Actividad física en invierno

Felix Peyre
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El clima no debe ser una excusa para dejar de hacer ejercicio. Es fundamental que tu cuerpo esté activo todo el año.

Llega el invierno y, generalmente, sus bajas temperaturas suelen convertirse en una buena excusa para abandonar la actividad física y optar por quedarnos en el calor de nuestras casas. Pero, a pesar del cambio climático, nuestro cuerpo sigue teniendo las mismas necesidades saludables todo el año y frenar el ejercicio durante toda la temporada puede traernos consecuencias negativas: no sólo puede llevarnos a aumentar nuestro peso corporal, sino también implicar un deterioro del estado físico general.
Teniendo en cuenta esto, es imprescindible mantenerse en movimiento todo el año.

Frente al frío existen dos alternativas claras. Quienes quieren disfrutar del aire libre, sólo necesitan armarse de buenos conjuntos deportivos para invierno y aprovechar las horas de sol. La otra alternativa es practicar actividad física puertas adentro, ya sea en casa, en un club o en un gimnasio.

AL AIRE LIBRE
Una actividad que no falla, porque es placentera, no provoca lesiones y se puede practicar a cualquier edad, es la caminata.

La clave es que se puede variar la intensidad según la edad y la resistencia física. Para hacerlo, sólo necesitás un par de zapatillas cómodas y la ropa adecuada.

ALGUNOS TIPS PARA TENER EN CUENTA:
1. Llevá varias capas de ropa, para poder desabrigarte a medida que entrás en calor.
2. No olvides incluir una gorra y un par de guantes para limitar la pérdida de calor.
3. Tomá líquido antes, durante y al terminar la caminata. Es fundamental estar hidratado permanentemente.

LA IMPORTANCIA DE ENTRAR EN CALOR
A veces se cree que la entrada en calor es una pérdida de tiempo. Pero en realidad es la parte más importante de todo ejercicio. Consiste en poner en funcionamiento todos los órganos, sistemas y segmentos óseos, articulaciones y músculos que estarán involucrados de una u otra manera.

La entrada en calor aumenta la velocidad de contracción y relajación de los músculos, ayudando a que se recuperen más rápido entre las prácticas. Obviarla puede derivar en lesiones como desgarros o lumbalgias.

Por eso, nunca te olvides de destinarle unos minutos a este paso fundamental y también a la elongación, que le devuelve al sistema muscular su flexibilidad y alivia tensiones en ligamentos, tendones y articulaciones.

Además, contribuye a la relajación física y mental. El mejor momento para hacerlo es al finalizar la actividad física, cuando los músculos están calientes. Es importante tener en cuenta que al elongar no se debe llegar a sentir dolor, porque eso puede ser sinónimo de lesión.

Fuente: revista Nestlé
Espacio auspiciado por Angelo Cipolat / Gimnasio Perfect form

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