David Linch
David Lynch como director (parece ser que últimamente anda liado con Snootworld… ¡un film de animación escrito por Caroline Thompson!), no está de más volver a la última de sus obras, que no fue la magnética Inland Empire sino este peculiarísimo libro llamado Atrapa el pez dorado.
Su subtítulo, “Meditación, conciencia y creatividad” nos da la pista de cuáles son sus principales vectores. Se trata de un popurrí de textos, brevísimos la mayoría, en los que Lynch confiesa sus emociones sobre la meditación trascendental, que lleva practicando desde hace tres décadas, la sabiduría que dice haber conseguido con ella y los efectos que ha tenido en sus métodos de trabajo, especialmente en los que se refieren al cine.
Lynch entrelaza sus citas a los yoguis orientales con sus propias reflexiones y menciona varias de sus películas a través de los problemas que le plantearon y las soluciones que les encontró. Atrapa el pez dorado se puede leer como un dietario, como un tratado sin sistema e, incluso, como una novela discontinua pero, en cualquier caso, ayuda a entender mejor a David Lynch. O sea, que es imprescindible.
Lord Velasco
