Siempre se menciona que la zona pampeana carece de mamíferos mayores, más aún al compararse con las llanuras africanas, donde conocemos búfalos, elefantes, etc. No obstante a ello, hace relativamente poco tiempo, grandes mamíferos habitaban y ambulaban sobre la llanura argentina. Algunos de ellos se originaron durante los 60 millones de años en que América del Sur fue un continente aislado; como el macrauchenia, herbívoro similar a un guanaco trompudo.
Asimismo, caminaron en estas tierras los gliptodontes: equivalentes a peludos gigantes cuyos caparazones se hallan con frecuencia y que tenían gruesas púas en el extremo de su cola, actuando como arma para las peleas frente a los individuos de su especie, además de brindar defensa contra los depredadores.
Había también megaterios, perezosos terrestres de un tamaño extraordinario. Por otro lado, se observaban grandes manadas de toxodontes (muy parecidos a hipopótamos actuales).
Hace un millón de años surgió América central y creó un puente de unión entre el norte y el sur, por donde ingresó una fauna invasora que en muchos casos compitió con la sudamericana. Llegaron los Mastodontes, los caballos (estos últimos habitaron la región extinguiéndose poco antes de que los españoles trajeran sus caballos actuales desde Europa).
También vivió un temible predador (tigre diente de sable), con caninos de 25 cm, que quizá desplazó a los predadores nativos.
La extinción fue el final de toda esa fauna espectacular y legendaria que desapareció en tiempos recientes. Incluso se discute acerca de si los primitivos hombres de la pampa fueron parcialmente culpables de ello, ya que coexistieron y los cazaban junto con especies que perduraron hasta hoy, como el guanaco y el ciervo de las pampas.
De igual forma, se describen teorías que cuentan que la masiva extinción fue por la combinación de cambios climáticos, en la cual muchos animales no pudieron adaptarse.
Autor: especialista Luciano Echeto
