Un fogón encendido hace 28 años

Felix Peyre
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Adherimos al día de la tradición con un tributo a quien un día sin pensarlo habló por radio. Cultivó y difundió su amor por el folklore y la gente generó “El fogón de María Inés”. Es lugar de encuentro de cultores del canto popular, abierto y solidario. La llama sigue encendida.

Nació en Quenumá, del partido bonaerense de Salliqueló pero toda su familia materna se había radicado en Pehuajó. Desde pequeña venía de paseo al pago hernandiano, hasta que en junio de 1985 decidió quedarse para siempre.
María Inés Druille, siempre de perfil bajo y simpleza en sus expresiones, revela el cuándo y el porqué de su incursión en el atrapante mundo de la radiofonía, cuando Pehuajó aún tenía una emisora de amplitud modulada. “En el mes de junio de 1988, hablando sobre LT22 con el ingeniero (Raúl) Negreira, un ser extraordinario, me invita a la radio. Voy el 23 de junio y estaba Raúl hijo, sin prueba alguna me lleva al estudio y me hace hablar en un programa que se llamaba “Por siempre joven” con comentarios y música de todos los tiempos. Termina el programa y me compromete a ir todos los días. Así empecé”.

Así de simple, así de espontáneo. Es evidente que había una motivación interior que impulsaba sus decisiones. “Los días transcurrían y a mí me gustaba mucho lo que hacía, pero sin llamar a nadie se fueron acercando músicos como Tati Barontini, Ferraro, Antonio Narváez, Elsita Figueroa, Carlitos Dario, los hermanos Torres, Vázquez, y muchísimos más. Lo lindo que de a poco se empezaron a acercar jóvenes, chicas y chicos. Sinceramente llegó un momento en que se nos fue de las manos por la cantidad de gente que nos iba a acompañar, para actuar o solo a mirar. Debido a eso se acondicionó el estudio mayor de LT22”.

LA AUDIENCIA LO BAUTIZÓ
El movimiento alcanzado y el interés del oyente hicieron necesario modificar la identidad del programa. Al respecto, recuerda María Inés: “Fueron pasando los meses, el teléfono no dejaba de sonar y la gente era cada vez más. Un buen día ‘Raulito’ Negreira me dice: ‘María Inés le vamos a cambiar el nombre al programa porque la gente llama y pregunta a qué hora comienza “El fogón de María Inés”’. Yo que soy de un perfil más bien bajo ¡No quería saber nada! Proponía que se llamara “El Fogón” pero ‘Raulito’ dijo ‘no’”. Y enseguida añade, sonriente y feliz: “Te cuento que en la radio había un tema de Pichi Landi (nada que ver con el folklore) que se llamaba María Inés, le puso esa cortina y así comienza la historia de “El Fogón de María Inés”, nombre que le puso la gente”.

Ese mismo año, en pleno crecimiento del programa, se suma un cantor muy especial que se convierte enseguida en su aliado y fiel colaborador. “Va a cantar Arturo Herrera (imitador de Horacio Guarany), un chico que se sentía discriminado por haber sufrido de pequeño parálisis infantil, pero para nosotros fue uno más, además de cantar bien tenía muy buena voz para el micrófono, y lo invité para que me acompañara y así hace que está conmigo en la co-conducción 28 años”.

LA GENTE LO HIZO CRECER


No es frecuente una permanencia sostenida por casi tres décadas. Comenzó en la añorada LT22 y continúa en la emisora de frecuencia modulada FM City que con mucho entusiasmo generó el recordado David Aranda, ahora continuada por su familia. Druille no imaginó permanece tanto tiempo en el aire. “Nunca pensamos que este fogón estuviese tanto tiempo. Paramos un mes y la gente llamaba preguntando cuándo empezábamos otra vez. Entonces Baby Bethouart (un amigo) habla con David Aranda a quien le recontra interesó y nos lleva a FM City donde transmitíamos desde “La Casita de Mariana”, centro de asistencia comunitaria de la familia Velásquez, donde alquilaba “la City”.

