Esta mañana la noticia nos sacudió feo. Nos invadió el dolor y la tristeza. Esta vez no pudo reponerse de la caída de su salud. Tata Dios quiso llevarlo a su lado. El campo, el mundo de las jineteadas y los amantes de la danza y folclore están de luto.
Desde gurí viviste apegado al campo y a su gente. La vida no fue fácil pero jamás te faltó coraje y decisión para superar tropiezos. Desde "mensual" de estancia a calificado esquilador, conociste el arduo trabajo del campo.
Al mismo tiempo gozaste, con entusiasmo y contagiante optimismo, como jinete, verseador, bailarín, recitador y animador de fiestas criollas. Amigo de la franqueza y la lealtad. Transitaste la vida con la frente bien alta. Paisano de profunda fe cristiana, que cada mañana al levantarte, les dabas gracias a Dios por un nuevo amanecer.
Este 17 de enero dijiste a Dios. Volaste alto hermano, tal vez a jinetear, bailar o recitar en los campos celestiales. Al pedir por tu eterno descanso, nos duele tu ausencia física, pero rescatamos tu ejemplo de vida criolla, sencilla, humilde, siempre honrando a la celeste y blanca.
Y al decirte adiós, invitamos a compartir el grato encuentro con "mirá", hace 7 años, en su casa del barrio "Pehuajó Chico":
Un criollo de pura cepa
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