“La bicicleta me ayuda a soñar”

Felix Peyre
By -
0
Franco Cragnulini es ciclista, entrenador y profesor en educación física, y actualmente, cursa la especialización en programación y evaluación del ejercicio. Tiene 31 años y considera que la bicicleta “es una filosofía de vida”. Sostiene que lo ayudó a desarrollar “la perseverancia, la voluntad, el sacrificio y la honestidad”. Perseverante y en constante desafío por superarse. Ama su actividad. Su amor por el ciclismo será eterno.

Rural Bike, Arana - Punta Indio. Foto: Joako Serpa.


Hoy disfruta el retorno a su ciudad natal, luego de formarse profesionalmente en la capital provincia bonaerense, donde se graduó en profesor de educación física. Ya instalado en tierras pehuajenses, Franco Cragnulini continúa por la misma senda que lo vio partir, allá por el año 2001, en busca de un mejor porvenir.

Su infancia la repartió entre sus andanzas en la Vieja Escuela Técnica y las calles de su barrio. Fue uno de los tantos pibes que aprovecharon las antiguas instalaciones educativas. Sonrió, jugó, se fastidió por algún picado perdido, y por sobre todo, creció feliz, rodeado de amigos. “La escuela era el centro de encuentro para muchos chicos, pasábamos las horas jugando y corriendo”, expresa Franco, y agrega que “mientras cursaba mis estudios entendí lo valioso de esas experiencias tanto en el aspecto motriz como en el psicológico y social. Tengo gratos recuerdos de esta etapa de mi vida”.

Un tío de Cragnulini fue ciclista. Su abuelo materno, también. En ese ambiente, transitó los primeros pasos en el mundo del ciclismo. El deporte estaba inmerso en la familia, pero fue una amistad la que lo llevó a comenzar a pedalear. “Un amigo me invitó a practicarla y comencé por curiosidad, es claro que desde chico encontraba en el deporte una sensación única”.

Le gustaba moverse, competir, y por sobre todo, los desafíos. El entorno del deporte siempre lo atrajo. Al ir a una cancha de fútbol o un gimnasio de básquet, transmitía en Franco una sensación especial. La vida deportiva sería su camino.

EL MOMENTO DEL DEBUT
El debut en competencia ciclísticas llegó en el año 1995, en la Plaza Estrada de la localidad de Henderson, partido de Hipólito Yrigoyen. En esa clásica parada deportiva de la región, el pehuajense arrancaría una trayectoria deportiva a bordo de dos ruedas. Era el principio de una relación apasionada entre él y su fiel compañera, la bicicleta.

“Desde ese momento, hasta el año 2001, competí en pista mayormente, con alguna participación en un campeonato argentino juvenil de ruta, en Paraná 1996, donde ocupé el 10° lugar. Sin dudas este había sido mi mejor resultado en las categorías juveniles”, relata el pedalista local.

Pasó el tiempo, y el deportista probó suerte en otro tipo de competencias: las carreras de mountain bike lo acercaría a otro ambiente ciclístico. También participó en diversas carreras combinadas (running más ciclismo) del ámbito local, en los triatlones organizados por la Dirección de Deportes, y en distintas ocasiones formó equipos para competir en pentatlones.


VOLVER A EMPEZAR
Hasta el 2001 compitió en Pehuajó y la zona, y luego, cuando se trasladó a La Plata para cursar el profesorado de Educación Física en la Universidad Nacional de La Plata, abandonó la actividad durante casi cuatro años.

“Sentía que había cerrado una etapa de mi vida y las energías estaban puestas en un desafío importante en lo personal. Cada historia es particular y en lo propio fue todo un desafío afrontar mi vida estudiantil, por lo que elegí poner la cabeza en la facultad y en este nuevo mundo que debemos enfrentar quienes vamos en busca de un espacio a construir”.

Con el transcurso de los años, y el avance en la carrera universitaria, Franco sintió la necesidad de introducirse en el ámbito laboral. Y fue en 2005 cuando tras tomar una capacitación de ciclismo indoor, las ganas por volver a entrenar resurgieron. “Y así fue que gracias a la ayuda de mi amigo Fernando “Poroto” González pude comprarme una bicicleta de mountain bike y volver al ruedo”.