Una nueva etapa comenzaba, con otros matices y otras connotaciones. El éxito radial de “El Fogón de María Inés” se proyectó en escenarios de la zona con sorpresiva y grata repercusión. La incursión en FM City motivó emitir el programa desde la localidad de Juan José Paso. A propósito reseña María Inés: “Salíamos desde el boliche bailable “City Disco”. Esto colmó todo, venían colectivos y traffic de todos lados, Henderson, América, Trenque Lauquen, Berutti, Mones Cazón, Salazar, Madero y desde Pehuajó a veces salían hasta dos colectivos. Se sumaban además espectáculos importantes de afuera que traía Juan Aranda, papá de David. La gente nos veía para colaborar con escuelas, jardines de infantes y otras instituciones. Así recorrimos toda la zona ¡sin cobrar un peso, aunque no lo crean!”.

Extender una mano a entidades educativas y de bien público, fue otro de los motivos que acrecentaron el prestigio del fogón. Hacer el bien siempre hace bien. Y más aún cuando las actitudes están exentas de intereses. “Cuando no hay “dinerillo” de por medio, llegas a tu casa, pones la cabeza en la almohada y dormís re tranqui. Sí, pedíamos el medio de traslado y la cena para los músicos. Todos los que nos invitaron se portaron de diez”, acota la conductora.


LAS ASTILLAS SIGUEN ENCENDIDAS


Hoy, el “Fogón de María Inés” sigue encendido. Se emite todo los viernes por la noche desde FM City (calle Artigas casi Echeverría). Con las adecuaciones necesarias impuestas por el avance tecnológico pero con la misma filosofía de sus orígenes. “Nunca se preparó nada, apostábamos y seguimos apostando a la improvisación”, afirma la “fogonera” como muchos la llaman.

Y no podía se otra manera. Nuestras costumbres y tradiciones así lo han marcado a través de la historia. Para los cultores de lo nuestro no es otra cosa que una reunión o una rueda de amigos junto al fuego, un lugar de encuentro. Esa es la huella abierta por “El fogón de María Inés”, que por el momento no tiene fecha de cierre.

“Si Dios quiere –remarca- queremos llegar a los 30 años, después se verá. Por decisión propia el fogón no se apagará, únicamente ante una situación límite, pero Dios siempre nos acompañó y estuvo con nosotros. Él sabe perfectamente todo lo que hicimos y cómo lo hicimos. Todo dentro de la ley nada fuera de ella, aunque al único que le debemos rendir cuentas es a Dios. Y así seguimos desde la FM City desde Pehuajó”.

Los ojazos celestes de María Inés se reflejan en su blanca tez, los colores de la enseña patria que flamean airosos en su fogón y laten con fuerza en los corazones de tantos cantores, guitarreros, recitadores y músicos, que sin pretensiones de fama, tan solo con el deseo de decir lo que sienten, se arrimaron y se arriman al fogón encendido hace 28 años y que tiene llama para largo rato.

PING PONG
-¿Un deseo?: “Paz en el mundo”.
-¿Una frustración?: “El no reconocimiento de “cierta gente” hacía “El Fogón” que llevó durante años el nombre de Pehuajó por una amplia zona”.
-¿Una esperanza?: “Que el folklore se lleve a los colegios como materia de estudio”.
-¿Una gratitud?: “El reconocimiento y estima de las personas que nos quieren bien”.
-¿Un amor?: “Mi familia y amigos verdaderos”.
-¿Un rencor?: “Negatividad que NO la tengo”.
-¿Un ídolo?: “Pocos pero buenos. En música “Los Chalchaleros” (refanática de ellos)”.
-¿Un tema folklórico?: “Todos”
-¿Un libro?: “‘Radiografía de La Pampa’ de Ezequiel Martínez Estrada”.
-¿Una alegría?: “‘El Fogón’, todos los viernes”.
-¿Una sorpresa?: “El agradecimiento de la gente”.
-¿Quenumá?: “Mi lugar en el mundo, felicidad”.
-¿Pehuajó?: “Mi hogar por adopción, feliz”.
-¿LT22?: “Nuestros comienzos, alegrías y tristezas”.
-¿FM City?: “Nuestra casa”.
-¿Dios?: “¡Un todo!”.
-¿María Inés Druille?: “Una ciudadana más”.

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