Muchas veces es rechazada y en las relaciones humanas se suele utilizar como calificativo a una persona poco confiable o insensible. Lamentablemente la mayoría desconoce las beneficiosas funciones que la caracterizan. Hoy, Luciano Echeto nos aclara las miradas.
Nombre científico: Didelphis albiventris
Nombres vulgares: comadreja overa, comadreja mora, zorrochucha, chucha común, fara, picaza, zarigüeya, mikuré-eté (guaraní).
Descripción: se distribuye desde Venezuela hasta el centro de Argentina. Marsupial de pelaje lanoso y espeso, coloración general negra, blanca y tonos grisáceos. Se puede encontrar ejemplares completamente negros o blancos. Mide cerca de 1 m de longitud, tiene cabeza triangular y cola prensil para sujetarse a los árboles.
Alimentación: consume frutas, semillas, hojas, lombrices, insectos, arañas, moluscos y vertebrados en general.
Hábitat: vive en selvas, bosques, pastizales, áreas urbanas y cerca de cuerpos de agua.
Reproducción: entre Septiembre y Mayo tiene hasta dos camadas (promedio de seis crías). La madurez sexual es obtenida a los 10 meses.
Costumbres y curiosidades: es solitaria, crepuscular y nocturna. El promedio de vida es de 2 años. Trepa y nada con facilidad, se refugia en huecos de árboles. Nidos y cuevas. Al verse amenazada abre la boca y emite chillidos liberando una secreción de olor desagradable; si el peligro continúa, entra en un estado semejante a la muerte que llega a durar hasta seis horas.
Diferencias sexuales: el macho es más grande que la hembra, también más territorial y agresivo entre los demás individuos de su especie.
Conservación: pese a que culturalmente (y lamentablemente) se la mata, es abundante y está ampliando su distribución en ambientes modificados por el hombre.
Importancia: fundamental para el equilibrio ecológico; gran consumidor de ratas, lauchas, serpientes, parásitos, cucarachas y otras plagas causantes de enfermedades, por lo que puede ser utilizada como aliado natural del hombre. También dispersa semillas.
Creencias y leyendas: los pueblos originarios tienen varias leyendas sobre la comadreja, una de ellas refiere a que por las noches, el animal sale a beber la sangre de las aves, emborrachándose y al amanecer vuelve a la madriguera con resaca.
Autor: especialista Luciano Echeto.