos arreglos. ¡Está muy bueno! Hace poco que estoy pero ya hemos tenido buena respuesta”.

Y como si fuera poco, desde el año pasado integra la Agrupación Vocal Pehuajó, que dirige Martín Leopoldo Díaz. “Nunca había formado parte de un coro de manera estable y lo necesitaba también como para aprender otras cosas”, asegura Néstor.

“La mía es una historia lineal, es una constante búsqueda. No concibo a la música como una sola cosa, no creo que haya que tocar siempre una misma cosa, no creo que haya que tocar siempre con la misma gente, no creo en los miedos o fantasmas que alientan algunos en no meterse a tocar otras músicas que uno no ha tocado… Siempre desde un lugar de respeto, investigando el género y estudiándolo se puede”.

SU RELACIÓN CON LA MÚSICA
“Es de amor, pero apasionado. Nunca de odio, ni cuando abordo una obra difícil. La música en mí representa todo, pienso en música las veinticuatro horas. La vida tiene sonidos, la vida tiene ritmo, melodía, música. Nuestro corazón tiene un ritmo determinado, es imposible no pensar así”.

EL ARMADO DEL REPERTORIO
“A la elección de los temas la realizo cuando canto o toco solista, ya que en las agrupaciones o grupos se deciden entre todos, va mucho en el gusto de cada uno y en el estilo del grupo. Pero cuando canto solo elijo las obras porque tienen algo interesante qué decir, qué sonar, qué aportar al oyente. Y más que nada que en mi interpretación se note todo eso. Me gusta elegir repertorio variado, distintos ritmos y de distintos lugares del mundo, idiomas. Me gusta pensar que la gente puede viajar en su imaginación cuando canto.

SUBIRSE A UN ESCENARIO
“Lo clásico es sentir nervios, pero no, no es lo que siento. Ya no por lo menos. Creo que pasa por varias razones: primero porque si uno ensayó a conciencia, no debería tener nervios, si uno confía en lo que hace tampoco, si uno se forma y tienen un training de trabajo tampoco debería. Pero lo que sí siento es cómo se eleva el ritmo cardíaco, la adrenalina segundos antes de comenzar me pasa, o sea desde cuando subís hasta que empezás a cantar o tocar. Eso tiene que ver con que uno calienta en la previa, pone todo sus músculos a tono para cantar o tocar. Y es un punto óptimo para comenzar.

LOS OBJETIVOS DE NÉSTOR
“Son muchos, tengo varios. Algunos son a futuro y otros más inmediatos. Por ahora, seguir disfrutando cada momento que tengo con la música, el hoy, aprendiendo fundamentalmente, tocando con distinta gente que me pueda aportar nuevas cosas. También grabar un buen disco con BNV, con temas propios. Estoy con el proyecto en la cabeza de hace varios años de formar mi propia banda, que ya están partes de los músicos, pero faltan detalles para arrancar. Poner un bar en donde se escuche música en vivo, armar un espectáculo de música para niños. Y también tengo como objetivo ya más adelante, tener mi radio. Con contenidos generados netamente aquí”.

¿CONVIVEN BIEN EL MÚSICO, EL PROFESOR Y NÉSTOR CORREA?
“Conviven, pero muchas veces el profesor le quita mucho tiempo a las demás. Ser un buen profesor /docente no sé cómo se hace, pero ser un profesor/docente que trabaja convencido de hacer su trabajo cada día un poco mejor y a conciencia es difícil, lleva tiempo. Lleva muchas horas extra clase, que nadie te paga, que nadie ve, y que muchas veces la familia recrimina. La convivencia se sostiene con un buen manejo de la agenda, de los tiempos, para coordinar horas de estudio, ensayos y presentaciones”.

¿TU GÉNERO DE PREFERENCIA?
“Prefiero la buena música, no distingo por géneros. Trato de escuchar la mayor variedad de música posible. Agradezco siempre a la gente que me han hecho conocer música nueva e interesante. El rock lo conocí por amigos en la adolescencia, el tango por mi viejo, la música clásica y el jazz por el conservatorio y el folclore recién ahora me estoy acercando. Con esto digo que hay que escuchar de todo para luego hacer una selección de qué es lo que verdaderamente te aporta algo. Me cuesta mucho despegarme en la escucha musical del análisis, el oído del músico siempre está analizando cosas que el oído del común no escucha. Cosa que les debe pasar a otros rubros también”.

