La problemática de las cotorras en Pehuajó

Felix Peyre
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La cotorra, cuyo nombre científico es Myiopsitta monachus, vivía principalmente en las áreas boscosas de Argentina. En la actualidad, se ha distribuido e invadido tanto el pastizal, como así también los pueblos y ciudades.
Pehuajó no fue ajeno a este hecho, en los últimos años comenzó a verse una gran cantidad de cotorras en los campos, plazas, parques y otros espacios verdes; incrementándose hasta nuestros días. Los daños ocasionados fueron notables: pérdidas en la agricultura, consumo de los frutos que se cultivaba en las casas, óxido en los monumentos, edificios, paredes (por la acidez del excremento), molestias por los fuertes chillidos que emiten las bandadas, perjuicios en líneas de transmisión eléctrica (construye nidos descomunales), competencia por espacio y alimento con otras aves que desde antaño estaban en el contexto urbano o rural, afectando el ecosistema natural y teniendo efectos adversos sobre la biodiversidad.

¿Pero porqué ocurrió lo mencionado? Se observaron innumerables causas:
- La transformación de la tierra parar cultivos de maíz, trigo, girasol y sorgo (de manera irracional) aumentó desmedidamente, modificando los pastizales naturales, brindando una fuente abundante de alimento para la especie.

- El crecimiento reciente del ganado bovino, en sitios relativamente cercanos a nuestra ciudad, llevó a que se foreste para originar sombra, además de los arreos de las vacas que al bostear, dispersaban semillas (comida asegurada y refugio para las cotorras). Nuestra región era un gran pastizal, sin árboles, a excepción de algunos talas

- Los árboles frutales en la ciudad, proporcionan nutrientes de todo tipo (sobretodo los duraznos). Resulta sumamente fácil obtener brotes y frutos.

- Plantaciones de distintas especies exóticas, como el eucaliptus, pinos, entre otras, en la zona urbana y rural. Ofrecen seguridad frente a los predadores, lugar de excelencia para realizar nidos, como así también protección durante el año entero, ya que no pierden las hojas en períodos invernales.

Adicionalmente a todas las causas, el ave fue una invasora exitosa por su capacidad de formar nidos comunales, lograr una conducta flexible y por el oportunismo alimenticio que posee. Asimismo debemos enunciar la problemática que existe en países como Estados unidos, México, Italia, Francia y España, en la cual apareció por el mascotismo, liberada luego intencionalmente o escapada de las jaulas, expandiéndose, provocando perjuicios económicos y ecológicos extraordinarios.

Para resolver las problemáticas, se emplean múltiples técnicas: repelentes ahuyentadores de aves, como gritos y siluetas de rapaces, globos con figuras disuasivas, cañones de estruendo y llamadas de alerta.

No obstante, muchos de aquellos métodos sólo espantan a las aves a sectores aún cercanos, sin lograr erradicar el conflicto. Los procedimientos más eficaces para evitar que se aproximen tanto a nuestros espacios, podrían ser:

- Regular las técnicas de producción agrícola ganadera, ejercerlas de manera sustentable. Rotar los cultivos o reemplazarlos por pasturas o especies que sufran menos estragos.
- Adelantar la cosecha y optando por el secado posterior. Así no consumen los granos ni tienen la fuente de alimento que tanta atracción origina.
- Plantar árboles nativos, o si son exóticos, deben ser menores de quince metros y de hojas caducas (que caen en invierno) para que no atraigan tantas cotorras y asimismo cumplan con el objetivo de dar sombra en verano.
- Declarar y mantener áreas ecológicas protegidas, libres de sembrados y con pastizales naturales.
- Decretar y cumplir más leyes para la gestión ambiental.
- Quemar los nidos. Con anterioridad se debe informar sobre el tema a la comunidad pehuajense, explicando las consecuencias que generan la cantidad excesiva de dichas aves en el ambiente local.

Luciano Damián Echeto
Ambientalista Especialista en gestión de la naturaleza
Fotos: Federico Bruno
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