Hoy, como ayer, siempre una sonrisa

Felix Peyre
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Un día dejaron su terruño natal por razones familiares, laborales o por el deseo de buscar nuevos horizontes. Espiritualmente nunca se fueron. Siempre tienen presente el pago que los vio nacer y crecer. Se radicaron en lugares lejanos del inmenso territorio argentino y otros optaron por países americano y/o europeos. En esta sección, “Mirá” se propone compartir sus experiencias y sentimientos. La abrimos con Eulalio E. Tritto, quien se fue de Pehuajó hace más de tres décadas.

Si bien nació en La Plata en 1949, Eulalio Enrique Tritto (67) se radicó en Pehuajó cuando transcurría el año 1956. “Soy platense de nacimiento, pero pehuajense por adopción”, remarca. Fue a la Escuela Sarmiento, a la Normal y terminó la secundaria en el Nacional. Luego estudió abogacía en La Plata, graduándose el 25 de agosto de 1977.

Eulalio contrajo enlace matrimonial con Laura Beatriz Ghezzi. De esa unión nacieron Emiliano (32), hoy Licenciado en Química empleado del CONICET en Buenos Aires; Guillermina (31), profesora de educación física en Comodoro Rivadavia, madre de Lola Martina (3) y embarazada de 4 meses; y Fernando (28) empleado en la Municipalidad de Comodoro.

Al sintetizar su actividad laboral, expresa: “Me matriculé en el Colegio de Abogados de Trenque Lauquen en el año 1997, y en el año 1978, ingresé como abogado de la DGI, en reemplazo del recordado Carlos Enrique Rossi, quien después se hizo cargo del Juzgado de Paz Letrado. Como abogado del Distrito Pehuajó estuve hasta el 15 de Noviembre de 1997”.

LA VIDA EN EL SUR
“Me fui de Pehuajó a raíz de que logré ganar un concurso como cobrador Fiscal para la AFIP-DGI- de la ciudad de Caleta Olivia, Santa Cruz, pero como en Caleta Olivia, no se había creado el Juzgado Federal, me radiqué en Comodoro Rivadavia, Chubut”.

Su vida en el sur la divide en dos partes. “La primera etapa fue muy difícil, ya que las ráfagas de viento superaban los 120 km y junto a mi familia nos costaba horrores adaptarnos. Posteriormente nos fuimos acostumbrando al viento y frío (-10º) y bastante nevadas hasta que hoy decimos que amamos la Patagonia y nos cuesta volver a nuestro terruño”.

El desarraigo y la adaptación se hicieron sentir. “En los cinco primeros años nos costó mucho adaptarnos máxime que los chicos extrañaban a sus tíos, primos y abuelos y tuvimos que llevarlos inclusive al psicólogo para contenerlos”.
Y con un dejo de nostalgia Eulalio afirma: “Espiritualmente uno ama a la tierra natal, realmente en mi caso, extraño mucho”.

LOS TIEMPOS DEL CUP
Y en forma permanente, invaden los recuerdos. “Tanto mi niñez como la adolescencia fueron inolvidables y en consecuencia esas vivencias me colman de una gran felicidad”, sostiene el ahora abogado jubilado, que en los tiempos de estudiante universitario fue activo protagonista en el Centro de Estudiantes Universitarios Pehuajenses (CUP).

“En el año 1971 ingresamos junto a mis hermanos Federico y Gustavo a tomar una participación activa dentro del Centro Universitario Pehuajense (CUP), tal es así que en el año 1973, integramos la Comisión Directiva y decidimos junto al Presidente Francisco Bergues (fallecido), poner en venta la casa de la calle 49 entre 17 y 18 y adquirir una nueva casa con más comodidades ubicada en la actualidad en la calle 11 entre 58 y 59”.

Y aparecen en la charla, las memorables veladas y baile de la primavera del CUP. “Recuerdo a un grupo de artistas como José Luis Mazzei, Francisco Bergues, los hermanos Zuccari, Luis Yabor, Gringo Prestifilippo, mi hermano Federico, el Grillo Gramicci, Pablo Espeleta, Luis M. Buscemi, el Negro Rossi, Tío Ciminari, Perita Pérez, mi hermano Gustavo, todos armonizamos un equipo de locura, donde preparamos las letras de la velada y el director de ese equipo era el Flaco Ángulo, una gran persona que nos enseñaba cómo actuar dentro y fuera del escenario. Un verdadero amigo que además amaba el teatro cómico”.