¿QUÉ CONSEJOS LE DARÍAS A LOS JÓVENES QUE SE INICIAN EN LA MÚSICA?
“Le aconsejaría que jueguen en principio y que estudien, de manera informal o formal. Pero que estudien, que le pidan una mano a un amigo que le pase unos acordes, un profe del barrio, el conservatorio o de Internet. Y a la vez que toquen en grupo, la música es compartir, es interacción. En algunos casos empiezan a estudiar y se aburren, pero no se queden ahí, si les gusta, si la pasión está ahí sigan, busquen algún conocido y toquen juntos. Estudiar música en conjunto se hace mucho más interesante y llevadero. Si sabés tres acordes ya podés tocar muchas canciones, pero si a la vez las tocás con otro se abre un camino genial”.

¿CÓMO CALIFICÁS EL MOMENTO ACTUAL DE LA MÚSICA POPULAR?
"Es complejo. Soy profesor de música y puedo ver, convivir e interactuar con niños desde primer grado hasta secundario y adultos en superior. Creo que ha habido un vaciamiento de la música popular que les llega a los niños y jóvenes. No hay contenido, sólo es ritmo. El ritmo le ha ganado a todo, a la melodía, a la armonía, y a la lírica. Cuando a alguien le queda una canción, la mayoría de las veces es por su melodía o por su letra. Hoy desde muy chicos a los niños se les ofrece muy poca variedad musical. Está todo encaminado hacia lo mismo, y ese lo mismo es una reiteración constante. Lo muy reiterativo es fácil de entender, no necesita proceso. Ahí está en donde todo queda muy chato. El oído se educa y hoy no se está educando para nada. Hablo siempre de manera general. En el colegio siempre tenes algún alumno que te sorprende porque sus padres le hacen escuchar otra música, clásica o folclore, hasta el chico que escucha rock and roll hoy en día es raro…. El profe de artes, y más que nada de música que trabaja a conciencia, es un remador nato contra la corriente, los medios no ayudan en nada. La influencia que reciben los pibes de los medios nos hace una gota en el desierto. Pero a la vez hacer música con los niños, que experimenten y que se expresen a través de ella, devuelve mucha satisfacción. La tarea y objetivo del profe de música en los distintos niveles es diferente, pero hay algo que lo atraviesa que es la misión de hacerles conocer el mundo sonoro y musical que desconocen, la gama de colores que aún no vieron y disfrutaron".


PING - PONG
¿Un deseo?: Mis objetivos son mis deseos, pero formar o ser parte de un centro cultural es uno.
¿Una frustración?: Varias, no haber llegado a grabar un disco bien realizado con mi grupo anterior (La Maza) y no haber podido terminar mi carrera de profesor de piano.
¿Un rencor?: Al que tenía ya lo curé, ahora es el turno de ellos.
¿Un amor?: La música y los instrumentos.
¿Una esperanza?: Que la educación pública sea de calidad.
¿Un ídolo/a?: Norberto Pappo Napolitano
¿Un músico/a?: Pedro Aznar
¿Un cantautor/a?: El flaco Spinetta
¿Un recuerdo?: Ver a Soda Stereo en River con mi hermano.
¿Una ingratitud?: El poco respeto y reconocimiento a la tarea docente.
¿Una gratitud?: Mis maestros que dejaron huella.
¿Un reproche?: Reconocer que el músico es un laburante.
¿Una canción?: Todas las semanas me enamoro de una distinta, pero bueno te digo una…. “A cada hombre, a cada mujer”, Serú Girán.
¿Pehuajó?: Un lugar donde quedan muchas cosas para hacer con el arte.
¿Néstor Javier Correa?: Creo que es una persona honesta, frontal, que puede aportarle cosas a la ciudad, que siempre piensa en más. Apasionado de lo que hace.

Publicar un comentario

0Comentarios

Publicar un comentario (0)