Mujer bonita inició sus actividades el 21 de septiembre de 1991, en Hernández 481. Luego de permanecer cuatro años allí, vino el traslado fruto del esfuerzo y el sacrificio sostenido. Se instaló en Hernández 565, en casa propia, ambientada con buen gusto y las mismas buenas ondas de los inicios, de la mano de sus propietarias Elsa y Velma Pérez Fassina, y el aporte permanente de su hermana Sonia, “que defiende el negocio como nadie”, afirman.
El nombre del negocio tiene encanto, suena lindo, tiene “gancho” y se apega naturalmente. Fue elección de Rubén, esposo de Elsa. “Me lo dijo –recuerda- lo charlé con mi hermana y nos encantó. La verdad que llegó enseguida a la gente”.
“Desde el primer momento nos dedicamos a la venta de lencería, corsetería, trajes de baño y medias”, señalan las propietarias, y añaden: “Gracias a Dios la clientela nos sigue con los años. Estamos muy agradecidas con todos ellos”.
Acuden clientes de nuestra ciudad y de ciudades vecinas. El balance es positivo y se transmite en los rostros y en los gestos de Elsa, Velma y Sonia. “Nos sentimos muy conformes con el negocio, comenzamos en un local muy chiquito y pudimos llegar a tener nuestro propio edificio. Por supuesto con mucho sacrificio y muchas ganas de trabajar y progresar”.
Prevalece el orden, la pulcritud y las tareas especificas de cada una pero compartidas al mismo tiempo. Alimentan expectativas simples pero contundentes. “Seguir trabajando y lograr mantener, y si es posible, superar lo que hasta ahora conseguimos”.
Y en cada menester de Mujer Bonita, la presencia de mamá Norma que comparte con sus hijas la hermosa actividad, desde hace más de dos décadas. Y naturalmente, el recuerdo de papá Héctor (“Kinito”) impulsor de emprendimientos comerciales y el mejor consejero.
Por ello, el eterno reconocimiento de las tres hermanas: “Queremos agradecer la educación que recibimos de nuestros padres, que nos enseñaron a trabajar, a ser honestas y caminar por la vida, con la frente alta”.
