Estela Beatriz Hansen, desde ”el libro gordo de Petete” a la “compu”

Felix Peyre
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Durante 38 años prestó servicios en la Municipalidad de Pehuajó. Ingresó como jornalera en el año 1968, a fines del 69 se quedó sin en el empleo, pero retornó en 1973 y se retiró el 31 de Julio de 2009 como Jefa de Mesa de Entradas. Fue testigo del movimiento municipal en todos sus aspectos, tarea que ejerció con la responsabilidad que la misma exige. Se siente satisfecha y feliz. Proliferan de sus labios numerosos recuerdos y valora haber trabajado libremente con todos los intendentes. Hoy se repone de dolencias físicas que motivaron intervenciones quirúrgicas. Alimenta la esperanza de “volver a caminar bien”. A través de Estela Hansen (63) nuestro homenaje a todos los trabajadores municipales, activos y pasivos, que celebraron su día el 8 de noviembre.

Luego de señalar que se retiró 31 de julio de 2009 y que recibió la jubilación 19 meses después, habiendo totalizado 38 años de servicios, Estela rememora: “Entré en el año 1968 comenzando mis tareas en oficina de Bienestar Social, pasando también en ese tiempo por la Dirección del Hogar de Ancianos “Arnaldo Inchauspe”. En ese momento era jornalizada y a fin del año 1969 me quedé sin empleo. Luego en Noviembre del año 1973 volví a entrar y en esa ocasión fue en la oficina de Mesa de Entradas, hasta el día de mi retiro para acogerme a la jubilación como Jefa de División de la misma”.

AL COMPÁS DEL PROGRESO
Cuando comenzó era muy diferente la modalidad de trabajo y cuando te retiró ya estaba en auge el avance tecnológico. Al respecto, manifiesta: “Recuerdo que todo expediente que se formaba en Mesa era registrado en unos libros enormes que llamábamos “el libro gordo de Petete”, una vez confeccionados los girábamos a las oficinas correspondientes anotándolos en un cuaderno de pases donde quienes los recibían nos firmaban el mismo como constancia. Después llegó la “compu” y ya registrábamos y se siguen registrando los expedientes ahí, ya no firman un cuaderno sino que se mueven con tarjetas”.

UN SECRETO: “NO COMENTAR CON NADIE”
-¿Existe algún secreto para permanecer siempre en el mismo lugar?
“Bueno no lo sé. Espero que mi permanencia en Mesa haya sido por ser una empleada como corresponde. Tal vez el secreto, si lo hay, sea que al estar en una oficina donde casi todos los trámites que entran a la Municipalidad, principalmente los que llegan luego al señor Intendente pasan por nuestras manos, debemos mirar, leer, confeccionar el expediente o pasar como nota suelta según corresponda. Haber atendido amablemente al contribuyente y por sobre todas las cosas no comentar con nadie lo que ha entrado en nuestra oficina”.

MOMENTOS QUE NO SE OLVIDAN
Sin duda, en tantos años de labor, y con las vicisitudes que siempre depara la actividad y en este caso las connotaciones políticas, Estela ha vivido innumerables episodios dentro de la casa de gobierno comunal.

-¿Un momento feliz y otro triste?
“Uno de los momentos felices seguro fue cuando recibí mi nombramiento, pero tengo muchos vividos así, porque en realidad fui muy feliz en el Municipio, mi segunda casa. Un momento ingrato el día en que se retiró mi “gran Jefe” Francisco Parra, un grande que me enseñó todo el manejo de Mesa de Entradas. Y el día de mi despedida porque siempre las despedidas son tristes”.

LA VIDA HOY
Alejada de la oficina, de los papeles, de la burocracia, la vida de Estela Hansen tiene otros matices. “Cuando me retiré –acota sonriente- lo hice porque lamentablemente mis piernas ya no querían andar y tenía unos dolores tremendos, sino hubiese estado hasta que me hubiesen dicho “llegó la hora de irte, no?”.

Y al remarcar el presente, dice: “el año pasado fui operada de cadera izquierda poniéndome una prótesis total de la misma, y hace unos días ocurrió lo mismo en mi cadera derecha, aún estoy con bastones y muy renga, pero doy gracias a Dios porque duermo en una cama con mis piernas estiradas ya que dormía sentada en un sillón durante muchísimo tiempo. Solo espero volver a caminar bien y poder entonces disfrutar de mi jubilación y de mi familia”.

A pesar de las dificultades físicas, al echar una mirada al tiempo recorrido, se siente “muy satisfecha” y como rúbrica al diálogo, afirma: “doy gracias al Señor porque he cosechado buenos amigos en la Municipalidad, sigo en contacto con ellos. Y gracias a todos los Intendentes que han pasado desde que entré hasta la fecha de mi retiro porque me han dejado trabajar muy libremente”.

PING PONG
¿Un deseo?: “seguir rodeada de mis seres queridos y ser abuela”.
¿Una frustración?: “no frustración, sino amargura de no haber podido continuar trabajando”.
¿Una esperanza?: “volver a caminar bien”.
¿Un amor?: “mi familia”.
¿Una ingratitud?: “ninguna”.
¿Un reproche?: ninguno”.
¿Un rencor?: “no tengo rencores”.
¿Pehuajó?: “que vuelva a ser la Perla del Oeste”.
¿Un hobby?: “paso horas en Facebook con los jueguitos”.
¿Un amigo o amiga?: “Leonor, que trabajó junto a mi en Mesa de Entradas y lamentablemente ya falleció”..
¿Un compañero o compañera de trabajo?: “todos”.
¿Dios?: “mi Guerrero..!”
¿Estela Hansen?: “yo creo que fui, soy y seguiré siendo una persona sencilla, humilde y a miga de todos”.

Foto 1: Nuestra homenajeada, junto a su esposo, Juan Antonio
Brachetti (“Purito”) y “Kid”, hermosa mascota que
acompaña a la familia
Foto 3: Con Paula, su hija, puntal de afecto y apoyo, junto a su padre, en todo momento y de manera especial en la actualidad, cuando Estela se rehabilita con el firme deseo de volver a caminar.



El último dìa en la “Muni”, junto al personal de la sección Despacho.


Año 1969, cuando se remodeló el palacio municipal y la atención se traslado al edificio de OSBA. Néstor Rossi, Serafín Pedalino, Estela Hansen, Isabel Riera, Susana Pedalino y Elena Coria.


Junto a numerosos compañeros, muchos de ellos ya fallecidos.


Estela con Elba Lozano y Dario Apestegui, año 1981.
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