Ley de vagos y mal entretenidos

Felix Peyre
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 Se aplicó en nuestro país a partir del año 1860. Definía quienes eran "vagos". Establecía detenciones y sentencias. Particularidades de otros tiempos, para muchos desconocidas.

 

 

Hace muchos años, en Argentina regía una "Ley de vagos". Fue sancionada el 5 de octubre de 1860 por la Legislatura de la provincia de Entre Ríos, siendo promulgada por Justo José de Urquiza.
Se consideraba "vagos" a las personas de ambos sexos, que no tenían renta, profesión, oficio u otro medio lícito con que vivir. También a quienes teniendo oficio o profesión no ejercía y se desconocían otros medios de subsistencia. Además se consideraban “vagos” a quienes con ingresos insuficientes para subsistir, concurrían a “casas de juego, pulperías o parajes sospechosos”. Asimismo a quienes recurrían a un disfraz o poseían armas, ganzúas u otros instrumentos propios para ejecutar algún hurto o penetrar en casas.
Los infractores eran sancionados con amonestaciones y si persistía la condición de “vago”, se disponía la aprehensión por parte de la policía, siendo sumariados por el Juzgado de Paz y y dos Alcaldes de Cuartel, quienes dictaban sentencia.
Los considerados simplemente "vagos" eran destinados a trabajos públicos durante 3 meses y los vagos con circunstancias agravantes por el término de 4 meses hasta un año. Las mujeres calificadas "vagas" se ubicaban al servicio de alguna familia mediante un salario convenido entre la autoridad y el patrón.
En casos de reincidencias, los destinos se ampliaban. Cumplida la sentencia, se confería la libertad bajo fianza para ejercer alguna actividad, derecho que no tenían los vagos con circunstancias agravantes y se consideraba antecedente favorable una constancia o “la papeleta", dice la ley, de un patrón o autoridad del lugar.
Se la denominó también Ley de vagos y mal entretenidos. Permitía que el Juez de Paz controlará salones de bailes, de juegos y diversión, como las pulperías. Habilitaba a arrestar a quienes no tenían trabajo ni residencia fija. Se consideraban vagos a los gauchos que vivían de la doma y yerra, desplazándose de estancia en estancia, cuando algún patrón los requería para esas tareas.
El juez iba acompañado de la fuerza pública. Pedía “libreta de conchabo”, documento establecido durante la presidencia de Rivadavia a fin de reprimir la vagancia y sumar mano de obra para el trabajo de las tierras, entregadas por el Gobierno en alquiler a particulares.
Curiosidades de otros tiempos, que al comparar con los actuales, alimentan reflexiones.

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