La necesidad de reencontrarnos con los valores eternos

Felix Peyre
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El 204° aniversario de la independencia nacional nos sorprende en un momento inédito, impensado, que motiva replanteos. Compartimos una oportuna reflexión  del pastor de la Iglesia Evangélica Menonita de Pehuajó, Raúl O. García, publicada hace 9 años en nuestro sitio, hoy más vigente que nunca.



Volver a los valores eternos

En nuestra historia patria tenemos acontecimientos destacables que necesitarían ser re-examinados y puestos nuevamente en vigencia. Sin duda ,hablamos con sano orgullo, de la Revolución de Mayo que nos permitió liberarnos de ciertas dependencias. También hablamos con satisfacción de la conmemoración de la Independencia que consagró ciertos valores fundamentales, que puestos en la práctica cambiarían las presentes circunstancias.

Cómo han cambiado los valores!

Por ejemplo, para nuestros abuelos, la palabra empeñada era mas que un documento firmado, a cumplirse, sin excusas. Estaban su honor y su nombre comprometidos.

Al presente, vemos con preocupación que estamos sangrando de violencia y abandono, deseando una efectividad de la justicia, que muchas veces termina negociando su dignidad y no alcanzando a satisfacer.

Miramos impotentes una realidad que nos avasalla, sin entender por que cambiaron tanto la verdad, el juicio, la buena conducta, los principios éticos que resguardaban una cierta convivencia pacífica en la vida diaria en general, hasta llegar al estadio y al recital.

En el aspecto tecnológico se ha prosperado sorprendentemente con una velocidad que pasma. Pero en el aspecto de principios y valores hemos declinado y, si bien hay intentos de no perder el buen rumbo, vemos que el tecnicismo sube por el ascensor, mientras que los valores están detenidos y lentamente suben por la escalera.


Hace falta una nueva Revolución de carácter espiritual para desprendernos de la nocivas dependencias humanas. Hace falta una nueva Independencia que nos libere de injusticias, de rencores, de egoísmos, de intereses personales, de las miserias humanas de todo orden, ya sean personales, familiares, sociales, etc.

La Biblia nos recuerda que "Dios volverá a juzgarnos por las expresiones de injusticia, por los que juran en falso, los que oprimen a pobres y trabajadores y los que se olvidan de Dios". Agrega la Escritura "que debemos volvernos a Dios y que Dios se volverá entonces a nosotros".

Es tiempo de volvernos a Dios. Todos lo necesitamos, ya sea como nación, como familia, como individuos, porque los valores del mundo cambian pero los valores de Dios siguen estando vigentes, para bendecirnos, para provocar la Revolución Espiritual que nos puede Independizar de todo aquello que es pecado (= errar el blanco).

¿Por qué no probarlo para ver cómo funciona?

Sobre todo porque los valores del mundo cambian, pero los valores de Dios son para siempre.

Prof. Raúl O. García
Iglesia Evangélica Menonita

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