“Una cadena de unión más fuerte que las cadenas de la guerra”

Felix Peyre
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La prédica de Juan Pablo II por la paz fue constante, permanente y trascendente. Hoy, al cumplirse 40 años de la confrontación bélica, además de recordar y rendir tributo a los caídos y ex combatientes, es oportuno evocar el accionar del ahora Santo, verdadero “Mensajero de la paz”. 



La guerra es siempre "una derrota de la humanidad", sostenía con vehemencia. En el mensaje "Urbi et Orbi", Pascua 1982, formuló un ferviente llamado a los dos países, Argentina e Inglaterra, "de tradición cristiana" para que se encontraran "los caminos de una pacífica y honorable composición del conflicto, mientras todavía quedaba tiempo para prevenir un choque sangriento".

El llamado no tuvo el eco deseado, pero Juan Pablo II no claudicó y no se limitó a los llamamientos. Fue a Gran Bretaña y luego vino a la Argentina, en gesto de cercanía a quienes sufrían el drama de la guerra, como "mensajero de la paz".

El 11 de junio de 1982, en el Santuario de Luján, ante desbordante muchedumbre, mientras en las islas del Atlántico sur se consumaban los últimos días de una guerra absurda, el Papa no se cansaba de repetir su predicación por la paz y la reconciliación. Confiaba a María, Virgen de Luján, el futuro de ambos pueblos: "Que por tu intercesión, oh Reina de la Paz, se encuentren las vías para la solución del actual conflicto, en la paz, en la justicia y en el respeto de la dignidad propia de cada nación".

El 12 de junio, festividad del Corpus Christi, en la misa realizada frente al Monumento de los Españoles, habló del Cuerpo de Cristo derramado en la sangre de las víctimas de la guerra del Atlántico sur: "La verdad sobre el Cuerpo y la Sangre de Cristo -signo de la Nueva y Eterna Alianza- sea luz para todos aquellos hijos e hijas, tanto de Argentina como también de Gran Bretaña, que en el curso de las actividades bélicas han sufrido la muerte, derramando su propia sangre".

Y al dirigirse a los jóvenes, futuros centinelas del mañana y embajadores de paz, enfatizó: "Únanse también a los jóvenes de Gran Bretaña, que en los pasados días han aplaudido y han sido igualmente sensibles a toda invocación de paz y concordia. A este propósito, muy gustoso les transmito un encargo recibido. Ya que ellos mismos me pidieron, sobre todo en el encuentro de Cardiff, que hiciera llegar a ustedes un sentido deseo de paz".

"No dejen que el odio marchite las energías generosas y la capacidad de entendimiento que todos llevan adentro. Hagan, con sus manos unidas, una cadena de unión más fuerte que las cadenas de la guerra. Así serán jóvenes y preparadores de un futuro mejor; así serán cristianos".


Nuestro sincero homenaje a los pehuajenses que hace 40 años estuvieron en Malvinas:
Daniel Oscar Coronel, Aníbal Santiago Hernández, Alberto Hidalgo, Luján Roberto Sandoval, Carlos Rey, Claudio Ríos, Sergio Fiol, Horacio Oscar Bartel, Luis Adolfo Bergues, Carlos O. Tempio y Héctor Luis Vescovo (Fco. Madero), Osmar Lorenzo Laporte y Jorge Lorenzo Mendieta (Juan José Paso).

El 2 de abril, tan caro y triste para el sentimiento de los argentinos, se entrelaza con el emotivo homenaje a quienes ofrendaron la vida, a todos los ex combatientes y con el recuerdo de Juan Pablo II, un gigante de la historia y un auténtico hombre de paz, que con las manos desnudas y el corazón henchido de solidaridad y amor por todos, luchó contra toda confrontación bélica.

Invocamos su protección e intersección para que cesen los enfrentamientos entre Rusia y Ucrania, que actualmente conmueven al mundo.

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