“Me gustaría que la manzanilla vuelva a tener auge como en otras épocas"

Felix Peyre
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Empleado de aserradero, tractorista, alambrador y productor de manzanilla. Una vida de trabajo, como tantas otras similares de convecinos de nuestro distrito, vinculados a la mayor industria productiva del país, nuestro campo.


 

Al observar comentarios y recuerdos acerca de la manzanilla, en redes sociales y algunos medios periodísticos, surgió el encuentro con Rafael Capua (82), hoy retirado y feliz junto a su querida familia. Fue alumno de la escuela de Guanaco y desde la adolescencia comenzó a trabajar. A los 16 años trabajó en aserradero Bessone. Fue tractorista en la estancias San Juan y Los Indios, junto con Victorio y Francisco Caldiero. Trabajó de alambrador en La Pampa y en la estancia “Santa María” de Don Pedro Ocampo.

Cuando las inundaciones afectaron Pehuajó, siguió su tarea de alambrador en la estancia “La Larga”, partido de Daireaux. En 1973, sin dejar la actividad de alambrador, comienza a trabajar con la manzanilla, y en 1976 comienza definitivamente a trabajar solamente con la manzanilla, hasta el año cuando se produjo su retiro.

Un toque el pasado para comenzar el diálogo, especialmente a la infancia y juventud. “Tuve una infancia buena, dentro de las limitaciones normales de una familia humilde, fue muy buena. Crecí en una familia de muchos hermanos pero mi diversión era con los dos más chicos, Orlando y Emilio. Yo era el más chiquito de la familia”.

Y entre tantos recuerdos de aquellos tiempos, Rafael remarca: “El más tengo en mente, es el jugar con nuestra pelota de trapo con ellos dos. Y la alegría más grande fue cuando Eva Perón nos mandó un fútbol de "verdad" y ahí si nos sentimos realizados. Jugábamos todo el día con esa pelota”.


LA MANZANILLA: UNA PASIÓN

Naturalmente los ojos de Rafael se llenan de brillos, cuando se rememoran recuerdos. Y luego del momento de nostalgia familiar, hablamos de la manzanilla, actividad que abrazó con pasión y que marcó muy fuerte. “Comenzó en el año 1973, cuando sembré por primera vez una hectárea, para probar, porque todo el mundo sembraba manzanilla y me gustó la idea. Esa producción se la vendí a Juan García, que ya trabajaba en la manzanilla, y más tarde formaríamos una sociedad. Siempre sin dejar mi profesión de alambrador”.

Ampliando detalles, agrega: “Por ese entonces solo éramos productores de manzanilla. Sembrábamos y vendíamos a la fábrica Plantadroga, pero sin procesarla. La recolectábamos con carros a caballo porque aún no teníamos máquinas, las secábamos a sol con catres y lienzos. Y siempre contratábamos gente, además de nuestras propias familias”.

Hubo años de intensa actividad y fue, sin duda alguna, salida laboral para numerosos vecinos. “Fue mucha actividad entre los años 1975 al 2000. En Guanaco, por ejemplo, entre el 60% y 70% de la población trabajaba en la manzanilla. A veces no alcanzaba la gente y veníamos a buscar a Pehuajó. Entre los años 1978 y 1979 se trajo gente de Santiago del Estero que aún hoy algunos quedaron y formaron sus familias acá. Por esos años de trabajo en la manzanilla yo aún vivía en Guanaco”, acota.


PLANTADROGA: FUENTE DE PRODUCCIÓN Y TRABAJO

 


En 1995, Capua se radica en Pehuajó ante un pedido de la fábrica Plantadroga para atender los galpones de secado en catres que tenían pegado a la fábrica. Además llegó a atender el horno, sin desatender su propia producción. Eran épocas de intensa actividad. Familias y vecinos de todas las edades trabajaron en la manzanilla.

A propósito, señala Rafael: “Si, así es. Muchas familias se interesaban en secar manzanilla y me pedían catres para formar secaderos, para secarnos a nosotros porque no dábamos abasto. En Guanaco se habían formado muchísimos secaderos familiares dónde trabajaban, mujeres, niños y hombres.

También llevamos familias de Pehuajó para atender secaderos. La gente no alcanzaba.

