Una herencia de buena madera

Felix Peyre
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Desde hace 25 años forman parte del crecimiento comercial de Pehuajó, pero sumando los años de trabajo en Juan José Paso, Mueblería Rivadavia y la familia Gorreta superan el medio siglo de actividad. Con la misma fe, hoy como en momentos de extremas dificultades, apuestan al futuro con renovadas esperanzas y las convicciones inculcadas por el iniciador del emprendimiento, Elso Oscar Gorreta.



En un ámbito edilicio de connotaciones históricas, Mueblería Rivadavia celebra 25 años de actividad en nuestra ciudad, si bien la trayectoria del emprendimiento iniciado en Juan José Paso, supera el medio siglo de existencia. Nélida E. Pinedo (“Chichi”), junto a su hijo Santiago y su esposa Vanesa, consolidan el emprendimiento y dan los toques finales a una atrayente remodelación de las instalaciones, donde prevalece el buen gusto y una funcionalidad acorde al rubro.

Nélida recuerda: “En Juan José Paso nos iniciamos hace aproximadamente 53 años como carpintería Rivadavia. Nos casamos muy jóvenes. Junto a mi esposo, Elso Oscar Gorreta, aprendí a acompañarlo en sus trabajos”.

TIEMPO DE ESFUERZOS
El sacrificio fue notorio. “Nuestros comienzos no fueron fáciles. Primero con herramientas de mano, formón, serrucho y cepillo. Luego se pudo anexar alguna máquina que nos facilitara el trabajo y que los vecinos de Paso recordarán. Nos decían: ‘¿hasta qué hora trabajó Gorreta anoche?’, porque eran las 3 de la madrugada y las máquinas seguían andando. Era normal ese horario”.

“Chichi” rememora aquella época en Juan José Paso, con natural nostalgia por la ausencia de su compañero pero con la inmensa satisfacción de los frutos recogidos. “A tanto trabajo le llamamos progreso y entre tanto trabajo llegó el nacimiento de nuestra hija Sandra, quien se crió entre maderas y trabajo”. Y añade enseguida: “Cuando Sandra tenía 14 años tuvimos la alegría más grande del nacimiento de nuestro hijo Santiago. Ya habíamos puesto una pequeña mueblería y colchonería, también venta de artículos del hogar. Con esto nos fue muy bien, siempre trabajando mucho. Le pusimos Mueblería Rivadavia”.

INUNDACIONES Y ALGO MÁS
Cuando el crecimiento era una realidad un fenómeno climático alteró los planes. Luego de acotar que “Sandra se fue para realizar una carrera universitaria”, Nélida agrega: “Y llegaron las inundaciones y fue una lucha por todo lo vivido en ese momento. Mi esposo comenzó con el proyecto de irnos y eligió Pehuajó donde ya hace 25 años que estamos instalados con el negocio”.

Y tampoco fue fácil. “El primer año fue muy duro. Él trabajaba acá y yo me quedé en Juan José Paso al frente del negocio. Cuando él regresaba a la noche, cortaba y colocaba vidrios en aberturas dado que todavía estaba la carpintería. Después de un año nos trasladamos toda la familia a Pehuajó. Fue todo un desafío. También Santiago quiso irse a estudiar pero el destino hizo que solo quisiera volver, porque su padre se encontraba enfermo”.

HONRAR A LOS PADRES



Otro momento difícil hubo que superar y la encomiable actitud de Santiago hizo posible la continuidad de la empresa gestada por su padre. “Su hermana Sandra lo acompañaba, venía todas las semanas para ayudarlo. Recuerdo que algunos viajantes eran consultados por Santiago y lo guiaban. Hoy su padre ya no está con nosotros, pero todo lo aprendimos de él. Seguimos sus ejemplos y su constancia. Aprendimos todo de él, que siempre tuvo una gran fortaleza”, señala con inocultable satisfacción.

“Pasando el tiempo -añade- nos enfocamos todo al negocio. Fuimos haciendo arreglos y remodelaciones internas que no se ven pero se hicieron. Luego surgió el deseo de arreglar el frente. Costó mucho, pero era un gran sueño de todos, principalmente de Santiago y su compañera “Vane”. Yo por mi parte, hoy los miro y acompaño, llena de orgullo como madre y abuela. Mis sueños están cumplidos”.

Al final del encuentro, “Chichi” y su familia exteriorizan su reconocimiento. “Agradecemos a toda la gente que nos alentó en los momentos difíciles que nos tocó vivir, a clientes y amigos que sin ellos nada hubiera sido posible. Supuestamente, como siempre, iremos por más. Y siempre estaremos agradecidos a toda esta gente linda de Pehuajó”.

Y es así que Mueblería Rivadavia se proyecta en la vida comercial de Pehuajó, dando respuestas a demandas locales y zonales. La fuerza de toda una familia se pone en evidencia. Las enseñanzas de Gorreta padre dan sus frutos. Su actitud de trabajo, su constancia y sus ejemplos, laten en forma permanente. Él está presente, inmensamente feliz. No fueron en vano los esfuerzos de “martillo, serrucho y formón” hasta el amanecer. La semilla dio sus frutos y germina como fue soñada.

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