Vivencias en el servicio eléctrico de la ciudad

Felix Peyre
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Al celebrarse el día del trabajador eléctrico, revivimos momentos compartidos con operarios de la Cooperativa Eléctrica. Un jubilado que trabajó en los inicios del sistema eléctrico y una empleada, hoy administrativa, pero que caminó durante años todas las calles pehuajenses.



ELECTRICISTA EN BICICLETA O EN CHATA

Don José Castaño (85), se desempeñó como electricista desde la juventud. Es testigo viviente del origen y crecimiento energético de la ciudad. Trabajó en la vieja usina y en la Cooperativa Eléctrica, donde se jubiló como como Jefe de Distribución. Integra además la seccional local del Sindicato de Luz y Fuerza.

Vivió múltiples experiencias en prestaciones y tareas de un oficio que amó. He aquí algunas:

-”Llegamos a hacer la instalación eléctrica en el cine Zurro. Íbamos a armar de noche con un tal Cignoli, que supo tener “La Taberna”, aquellas gargantas de luz que tenía el cine llenas de tubos fluorescentes”.

-Alumbrado público: Había una caja de un reloj en Chassaing y Artigas, otro en Rivarola y Del Solar. Otro en Del Valle y Del Solar, y uno más en calle Gutiérrez, donde ahora hay un supermercado chino. Eran como relojes comunes, con un sistema que conectaba a un contactor. En Gorostiaga, donde ahora están los galpones de Maggi, había un reloj para 4 o 5 lamparitas de esa zona”.

-” Cuando entré a la Cooperativa habría 400 usuarios y el último foco estaba en Hernández y Perón. Y las líneas llegaban hasta frente de la comisaría, porque en las esquinas había dos panaderías, después era todo baldío. Ahí, justo frente a la comisaría, venían las calesitas”.

-” Cuando se va la Compañía del Sud Argentino, se llevan la camioneta que tenían. Entonces teníamos que salir en bicicleta. Desarmábamos la escalera de dos hojas, me acuerdo haber salido con Amigo, compañero de trabajo. Y llegábamos a un lugar y armábamos la escalera y atendíamos el problema, un cruce, una derivación... y llevábamos también, los cables, en la bicicleta…”

- “Teníamos que salir también a tomar estado de los medidores. No repartíamos facturas porque la llevaban los cobradores. Se cobraba casa por casa. Era la época en que se pagaba 2 pesos con 36 centavos, por ejemplo”.

- “Cuando se cambiaron los medidores de continua por alterna, la Cooperativa alquiló una chata tirada por caballo, que era de Coiro, un changador. Se cargaban los medidores y se salía a colocarlos”.

- “Hubo épocas en que las líneas eran muy precarias y con Campot no quedábamos a dormir, en una pieza, arriba de un cajón de herramientas. Por lo general venían los panaderos con algún problema, personalmente porque no había teléfonos”.

- ”Me tocó atender la telefónica que tenía acá un señor Álvarez, en Artigas casi Del Valle. Tuvo que desmantelar todas las líneas porque venía la empresa de teléfonos del Estado. Se iba a todas las casas para cortar la luz. Y después me tocó también trabajar con la nueva telefónica”.

-” Cuando no había línea eléctrica en el Hospital, porque moría en Zuviría, el hospital tenía grupo electrógeno y un año, cuando hubo mucha poliomielitis, recuerdo que íbamos a atender el grupo al hospital para asegurar su funcionamiento”.


CAMINAR LA CIUDAD HAGA FRIO O CALOR

Verónica Galiani, hoy empleada administrativa, durante 18 años caminó todas las calles de la ciudad. Honró a la mujer en un roles muy especiales, que si bien no estaban ligados a las redes eléctricas, tuvo matices muy particulares.

Verónica tomaba estado de medidores y repartía facturas. A propósito de esas tareas, en su momento, expresó a mirá:

- "Mi día de trabajo depende de la tarea que me toque, si es tomar estado, que son los primeros días del mes hasta el 14 o 15 aproximadamente, empiezo entre las 7 y 7 y30 horas. Y si es el reparto de facturas salgo mas temprano. Eso es en época de invierno y otoño, en cambio en verano para cualquiera de las dos actividades salgo mucho mas temprano".

- “El recorrido siempre el mismo. Son muchas cuadras y prefiero hacerlas caminado y llevar "la bici de tiro", haga frío o haga calor”.

- "En general la gente te trata bien, si hace frío te invitan con café y si hace calor con agua fresca o jugo. Como también hay gente que te ve y protesta".

- "Se sufren las dos épocas, porque con el frío nunca terminas de abrigarte y con el calor, a media mañana con el sol, se hace largo el trabajo".

- “Me siento bien en la calle, pero si me dan a elegir prefiero estar adentro, aunque hace un par de años atrás pensaba lo contrario".

- “Estoy conforme de formar parte de un equipo muy lindo de trabajo. Somos 7 personas en ese sector, que día a día tiramos para adelante".




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