El paraje Larramendy, abandono, desolación...

Felix Peyre
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Los fines de semana suele ser visitado. El pueblo que no fue. La Iglesia gemela abandonada. Síntesis histórica como corolario de una recorrida muy particular.



La folklorista y conductora radial, Daniela Pérez Balsa, matiza los fines de semana con recorridas en bicicleta por las zonas rurales del partido de Pehuajó, con la intención de mantener prácticas atléticas y deportivas, y al mismo tiempo conocer bien de cerca distintos lugares y parajes del distrito, que documenta en imágenes, y con el propósito además de divulgar su tarea matinal en "Informate", que emite por FM Imaginaria.



Uno de sus últimas recorridas fue hasta Larramendy, la vieja estación ferroviaria y paraje rural inaugurado en 1911 por la Compañía General de Ferrocarriles de la Provincia de Buenos Aires. Hubo servicios ferroviarios hasta el año 1961. La idea original de los fundadores no prosperó y el lugar, paulatinamente, se ha constituido en un sitio de atracción por su estado de abandono y desolación, que muchos tildan de ruinas.

Allí quedan los abandonados y derruidos edificios de la estación ferroviaria, la escuela y la iglesia, obras gestadas por María Larramendy de Bellocq, quien donó esas tierras e hizo construir el imponente templo con el propósito de crear abadías, idéntico al que construyó en la localidad de Bellocq, que felizmente sigue funcionando, habiendo perdido la cúpula por efecto de un tornado.


Cabe acotar que María Larramendy, viuda de Bellocq, en aquel tiempo convenció a unos monjes benedictinos, procedentes de México, para que emigraran y se instalaran en amplios territorios rurales. Deseaba que los monjes oficiaran misas en memoria de su marido y atendiesen una escuela para los hijos de la peonada, primero en Bellocq, partido de Carlos Casares, y luego aquí, jurisdicción del partido de Pehuajó, paraje que lleva su nombre.

Vinieron siete monjes encabezados por el Padre Fermín de Melchor. Atendían ambas iglesias. Oficiaban misas, bautizaban y educaban a los hijos de los empleados de las estancias de Larramendy. Realizaron trabajos rurales, forestaron, araron la tierra, pero evidentemente no se adaptaron. Estuvieron dos años y en el año 1916 se fueron.

En Bellocq se formó el pueblo y todo prosperó. En Larramendy no fue posible formar una población y lentamente fue quedando en el olvido. Las inundaciones de los años 70 y 80 también incidieron en el progresivo deterioro. El abandono y la desolación dominan el paisaje.

Daniela, como seguidora de "mirá", quiso compartir la experiencia y las fotos tomadas, que motivaron el presente aporte para la sección "Por la huella".

 

LAS FOTOS DE DANIELA CON FONDO MUSICAL DE JOSÉ FÉLIX BOSES




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