APELLIDO BIEN PEHUAJENSE
El apellido Tritto significa mucho en la vida pehuajense. “Creo –dice Eulalio- que forma parte de la historia pehuajense, dado que mi padre junto a otros pehuajenses en el año 1949, fundan el CUP y fue partícipe junto a Céltico Rodríguez de las grandes veladas a partir del año 1950, hasta la última velada que creo se realizó allá por el año 1978. Espero que nuestros nietos y sobrinos continúen con la obra que ellos y nosotros forjamos, es decir una vida llena de grandes recuerdos y muchas satisfacciones.

No hace mucho se inauguró en la casa de la calle 11, la biblioteca que lleva el nombre de mi padre Eulalio Sabino Tritto”.

EL BUEN HUMOR SIEMPRE

El buen humor fue siempre una característica de Eulalio Tritto. A propósito dice: “Si desde pequeño cantaba y participaba de fiestas con mis padres Eulalio y Marta, quienes nos enseñaron una canción muy divertida llamada la Feria de Mastandre, que inclusive hasta el día de hoy, junto a mi hermano Gustavo (guitarrista) la cantamos en reuniones familiares y con amigos. Yo creo que el humor en mí es una mezcla de naturaleza con connotaciones hereditarias”.

UN DÍA EN COMODORO
“Me levanto a las 8 y 30 horas, de lunes a viernes, y como soy abogado hago Tribunales (Juzgado Provincial y Federal) hasta la 13 horas. Luego descanso una hora y me voy a la Universidad Nacional de la Patagonia, ya que soy Profesor en la Facultad de Derecho, en la materia Economía Política y en la Facultad de Ciencias Económicas en la Tecnicatura de Administración Pública, en la materia Marco Legal de los Procedimientos Administrativos, desde las 18 hasta las 22 horas. Regreso a casa, ceno y a dormir hasta el otro día”.

En Comodoro Rivadavia, después de casi 20 años conformamos un grupo de amigos del Club TYPAC (tiro y pelota), y nos juntamos todos los sábados al mediodía donde degustamos todo tipo de mariscos, y pasamos la tarde cantando y recitando temas gauchescos (me gustan mucho). Y los lunes y viernes en el club jugamos torneos de tute y truco”.

Así es la vida del recordado Eulalio Trito. Disfruta las bellezas naturales de nuestra Patagonia. Disfruta su familia pronta a agrandarse con la llegada de otro nieto. Y sigue su ritmo, siempre con una sonrisa, una broma a flor de labios y encuentros con amigos para degustar exquisitos platos, jugar a las cartas, cantar y recitar las cosas nuestras, al estilo inconfundible de los Tritto.

El abuelo: un personaje
EL ABUELO SABINO

Fue un personaje en charlas o tertulias pueblerinas. Su nieto recuerda: “Es sabido en Pehuajó y zonas de influencia que era muy divertido y le gustaba participar junto a Donato Ciancio, Vaini, Torrallardona, entre otros, de grandes fiestas. Contaba mi abuela que en una oportunidad, con Vaini, comenzaron un almuerzo a las 10 de la mañana con una horma de queso y después se comieron un lechón entre los dos, terminando a las 17 horas comiendo masas finas en la confitería Torra, un monstruo para esa época”, relata entre risas Eulalio.

UN RECUERDO ENTRE MUCHOS:
“Cuando me recibí de abogado, allá por marzo del año 1977, mis familiares y amigos me obsequiaron un gran almuerzo, en la quinta El Panchito, de Francisco Ananía. Y mi abuelo Sabino no se me despegaba y me pedía comida a toda hora, regada con un buen vino. A las 16 horas, se le ocurre pedir una cabeza de chancho la que se comió íntegramente, y se quedó dormido en la silla. Lo cómico que no podíamos llevarlo (era una persona robusta y pesaba arriba de 120 kilos), tuvimos que traer la camioneta de mi cuñado Víctor Hugo Fabiano y lo acostamos con una almohada en la caja de la camioneta. Y lo depositamos en su casa de la calle Rivarola 126, después de una buena siesta nos llamó para pedirnos que le hagamos una sopa porque se había quedado con hambre. Un verdadero

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