LOS REMATES DE OTROS TIEMPOS

Felix Peyre
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 A propósito de acercarnos copia de viejos afiches, surge una evocación de los remates de tiempos idos, de suma trascendencia en el país y en su momento, de gran auge en nuestra ciudad y la región.



El testimonio más antiguo sobre los remates, data del 9 de abril de 1589. Mediante Acta del Cabildo, Justicia y Regimiento, se establece la adjudicación en remate a "García Hernández", del cuidado de las vacas y bueyes de la ciudad, por haber hecho la propuesta más baja, comprometiéndose “recoger cada sábado al corral y guardar las chacras de los daños de los bueyes y vacas y hicieren daño sea a su costa salvo si estuviesen unidos  o maneados”, mediante una remuneración de setenta y seis  fanegas de trigo, que el Cabildo se obligaba a entregarle; la mitad al empezar la tarea y la otra mitad al vencimiento del término de sus servicios. En el mismo día, fueron rematadas en las carnicerías, veinticuatro libras de carne, a Juan De Castro.

En 433 años fueron inmunerables las subastas, de diversa índole y motivaciones, realizadas a lo largo y ancho del país. Ahora con relación a los remates feria, muy arraigados en nuestra zona y que motivan esta nota, el primero se realizó el 17 de noviembre de 1893 en la localidad bonaerense de Jeppener, cerca de Coronel Brandsen, a cargo de la firma Alchourron Hermanos, fundada el año anterior por Bautista Alchourron.

En esa época, el presidente argentino, Carlos Pellegrini, galopaba la mayor crisis que hasta entonces se había conocido en nuestro país. En ese momento, se dieron las condiciones para la llegada a la comercialización de hacienda de la figura del feriero. Consignatarios de la campaña, en instalaciones propias o ajenas, periódicamente organizaban subastas de ganado con destino a la faena, invernada y cría.


BIEN PEHUAJENSES

Hoy, nuestra evocación con testimonios gráficos de 70 años de antigüedad, destaca la firma Casa Vallerga Gortari de Arrese, Massola y Cía, que desarrollara intensa actividad en el distrito y la región, a través de un remate de hacienda. Asimismo el remate de un inmueble rural por parte de la firma Pedro D. Duhalde.

El remate feria nació como consecuencia de la necesidad de dar abasto a las ciudades y pueblos del interior, pero fundamentalmente como punto de concentración y apoyo para pequeños y medianos productores que encuentran así la posibilidad de comercializar su producción ganadera sin pérdidas de peso y gastos en fletes. Tan es así que se considera al feriero de la campaña como uno de los puntales de la reconocida calidad de nuestra ganadería.

Tuvieron su máximo auge en los inicios del siglo XX. Las condiciones socioeconómicas del país favorecían en gran forma el negocio ganadero, lo que se vio reflejado en esta nueva forma de comercialización que se afianzó inicialmente en la campaña bonaerense para luego extenderse a otras provincias. 







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