La fuerza de la voluntad

Felix Peyre
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Voluntad y perseverancia. Fe y confianza. Son características del grupo de voluntarios que trabaja por la recuperación y mantenimiento de las instalaciones edilicias del otrora Pre Seminario de Guanaco e Instituto de Capacitación Rural “Santa María” de Guanaco.

Hace unos meses un grupo de vecinos identificados con el quehacer del recordado Instituto "Santa María" de Guanaco y la iglesia "San Bernardo", decidieron sumar esfuerzos y recoger voluntades para realizar reparaciones y trabajar por el mantenimiento de las instalaciones.

El pasado domingo, durante la celebración en honor del Santo Patrono, calendariamente honrado el 20 de agosto, el aludido grupo exhibió logros alcanzados, ratificó el compromiso de continuar trabajando y dio gracias a Dios por la protección y ayuda.

La celebración patronal alcanzó notorios matices. El oficio religioso, el templo y la procesión rememoraron brillantes conmemoraciones de otros tiempos. El grupo de voluntades solidarias tiene mucho que ver en este reflorecimiento de la fiesta de San Bernardo. El éxito corona los esfuerzos realizados.

Comparten la encomiable iniciativa Pilar Pico de Baschón, Cacho Baschón, Rafael Capua, María Teresa Castillo, Jorge Lazarte, Gladys Mortonfano, Amalia Lazarte, Mario Losauro, Andrea García, Carlos Alcaraz y Fabiana Capua, quienes además cuentan con el apoyo del matrimonio Profumo, Haide Zanga y Belén Etcheverry. Han distribuido tareas y roles, y cada uno en la medida de sus posibilidades, brindan desinteresada colaboración en pro de los objetivos compartidos.

Al referirse a los trabajos concretados, Fabiana Capua, señaló a "mirá": "Hemos hecho colocar un piso en el dormitorio que era del padre Vicario, ahora transformado en cocina y se hizo arreglar el piso de entrada al seminario que estaba hundido y sin baldosas". Se llevó a cabo, además, una limpieza integral del patio interno y se instaló plomería nueva en dos baños y cocina, estando pendiente como paso inmediato los trabajos de pintura.

Cuando el grupo de apoyo inició su labor, con recursos provenientes de una rifa, cuyo premio fue una vaquillona, se pagó la colocación del techo, que estaba donado y no se había podido concretar, en un amplio sector del edificio que abarcó los ámbitos mencionados incluyendo dos habitaciones y baños.

"El cielorraso -acotó Capua- está donado y al parecer se ha conseguido que la Municipalidad nos pague la mano de obra para colocarlo. Digo al parecer, porque en la fiesta del último domingo, fue el ofrecimiento del Intendente al cura párroco".

Prevalece la idea de dejar totalmente terminado ese sector y continuar con la reparación del salón multiuso, para lo cual ya se disponen de las chapas y el cielorraso.


En síntesis, este es el accionar del grupo de ayuda, protagonistas de un desafío digno de destacar, que en forma paulatina conquista adhesiones de distintos sectores de la comunidad, con el apoyo de algunos “guanaqueros” y de muchas personas que ya no viven en la localidad pero se sienten identificados con el lugar.

La acción del grupo es abierta y solidaria, por ello bienvenidas todas las voluntades que deseen sumar de distintas maneras. Falta mucho por hacer, los tiempos económicos no son los más propicios, pero el ímpetu y empuje de ese puñado de vecinos alienta y reconforta.

Están dispuestos al trabajo solidario, quitando horas a sus familias, tal vez al descanso y al esparcimiento cotidiano, simplemente porque sienten y aman ese solar donde germinan semillas de esperanza y donde la fe y la perseverancia son moneda corriente.

Como bien lo afirma Pablo Coelho: “Hay en el mundo un lenguaje que todos comprenden: es el lenguaje del entusiasmo, de las cosas hechas con amor y con voluntad, en busca de aquello que se desea o en lo que se cree.”


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