A la recolección no iban familias, solo iban hombres. Les alquilábamos caballos mansos para los carros que eran nuestros. Teníamos 10 carros. Solamente para eso se necesitaban 20 personas”


Y UN DÍA LA FLOR SE MARCHITÓ


Los datos son más que elocuentes para dimensionar la importancia de esta producción, que un día se desvaneció. ¿Por qué se interrumpió o disminuyó la actividad?, pregunta obligada que Capua responde:

Se disminuyó porque Europa se puso exigente en la producción, por el problema de la fumigada, ellos no lo permiten. No quieren la contaminación del poder residual que dejan los herbicidas. Y acá no tenemos la tecnología de controlar las malezas sin utilizar herbicidas por las grandes extensiones en que se sembraban. Se han llegado a sembrar 8000 hectáreas de manzanillas en el año 1980. Entonces es muy difícil controlar las malezas sin utilizar un herbicida.

Principalmente en Egipto ponen familias enteras a limpiar malezas a mano por un plato de comida. En Alemania y España se siembran pocas extensiones y es más fácil sacar las malezas. Todo esto trajo el problema de la venta a Europa. Que eran los mayores compradores. En varios casos devolvían los embarques completos. Y eso perjudicó la comercialización.

En los países limítrofes está permitido un cierto porcentaje de poder residual, por lo que la comercialización es acá y es chica. Por eso se ha reducido la actividad. Es posible la recuperación, siempre que se cumplan las exigencias de Europa mencionadas anteriormente. Actualmente se sigue vendiendo pero faltan productores porque las fábricas principales han cerrado. Y a la juventud no les interesa o no saben del tema.

También faltarían productores para la comercialización en Sudamérica”.


ALGUNOS RECUERDOS ENTRE TANTOS 

Y UN DESEO LATENTE


 

Claro y contundente realidad arrojan las palabras del experimentado productor manzanillero. Sigue la charla y pedimos a Rafael citar momentos, anécdotas o situaciones que no olvidan, en tantos años de trabajo. “Muchísimas anécdotas. La que no olvido es cuando el año de la inundación tuvimos que ir a sembrar a Bragado pero igual se sembró. Ese año nos fue bien de rinde pero las propiedades y el aroma de la manzanilla no eran las mismas, porque la zona apropiada para la siembra es esta zona, Pehuajó.

En la otra inundación, la del 2001, acá de un día para otro habían quedado las máquinas en el campo y el agua les tapo las ruedas, las salidas estaban bloqueadas por el agua y tuvimos que poner 100 de linga para sacarlas de ese lugar cortando alambres y llevándolas por detrás de los campos”.

A modo de balance, le preguntamos a Capua si a esta altura de la vida, se siente satisfecho y si volvería a hacer dicha actividad. Sin dudar un segundo y sin ocultar las emociones que invaden, afirma: “Siii. No me arrepiento de nada, lo hubiera hecho antes. Satisfecho con todo lo que he hecho. Me gustó lo que hice y económicamente me fue bien dentro de todo. Tal es así que me jubile en el año 2002 y seguí trabajando hasta el 2017. Y claro que lo volvería a hacer, pero por mis años vendí todo y me dedique a la vida de jubilado”.

Fin del encuentro y una expresión de deseos de Rafael Capua: “Me gustaría que la manzanilla vuelva a tener auge como en otras épocas, que alguien apoyara esta actividad. Porque la manzanilla no ha tenido nunca apoyo de ningún gobierno provincial. No siendo por los años 1978 y 1979 cuando venían las autoridades gubernamentales a la fiesta de la manzanilla que se organizaba en Madero, cuna de la manzanilla. Ahí es donde se inicia, dónde se elegía la reina. Recuerdo que una de las reinas que fue "nuestra", de Guanaco, Analía Guevara”.

Chau Rafael. Fuerte apretón de manos. Gracias por aclararnos la mirada con respecto al “oro verde de Pehuajó”, cuyas aromas persisten en cada recuerdo y en cada deseo.