Desde aquel momento hasta julio de 2013 compitió en la zona de La Plata, Dolores, Lezama, Buenos Aires, Berazategui y alrededores. “Sin dudas que estos fueron momentos increíbles de aprendizaje constante y los cuales tengo bien guardados en mi corazón. Conocí mucha gente que me dio una mano, como el caso del profesor Marcelo Jaime, mi amigo Mauricio Mayo, y demás que supieron entender mi pasión y acompañarme en cada paso que daba”.

MTB Pasión Bike. Balcarce, 2013.
Foto: Fernando Carretero.
LA PASIÓN POR EL RURAL BIKE
Si bien conoció diversos tipos de competencia, el ciclista optó por uno en particular para transitar su vuelta a la actividad. “Fue una decisión, en principio, tomada por la realidad que podía afrontar. Mis ganancias como estudiante me dejaban practicar esta modalidad la cual no tenía tantos gastos. Por otro lado, el círculo de colegas y amigos en los que me movía accedían a este tipo de eventos, por lo que tenía acceso a movilidad”.

Franco explica que “con el tiempo me dí cuenta que en realidad elegía este tipo de carreras por lo que significaban, aquí el desafío es constantemente personal. Al único que debés superar es a vos mismo, y esto se explica por la lógica interna que tiene dicha modalidad”.

“No se piensa una carrera de la misma manera en la pista, que en la ruta, que un rural o una competencia de cross country. Las demandas son otras. El trabajo en equipo para la pista o la ruta es esencial mientras que en las demás es casi nulo. Aunque esto merece una explicación más amplia en grandes términos estas diferencias me hicieron inclinarme por la bici de mountain bike”.

De todos modos, aclara que el hecho de haber podido realizar varias disciplinas “me ha sido muy significativo tanto en lo personal como profesional”. Franco ha corrido en ruta, pista, rural bike, rally bike, cross country, marathon, duatlón, triatlón y pentatlon.

LA BICI EN SU VIDA / SU VIDA EN LA BICI
Hoy, radicado en Pehuajó, su vida laboral se reparte en dos: por un lado, profit training, que es el asesoramiento que brinda a ciclistas y corredores de carreras combinadas, y por otro, en el centro de entrenamiento donde divide sus tareas, tanto en la sala de ciclismo indoor como en el espacio de entrenamiento funcional.

“En uno u otro caso el ciclismo es moneda corriente, y en lo personal cada vez que me subo a una bicicleta (sin importar que sea de ruta o mountain bike) me siento resignificado. Es un estado único que me genera sensaciones únicas, ya sea entrenando o compitiendo. Disfrutando de una rodada con alumnos o trepando una
sierra en Balcarce”.

En cada palabra, en cada opinión, Cragnulini describe su amor por el ciclismo: “La bicicleta es para mí una filosofía de vida, ya que me ayudó a desarrollar valores tales como la perseverancia, la voluntad, el sacrificio y la honestidad. Me ayuda a soñar y me deja vivir sueños. Encuentro en este deporte una elección de vida sin lugar a dudas”.

“Es un ejercicio para la cabeza. Tenés momentos en que estás únicamente enfocado en el trabajo de la sesión, por otro pensás en tu familia, en instantes te preguntás porque no tomaste tal o cuál decisión, surgen recuerdos, te duelen las piernas, etc. Todo eso mientras pedaleas….”

Y en las competencias de larga duración, de más de dos horas, Franco transita algo similar: “disociás bastante los pensamientos, entrás y salís de la competencia varias veces. La fatiga hace lo suyo, te invita a bajarte y a veces hasta te convence. Pero sin dudas que estás más enfocado, aunque también depende del entorno”.

Por el contrario, el deportista explica que “en una pista tenés público observándote constantemente, la presión que te imprimen y la que uno se autoimpone es otra”. Y agrega: “en cambio cuando el trazado es en una sierra la cosa cambia, el contacto con la naturaleza te lleva a otro lugar. En este momento sí estás solo, literalmente…”.

