Chacho Waks, autor del Monumento Nacional Conmemorativo al Martín Fierro, era oriundo de Henderson. Su familia vivió en Pehuajó. Detalles de sus aventuras por el interior del país.
Gustavo "Chacho" WAKS, nació en el año 1937, en Henderson, que formaba parte del partido de Pehuajó. Fue alumno de la centenaria escuela nº 26, cuando ejercía la dirección la docente Eulalia Recarte de Valverde, quien afirmó que Chacho exteriorizó siempre inquietudes artísticas y el deseo de conocer todo el territorio argentino.
El padre del brillante escultor, Jocobo Waks, estuvo radicado en Pehuajó, en la década de los años 30. Tenía una gomeria en calle Cuenca (ahora Landa) y Artigas. Desde adolescente comenzó a volar y dar rienda suelta a su esencia de trotamundos. Hizo el servicio militar en Las Lajas y allí afianzó su afecto por el sur argentino.
Según reveló el convecino Tomás Aníbal Recarte, Chacho estuvo alejado del seno del hogar natal, aunque en una de sus visitas, le pidió a Recarte recorrer el barrio donde había morado su familia cuándo estuvo radicada en Pehuajó.
Realizó exposiciones a partir del año 1948, con singulares elogios, siempre exhibiendo a través de las esculturas sus profundos conocimientos de los habitantes típicos de Argentina. Algunas de sus obras "Centinela del desierto", "Echando verija", "Eligiendo para pialar", "El Kaita", "Paisano de mis pagos", "Pa pialar por sobre el lomo", "Encarando la partida", "Siempre e tuve por güeno".
En el año 1950, el gobierno lo distingue con una beca para ampliar conocimientos en Europa. La distinción configuraba un honor, pero Chacho la rechazó. "Antes de salir del país, hay mucho que hacer en él", argumentó y pidió que se acordara el beneficio para experimentar más en el ámbito nacional.
El sentimiento de argentinidad brotaba en forma constante, no solo en sus obras escultóricas, también en sus actitudes y procederes. Dialogar con él implicaba embriagarse de celeste y blanco, lo mismo sucedía al contemplar su ámbito de trabajo.
Falleció, a los 58 años de edad, el 7 de abril de 1976, en la ciudad de Mar del Plata, en cuyo museo José Hernández han sido depositadas muchas de sus esculturas.
