"EL CONVENTILLO", CENTRO CULTURAL EN EL BARRIO CALAVERAS

Felix Peyre
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Emprendimiento de características muy especiales, donde se exalta la nostalgia y se manifiesta el arte en sus diversas expresiones. Se respira cultura como la manera de sentir y hacer del ser humano. Es una puerta abierta a todos los creadores, pehuajenses o no, que deseen sumar sus aportes.



Es la casa del convecino Eduardo Tumbarino, músico y coleccionista de prolongada trayectoria y constante creativo, que en las próximas horas se transforma. La iniciativa surgió en una charla. "Un día conversando con Laura Sonzogni, estudiante de teatro, dijimos que sería muy lindo hacer algo diferente y antiguo aprovechando el espacio en mi casa".

Pasaron los días y la idea seguía latente. El análisis interior y los intercambios de opiniones, determinaron la creación e instrumentación del espacio, que fue denominado "El conventillo". Y todo tiene un motivo, es este caso, Tumbarino, especifica:

"El conventillo surge porque mientras vivía en Capital Federal, me gustaba ir los fines de semana que podía a pasar el día al barrio de la Boca. Como siempre digo vivo una vida en blanco y negro y ligada al pasado. Por esa razón, cuando condicioné las piezas, decidimos forrarlas de chapa usando colores pasteles dándole un toque vintage".


UN LUGAR ABIERTO A TODAS LAS MANIFESTACIONES CULTURALES



Ahora, el centro cultural emplazado en el barrio de Calaveras, calle Gorriti entre Alfonsìn y Alsina, es una positiva, auspiciosa y esperanzadora realidad. Al momento de realizar esta nota no estaban definidos días y horarios de funcionamiento. Prevalece el propósito de seguir desarrollando el lugar, pero "lo que sí puedo asegurar -afirma Eduardo- es que van a tener sitio todas las manifestaciones culturales, ya sea teatro, música, talleres literarios, café concert, muestras y exposiciones de pinturas, artesanías, antigüedades, cine debate y otras".

Sentimientos muy íntimos y especiales invaden el espíritu de Tumbarino, en vísperas de la apertura: "Básicamente amor y nostalgia, quizás porque me hubiera gustado que estén mis familiares presentes cosa que es imposible, como así también mi abuelo que vivía en una de estas piezas de soltero y que hoy esta próxima a hacer un escenario".

Nos vamos del pintoresco conventillo y las palabras finales de Eduardo son contundentes: "Quiero agradecer, en primer lugar a Laura Sonzogni, sin ella no hubiera podido hacer absolutamente nada. Fue participe directa y necesaria para lograr darle vida a este sueño. Agradezco a los amigos que siempre apoyan y a mi familia, que si bien ya no está, estaría muy orgullosa".

Y seguramente desde una estrella radiante y feliz su familia está. Como corolario, la hendersonense Laura que está terminando el Profesorado de Teatro en la Escuela Carlos Torrallardona de nuestra ciudad, manifiesta:

"Me vine a vivir a Pehuajó para poder seguir estudiando. Me apasiona el teatro y las actividades culturales. Y al cruzarme con este ser increíble, que es Eduardo, comenzamos juntos la idea de realizar un Centro, para poder expresar nuestras ideas a través del arte.

Él tiene el lugar y entre los dos, codo a codo la remamos juntos, con esfuerzo y pasión por lo que nos gusta. Mis expectativas son que se cumplan sus sueños y también los míos, de tener un espacio para el arte. En mi caso el teatro, pero abierto a toda expresión artística cultural, preservando siempre el respeto al otro", reafirmó.

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