Fue uno de los últimos ídolos populares de la zona. Hace casi 50 años lo acompañaron músicos pehuajenses con el grupo “Fórmula 4”. Vivió de la música y fue feliz. Síntesis de su trayectoria y el emotivo recuerdo junto a los músicos de Pehuajó.
Este
domingo invernal nos sorprendió con la noticia. En horas de la madrugada se
apagó la vida de Heraldo "Simpatía" Orozco, convecino de Trenque
Lauquen y uno de los ídolos populares de la región, que brilló en múltiples
escenarios y amenizó reuniones bailables en todos los pueblos de la zona y los
inolvidables bailes de campo.
Desde
muy joven incursionó en el mundo de la música. Tenía un objetivo claro: hacer
bailar a la gente, hacerla sentir feliz. ¡Y cómo lo lograba! Su presencia era
sinónimo de éxito asegurado en los bailes propiciados por clubes y cooperadoras
de toda la zona. Exhibía con naturalidad sus condiciones y un carisma que
conquistaba en forma espontánea, ganando el acertado apodo de
"simpatía".
En
su etapa de esplendor, década de los años 70, reunió a músicos de Pehuajó y
Trenque Lauquen, conformando el grupo "Fórmula 4". Allí secundaron a
Heraldo, los talentosos músicos pehuajenses Alberto Pascual (teclado), Tito González
(batería) y Mario Lezcano (guitarra), que reemplazó a Oscar Ferreyro.
FÓRMULA 4: Heraldo junto a los pehuajenses Lezcano, Pascual y Gonzalez.
A
los 14 años formó parte de Los Rítmicos" y más tarde creó su propia banda
"Los Embajadores del Ritmo. Luego integró “The American Jazz”, y en la
década de los años 70, el productor Luis Piñeiro lo incorporó a “Los Dados
Negros”. Posteriormente, con músicos de Pehuajó, conformó “Fórmula 4”, grupo
que llegó a grabar en RCA de Buenos Aires. En 1976, formó el cuarteto Palmera
con Manuel Orsetti, Coco Bufarini y Pin Llanesa, alcanzando notorio éxito.
Ya
en los años 80 comenzó su tarea como solista en forma definitiva. Experimentó
la satisfacción de grabar junto a su hija Silvina "Gracias a la
vida". Junto a ella, desde Canal 12 de Trenque Lauquen dio lugar y
promocionó grupos de la zona. La música fue su pasión y devoción de toda la
vida. Vivió de la música y sintió el halago y el reconocimiento de la gente. Sentía
el cariño y el aprecio de sus semejantes.
En
2010, el Concejo Deliberante de Trenque Lauquen le tributó un homenaje y en la
Casa de la Cultura de su amado pueblo, se exaltó su aporte a la cultura, con un
mural que testimonia también similar reconocimiento a Ñusta de Piorno y los indios
Tacunau.
No
pudo superar problemas de salud que lo afectaban desde hace tiempo. Y Heraldo,
el hijo de un arriero que transportaba vacas a caballo y de una activa
planchadora trenquelauquenche, nos dejó este primer domingo de julio. Fue un
"tipazo", ídolo regional y por sobre todo buena persona.
Tenía
74 años y sus restos fueron inhumados, esta tarde, en el cementerio de la
vecina ciudad.