A pocos días del cincuentenario del Monumento Nacional al Martín Fierro, único en el país, evocamos a su creador Chacho Waks, cultor y defensor de la argentinidad. Detalles sobre el escudo oficial del partido de Hipólito Yrigoyen, cuya autoría también le pertenece.
Desde la adolescencia exteriorizó su espíritu independiente y puso en práctica su pasión por recorrer y conocer todo el país. Convivió con araucanos, tobas, wichis, etc. Hasta se alejó de su familia.
En el año 1943, se radicó en la ciudad de Mar del Plata, donde comenzó a moldear esculturas indo gauchescas. Realizó numerosas exposiciones, despertando la adhesión y apoyo de Benito Quinquela Martín. Su obra más trascendente fue el Monumento Nacional Conmemorativo al Martín Fierro, emplazado en el centro de la ciudad de Pehuajó, en noviembre de 1972.
En el ingreso a la Casa de la Cultura de Henderson, su suelo natal, se destaca un gaucho a caballo. Otras creaciones se encuentran en el Museo de Mar del Plata y en el Museo de Artistas Argentino "Benito Quinquela Martin", ubicado en el porteño barrio de La Boca.
El hijo del talabartero hendersonense Mauricio Waks, radicado en dicha ciudad en el año 1916, era un ser muy especial, diferente para aquellos tiempos. Viejos pobladores, a través de indagatorias reveladas en el sitio "Henderson histórico", coinciden en destacar su manera de ser, su inclinación por las expresiones del arte y su independiente accionar. A los 15 años, emigró de su casa. Anduvo por el sur argentino primero y por el norte después.
Nadie sabía donde andaba. Era distinto, diferente, aventurero incansable. Cuando decide radicarse en Mar del Plata, incentiva su producción de esculturas, volcando conocimientos y experiencias adquiridas a lo largo y ancho del territorio argentino.
EL ESCUDO DEL PARTIDO DE HIPÓLITO YRIGOYEN
También es autor del escudo del partido de Hipólito Yrigoyen. Al respecto, ganó un concurso abierto realizado en el año 1969. Al año siguiente, fue instituido como símbolo oficial por Ordenanza provincial. Chacho se enteró que su diseño había resultado ganador a través del periódico VERDAD que recibía en Mar del Plata.
Rechazó el premio de 25 mil pesos y lo donó a la Casa del Niño “Ana Blondeau”. En una misiva dirigida al periódico, expresó:
“Recibí el último número de la simpática y hendersonera publicación. Me enteré que mi trabajo sobre el emblema del partido, salió favorecido. Pueden imaginar la alegría que siento, es enorme el orgullo que mi modesta contribución será en lo sucesivo el blasón de nuestra patria chica.
No solamente fue numeroso el envío, sino de gran calidad. Había siete u ocho estupendos, lo que habla a las claras del nivel intelectual y capacitación artística de la muchachada, que como dije no ha de desmentir la casta hendersonera.
Antes que nada pensemos en los niños, en los muchachitos desamparados. Tratemos de ayudarlos, de formarlos de modo que puedan ser mañana hombres sanos de espíritu, buenos argentinos y buenos hendersoneros”.
Así era Chacho, un ser humano entero, sin dobleces. Atento a su voluntad, el dinero del premio ganado por entregado a la Casa del Niño, siendo afectado a la benemérita tarea que realizaba en ayuda y apoyo de los niños de menores recursos de la ciudad.
