Laburante, sencillo, soñador y amante de la vida

Felix Peyre
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El trabajo es su aliado. Pintor, albañil, herrero y pasión por modelar con cemento macizo. Impactó con “Mafalda” y ahora viene “Larguirucho”. Recuerdos de otros tiempos y las firmes convicciones de un laburante soñador.



Bien se podría definir como hombre de los mil oficios. Desde muy chico se sintió atraído por el deseo de trabajar en lo que fuera posible. Ahora, Carlos “Tete” Citterio, con 45 años vividos de manera intensa afirma satisfecho “He trabajado toda mi vida”, al tiempo que transmite sus buenas ondas por encima de las dificultades en estos tiempos pandémicos.

A fines del año pasado, Citterio alcanzó notoriedad comunitaria cuando haciendo uso de una de sus habilidades y pasiones laborales, construyó en cemento “Mafalda”, el personaje creado por Quino recientemente fallecido, escultura que hoy engalana la plaza Italia para deleite de grandes y chicos. Esa creación, cuya repercusión fue relevante, superó todas sus expectativas y abrió nuevas expectativas en la vida de Citterio.


“Tete”, como lo apodan desde niño “porque todo el día jodía con el chupete”, acota sonriente, en tiempos de adolescente comenzó con sus tareas laborales y siempre con esfuerzos y sacrificios avanzó por la vida, fiel a sus deseos y objetivos. “Tuve una infancia feliz y disfruté de todo lo que podía en su momento. Y en mi juventud lo mismo, creo que es una etapa linda y que te marca el rumbo de tu vida, sin lugar a dudas".

Fue afecto por el trabajo es una herencia de su padre que se transformó en una constante en la vida. “He trabajado mucho y he hecho de todo en mi vida, pero el oficio artístico me apasiona. La verdad lo disfruto mucho, a pesar que he sido remisero, albañil, he trabajado en el campo, he sido herrero y muchas cosas más".


UNA HERENCIA QUE LO HALAGA

       "Tete" junto a su mejor José Basiluk. Y en la niñez, con su abuelo y demás familiares

Obviamente su inclinación por modelar en cemento macizo que se hizo pública cuando modeló a Mafalda se transformó en una de sus preferencias y seguramente cuando desaparezcan las limitaciones generadas por el aislamiento social, surgirán nuevas posibilidades. A propósito de esa labor artística, sostiene: “El conocimiento de trabajar con el cemento, lo exploté con la obra de Mafalda, herencia que me dejó mi querido tío, mas allá de que lo sabía desde hace años".

Y “Mafalda” además de favorecer su proyección en la comunidad local y de otros ámbitos, causó sensaciones y efectos especiales en Tete. “Jamás imaginé tanta repercusión, como así también encariñarme tanto con el personaje", afirma con placer y sus palabras dejan traslucir que el querido personaje es un miembro más de su familia.

Como decíamos esa creación determinó nuevas expectativas y renovó proyectos. “Después de las dos obras hechas, Mafalda y homenaje a María Elena Walsh, en días comienzo con la obra Larguirucho que va a dar mucho que hablar, porque también será un homenaje", señala a modo de anticipo de otra agradable concepción artística que verá la luz en el suelo pehuajense.


EL PLACER DE VIVIR HERMOSAS “LOCURAS”

                                                    Citterio y un grupo de amigos

Las hermosas “locuras” de Tete cuentan con el apoyo de sus íntimos afectos. “Mi familia me apoya ampliamente en todo, como lo hizo en su momento mi ex mujer Naty, en otros proyectos. Y mis hijos felices, por toda esta linda locura que sigue pasando y me encanta vivirla".

Hoy como ayer, los días de Citterio, abocado a realizar trabajos de mantenimiento del hogar que comprenden albañilería, pintura, carpintería, herrería, los vive y los disfruta a pleno. Un día de su vida “Es intenso, a mil por hora. Vivo así siempre, siempre", exclama con la vehemencia que lo caracteriza.

Fue un placer compartir un momento con Tete. Hizo un alto en su vertiginoso ritmo, “paró la moto” y echó una mirada al tiempo recorrido, un poco más relajado pero con la fuerza y la confianza de siempre, mirando siempre adelante. Nos despide con una frase de Pepe Mugica, que conlleva como norte de su accionar: “Siempre digo, vive como se fuera el último día de tu vida, sin hacerle mal a nadie. Nada vale más que la vida, lucha por vivirla".



PING PONG


-¿Un deseo?: "Hacer lo que me gusta hasta el último día de mi vida".

-¿Un recuerdo?: "Un día de campo con mi abuelo materno que ya no está".

-¿Un rencor?: "Haber perdido el tiempo en cosas sin sentido".

-¿Una gratitud?: "El cariño y el reconocimiento de la gente".

-¿Una ingratitud?: "La gente desagradecida. Eso me molesta mucho".

-¿Un amor?: "El amor de los hijos, es único".

-¿Un reproche?: "No haber sido militar. Quedó pendiente en mi vida".

-¿Una esperanza?: "Ver que mis hijos logren todo lo que se propongan".

-¿Una alegría?: "Cuando tenía 16 años, con mi primer sueldo me compré mi primer bici nueva. No daba más de felicidad".

-¿Un amigo/a?: "José Basiluk, mi hermano del corazón".

-¿Un artista?: "Larralde, me parece un genio".

-¿Un ídolo?: "El negro Olmedo"

-¿Dios?: "Es parte de nuestras vidas".

-¿Pehuajó?: "Mi ciudad, la que me vio crecer, la que me dio tantas satisfacciones".

-¿Mafalda?: “El personaje que dio sentido a mi vida para hacer lo que tenía pensado. Me abrió un millón de puertas”.

-¿Tete Citterio?: “Un soñador, un laburante, tipo honesto y sencillo, que ama estar con sus hijos y disfrutar la vida plenamente”. 

Retocando a Mafalda y dando inicio a Larguirucho

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