PING PONG


 

- ¿Un deseo?: “Que vuelva la actividad de la Manzanilla”.
- ¿Un recuerdo?: “La gran cantidad de gente empleada que tuve y siempre me apoyo”.
- ¿Una gratitud?: “A la firma Alvarez Hnos”.
- ¿Una ingratitud?: “No tengo”.
- ¿Un rencor?: “No tengo”.
- ¿Un amor?: “La familia que siempre estuvo y me apoyo”.
- ¿Una frustración?: “No tuve”.
- ¿Una esperanza?: “No irme de este mundo sin ver la actividad manzanillera resurgido”.
- ¿Un reproche?: “No haber podido dejar a alguien que siga mi actividad”.
- ¿Una ilusión?: “Que mi familia sea feliz”.
- ¿Un ídolo?: “La Familia”.
- Un libro?: “Patoruzu y El Gráfico”.
- ¿Un amigo?: “Varios. No puedo nombrar uno. Algunos ya se fueron”.
- ¿Dios?: “Alguien en el que creo”.
- ¿La manzanilla?: “Mi pasión”.
- ¿Guanaco?: “Ahhh...lo que jamás voy a olvidar, mi pueblo”.
- ¿Pehuajó?: “Segunda casa”.
- ¿Rafael Capua?: “Con virtudes y defectos como cualquier ser humano. Creo que más virtudes que defectos. Familiero, que tiene como placer comer asados con mi hija, esposa y nietas”.


QUIÉN ES RAFAEL CAPUA?... 


 

Es el amigo, pero ese amigo con todas las letras, ese que no te deja de a pie si necesitas una mano...sea la circunstancia en la que te encuentres, no te va a juzgar, no te va a preguntar qué pasó...te va a ayudar.

...Es el laburante, ese que comenzó a sus 16 años a ganarse la vida para llevar un mango a la casa para ayudar a su mamá, como lo hacían todos sus hermanos y que aun habiéndose jubilado siguió por muchos años más trabajando con su Manzanilla.

¿Cuál Capua el manzanillero? me preguntan. Y si, es lógico que así lo llamen, después de haber estado más de 40 años en el rubro.

...Fue el patrón, como le decían sus empleados...ese que siempre se ponía en el lugar de ellos, porque él ya había estado ahí...de peón...y sabía lo que necesitaban o lo que sentían y por eso respetó siempre el lugar del peón.

...Es el "jefe" del hogar, un hogar que de ser 3, (Él, mamá y yo), paso a aumentarse a 6 (con sus 3 nietas). Siempre preocupado porque nada nos falte, que todo esté bien, tratando de resolver los problemas a todos o haciendo suyos nuestros problemas.

Pero, por sobre todas las cosas, RAFAEL CAPUA es mi papá. Y que voy a decir yo de mi papá...que es un ser maravilloso, sensible (aunque no lo demuestra y parece o quiere parecer rudo), alegre, familiero, el de las anécdotas e historias en las reuniones familiares, es quien ha estado en los momentos que más lo necesité (siempre en equipo con mamá) y lo sigue estando.

Para mí, es un ser especial, y ojalá todos tuvieran la posibilidad de tener un padre así.
Estoy orgullosa de Vos Pa! Sos un ejemplo para mi vida. Te quiero con el alma.
Se me hincha el pecho cuando me dicen, "Hija de que Capua sos? ¿Del Manzanillero?.
y sí...Soy María Fabiana Capua, su hija.



ADMIRACIÓN

¿Rafael Capua? Tal vez una persona más para el resto pero no para nosotras. Él es bueno, cariñoso, compañero, familiero como ninguno. Desde que tengo uso de razón, él siempre ha estado a nuestro lado, incondicional. Para lo que necesitemos, ya sea ayuda o complicidad, ahí estará, sin dudarlo.

En cada reunión familiar suele repetir que está orgulloso de la familia que le "tocó". Pero lo que aún no se ha dado cuenta (por su modestia) es que esta familia es lo que es gracias a él y a nuestra abuela (otro ser excepcional). Ellos han criado y educado a nuestra madre de la mejor manera posible, y ella ha hecho lo mismo con nosotras. Esta familia es producto de su afecto y dedicación.

Para agradecerle todo no nos alcanzaría la vida. Admiración es la palabra que mejor podría describir este sentimiento. ¿Rafael Capua? El mejor abuelo del mundo.

Antonella - Martina - Candela (sus nietas).


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