 En Lobos. Fotos: Sebastián Sirolli
COMPARTIR PODIOS CON CAMPEONES
En febrero de 2014, Franco Cragnulini participó del Rally Bike, una importante competencia en la localidad bonaerense de Balcarce. Compartió carrera con ciclistas campeones a nivel nacional e internacional. Había participantes de mundiales, copas del mundo, y asistieron campeones panamericanos y múltiples campeones argentinos, que también formaron parte de la tradicional prueba ciclística Doble Bragado.

Pero no fue sólo compartir recorrido, y cruzarse en alguna que otra curva. Franco tuvo el honor de subir al mismo podio que los múltiples campeones. El pehuajense obtuvo un fantástico quinto puesto que coronó una constante lucha por superarse a sí mismo e incrementar su nivel en la materia.

“Si uno evalúa cada escenario entiende y valora un quinto puesto, que quizás para un número 1 de la Argentina es un fracaso. Mis piernas, mi cabeza y mi corazón me han hecho llegar hasta aquí sin tener que acudir nunca a ninguna ayuda prohibida por sobre todas las cosas. Sin hacer trampa en simples líneas…”, afirma.

Para Franco, el concepto de éxito “es personal”. “Muchos deportistas tienen resultados mentirosos. Mis padres me han inculcado valores que están en el fondo de mis huesos por este motivo, si me mirás a los ojos te das cuenta de lo que hablo”, sostiene.

SER CICLISTA
Creo que depende de cómo cada uno se proyecte su imagen personal. Para mí significa verme como un deportista amateur, el cual todos los días que se levanta actúa y vive como un deportista.

Vuelvo a repetirte, ubicado en mi realidad deportiva, repartiendo mis tiempos entre el trabajo, los amigos, la familia, etc., trato de mantenerme enfocado en la postura porque entiendo que es la forma que más me cerca a mis sueños.

Si uno se siente ciclista únicamente cuando se sube a la bicicleta o cuando llega el domingo, en el camino se pierden valiosas herramientas que si las lográs identificar sin duda te van a acercar a tus metas.

CRAGNULINI, ENTRENADOR
Ciudad de Pehuajó, será el nombre del equipo de ciclismo que estará comandado por Franco. Se trata de un conjunto de pedalistas locales que representará a la ciudad en diversas competencias de pista y ruta que se disputarán durante 2014.

“Es una idea que surge a fines del pasado año de la mano de mi regreso a la ciudad. Entiendo que podemos formar un equipo que alcance importantes resultados, y la pasión por el deporte, los sueños, y mis ganas de generar me llevan a empujar a algunos deportistas del medio local a ser parte”, manifiesta.

El profesor asegura que “en cuanto a lo grupal, las expectativas son altas. Tenemos ganas de crecer y de mostrarnos que podemos hacer un trabajo en conjunto. Sin dudas que es una meta a largo plazo donde estamos buscando ensamblarnos a diario”.

En relación a su faceta de entrenador, Franco afirma: “Siempre busco un desarrollo integral del deportista. Es decir que pueda trasladar lo que hace en el trabajo de fuerza a la vida diaria, por ejemplo. Que cada paso que se dé en cada día de entreno sea realmente significativo”.

PING PONG

¿Un deseo?: Viajar a Europa para conocer la interna del ciclismo mundial.
¿Una frustración?: Ninguna.
¿Un rencor?: Ninguno.
¿Un amor?: Mis padres, mis amigos, la bici y no voy a dar nombres… (sonríe)
¿Una esperanza?: Reconocer el logro diario y no caer en el inconformismo.
¿Un ídolo/a?: Ninguno.
¿Un recuerdo?: Las palabras de mi viejo, y el respeto que me impartía mi abuelo materno.
¿Una ingratitud?: Ninguna.
¿Una gratitud?: La vida que me toca vivir.
¿Un reproche?: Ninguno.
¿Un deportista?: Varios.
¿Pehuajó?: Mis raíces.
¿Franco Cragnulini?: Un perseverante sentimental. Una persona honesta, que persevera en sus sueños y que intenta transmitir. Me considero un buen deportista, y espero ser un mejor entrenador. Alguien que reconoce sus errores, los acepta y trabaja para mejorar las 24 horas del día. Que intenta ser un buen hijo, y espera ser un buen padre de familia.

Publicar un comentario

0Comentarios

Publicar un comentario (0)