Perdió su madre tempranamente y se abocó a las tareas del campo para subsistir junto a su padre y cinco hermanos. Fue tambera, ordeñaba y repartía la leche por zonas rurales y urbanas.
Conoció la geografía lugareña al detalle. El sulky fue su aliado y lo usó para movilizar a maestras a escuelas del campo, Madero, Chiclana y Guanaco. En aquellos tiempos su rol sorprendía y era relevante. Se desempeñaba hábilmente en trabajos reservados para el hombre.
Nada la detenía. Jamás tuvo miedo. Conocía la zona y la gente. Era prevenida y para evitar riesgos poseía y manejaba armas blanca y de fuego.
Un día dejó el sulky y compró un Chevrolet 1939. Fue la primera mujer taxista de Pehuajó y para muchos la primera del país.
Falleció en el año 1974, en el Hospital Aramburu, lugar donde el entonces Intendente, Pablo Landa, le tributó un homenaje por su meritoria y ejemplar labor.
Se llamaba Donata Bordaberry, una mujer valiente y decidida. Una mujer que se anticipó al avance feminista con notoria voluntad y decisión, cuya acción complace recordar y exaltar.
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