Homenaje a un calificado cultor de los valores de convivencia y respeto en aulas y ámbitos deportivos, que nos dejó en las últimas horas. Profunda consternación y múltiples expresiones de reconocimiento a su trayectoria como deportista y docente.
Otra sorpresiva
partida conmovió a los pehuajenses, en este tiempo de pandemia que por momentos
parece eternizarse. Roberto Ezequiel Vicente (75), afectuosamente "el
Manca", falleció en la vecina ciudad de Trenque Lauquen, donde se había
radicado junto a su familia.
Los medios
informativos digitales dieron a conocer la triste noticia. Circuló rápidamente
y las redes sociales, donde ahora se exteriorizan todos los sentimientos, se
inundaron de mensajes de valoración y despedida a quien fuera uno de los
brillantes profesores de educación física que tuvo Pehuajó, y una verdadera
estrella del básquetbol. Alcanzó el nivel más alto en este deporte e integró la
primera división de Gimnasia Esgrima de La Plata. En distintas etapas de su
meritoria labor también brindó su aporte al fútbol, el handbol y el atletismo.
Tuvo además el
privilegio de transmitir sus conocimientos a varias generaciones de
pehuajenses, que hoy lloran su súbita partida. Impartió enseñanzas en diversos
establecimientos educativos, en clubes del distrito y estuvo presente siempre
en todo evento o emprendimiento deportivo. Múltiples expresiones de admiración
y reconocimiento se hicieron públicas en las últimas horas.
Antes de su
partida hacia Trenque Lauquen habíamos pautado una entrevista en nuestro
portal, simplemente para rendir tributo a su valiosa obra educativa, educativa
y comunitaria. Quedó pendiente y ya no podrá ser. Por ello, nuestro homenaje
post mortem.
Se fue un
ejemplar deportista y mejor docente y padre de familia. Sencillo, humilde,
inteligente, honesto, cultor de la amistad sincera. Abrazó su vocación como
pocos. En cada lugar que pasó dejó una siembra positiva. Inculcó con simpleza, tanto
en los ámbitos deportivos como en las aulas, los valores del respeto y lealtad,
cuya reivindicación es oportuna en tiempos donde proliferan incomprensibles confrontaciones
y actitudes reñidas con las buenas costumbres.
Siempre de bajo
perfil. No le interesaba trascender, solo sembrar, transmitir conocimientos,
enseñanzas, ejemplos. Y no estaba equivocado, es la mejor trascendencia a la
que puede aspirar un ser humano.
Toda la
gratitud, de la que es merecedor, a su familia. No es hora de plantear el ¿por
qué? de la sorpresiva partida hacia el mundo celestial. Es hora de priorizar el
¿para qué?, que no es otro que honrar su memoria, con ejemplos y la predica de
los valores que supo transmitir y de los que jamás se apartó.
Pitada final y
un eterno triple perpetua en el aro de la vida, con aromas de humildad y
fragancias de respeto y lealtad por los demás...
Descansa en paz
"Manca".