Patentes

Felix Peyre
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La Ordenanza de Impuestos que forma parte del Cálculo de Recursos y Presupuesto de Gastos del año 1922, enumera pormenorizadamente todas las patentes e impuestos aplicables a distintos rubros. 96 años después hay ítems que hoy resultan llamativos, pero respondían a la realidad de aquella época.
Los carruajes particulares de 4 ruedas pagaban $ 40 al año; un automóvil Ford $ 50 y de otras marcas $ 75. Cada camión automóvil de carga abonaba $ 25 por año y cada camión o automóvil que hacia las veces de diligencia o galera, pagaba $ 70.
Una diligencia o galera $ 50, sulky o charret con capota $ 16 y sin capota $ 12; zorra o carrito de tres ruedas $ 12; jardinera con toldo $ 20 y sin toldo $ 14. Existían coches fúnebres de primera y de segunda clase, que pagaban $ 200 y $ 100 al año, respectivamente.
Entre otros rodados, se destacaba el funcionamiento de carros de diverso tipo. Por ejemplo, el de 2 ruedas pagaba $ 18; el carro de 4 ruedas, chata y vagoneta con elástico $ 18. Y el carro de 4 ruedas sin elástico $ 25 por año.
Las bicicletas de hombre pagaban $ 5 y las de niños $ 3. Además pagaban media patente como sisa autos de otros partidos, $ 25 los de primera categoría y $ 37,50 los de segunda categoría, si estaban más de 15 días en el pueblo.
Las chapas de cada patente tenían un costo de $ 0,50 y si las querían esmaltadas $ 5. Se establecía que fueran colocadas en lugar visible y se penaba con 10 pesos de multa a quien no lo hiciere.
n cuanto a los coches fúnebres, se consideraban de primera categoría los que eran ornamentados y tirados por más de dos caballos, mientras que eran de segunda clase los que carecían de ornamentos y eran tirados solo por dos caballos.
La ordenanza del año 1922 también determinaba clara normas para los carruajes y coches utilizados como remises, detalles válidos para comentar en una próxima entrega de esta sección, que permite evocar el Pehuajó de otros tiempos.

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