Adiós a un cultor y predicador de la alegría

Felix Peyre
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Este jueves se apagó la vida de Rodolfo Zapata, un referente muy especial del folclore que tuvo la habilidad de amalgamar temas sentimentales y el humor con picardía, permaneciendo en la escena nacional durante más de 70 años. Impresiones de sus visitas a Pehuajó.

Tenía 17 años e integraba el elenco de Olinda Bozán y, Francisco Alvare, si bien había empezado a cantar a los 6 años, estimulado por su padre que fue cantor de milongas.

Compuso más de 500 temas y muchos fueron una especie de ícono dentro de la corriente folclórica que cultivó. Basta nombrar la chacarera “La Gorda” o “No vamo' a trabajar”, “Mamita linda”, algunos alcanzando trascencencia internacional.

Varias veces se presentó en Pehuajó y en localidades de la región. Humilde, sencillo, bonachón y con un sentido del humor que transmitía en forma constante con una sonrisa a flor de labios. Se presentó en los primeros festivales realizados en el Teatro del Lago del parque San Martín y varias veces en el Teatro Español de nuestra ciudad.

Quien suscribe tuvo el inmenso placer de compartir muchos momentos. Una noche estaba programada su actuación el Teatro Español y llovía intensamente. Se pensó en un fracaso pero el público respondió como en una noche estrellada. Recuerdo que lo esperaron en la puerta del Teatro con paragüas, bajo sonriente, guitarra en mano, cantando “Ya se largó ya, ya se largo..” rodeado del afecto de sus seguidores.

Al día siguiente continuaba el mal tiempo y debía viajar a Mones Cazón cuando el acceso no estaba pavimentado. Hay que cumplir igual decia al descartar una eventual suspensión. Este auto es fiel y barrero dijo y emprendió viaje en un Ford Falcon sin problemas y entonando algunas de sus creaciones.

En los tiempos de LT22 compartimos fructíferos encuentros. Era un enamorado de los pueblos del interior, de la gente y las costumbres camperas. La radio le fascinaba. En una de sus visitas me encomendó que le avisara si LT22 se vendía. “;Me gustaría comprarla” me dijo cuando se alejaba de los estudios en la calle Perito Moreno.

Compuso temas que nunca cantó posiblemente, siempre entremezclando sanos sentimientos y sano humor. “Quiero renovar el repertorio, pero la gente me sigue pidiendo los temas que canté toda la vida”, acotó en una de las entrevistas.

La música popular está de duelo. La alegría está de duelo, pero el cielo está de fiesta. Rodolfo sigue regalando sonrisas y buenas ondas, porque la vida en definitiva es eso ¡alegría, alegría de vivir!!!

Félix P. Peyrelongue
chicofeo52@hotmail.com
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