Caña con ruda para la buena suerte

Felix Peyre
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Cada vez son más las personas que se suman a la tradición y Rubén Pereyra lo hace desde Pehuajó. Todos los 1º de agosto deben tomar caña con ruda, entre otras cosas, para tener buena suerte. Un ritual que honra a la Pachamama y se transmite de generación y generación.

Es 1º de agosto y se conmemora el Día de la Pachamama. Rubén llega al trabajo y comparte caña con ruda entre sus compañeros. El ritual que año tras año realiza con su familia se traslado al ámbito laboral. Beber este preparado es una tradición que se remonta a los indios guaraníes, quienes habrían reconocido las capacidades de la ruda macho, utilizada con éxito contra los parásitos y algunos malestares gastrointestinales.

Rubén Pereyra, empleado de la Cooperativa Eléctrica, enaltece a la Madre Tierra todos los años. Toma caña con ruda y la comparte con amigos y conocidos. Con anticipación, el pehuajense prepara el brebaje para que macere, compra una botella de caña y le introduce algunas hojas de ruda. La cierra y la guarda.

Cuando llega el día, se la sirve a los seres queridos para que tengan un buen año, sentimiento que se comparte y se multiplica entre quienes adhieren a la tradicional celebración. “Cada año se suman nuevos seguidores”, afirma Rubén.

La caña con ruda, según aquellas costumbres, alivia enfermedades y se transforma en un rito de propiciación. Para otros, es una vacuna contra el mal de ojo y la mala suerte para todo el año.

En otros lugares del país, especialmente en el noroeste, también se estila colocar amuletos: en el tobillo, la muñeca o el cuello se ata un hilo blanco y negro de lana de llama o de oveja, hilado hacia la izquierda, y se lo conserva puesto hasta que se rompa, costumbre ésta que en los últimos años se ha extendido en distintas regiones del territorio.

DÍA DE LA PACHAMAMA
La Pachamama es la más popular de las creencias expresadas con fuerza por los pueblos originarios en América Latina. “Pacha” significa universo, mundo, tiempo, lugar, mientras que “Mama” es madre.

La leyenda menciona que agosto es el tiempo de adoración a la Madre Tierra, época de agradecimiento por las cosechas y el buen tiempo, por los animales y la abundancia del suelo. Por eso, el primer día de este mes se revive el ritual de gratitud a la tierra, un rito que sobrevivió a la colonización española y traspasó fronteras.

Los rituales de esta tradición fueron variando con el tiempo, tomando distintas formas y enriqueciéndose con los legados culturales, históricos y sociales de diferentes comunidades. Es así que de acuerdo a las costumbres ancestrales de cada pueblo, cambia el modo de celebración.

En la provincia de Salta, la ceremonia apunta a recordar que todo lo creado proviene de la tierra. Los habitantes recurren al sahumerio para ahuyentar los posibles males que hayan quedado dando vueltas en sus casas. Mientras que en la provincia de Jujuy, luego de una comida comunitaria, se cava un hoyo y se da de comer y beber a la Pachamama, depositando hojas de coca, chicha, alcohol y cigarrillos. Luego se tapa el pozo con tierra, botellas de alcohol y vino.

Para completar la ceremonia, los presentes se toman de la mano para expresar el espíritu de hermandad que reina, y danzan alrededor del hoyo ya tapado, al son de la caja, flauta y la copla.

Más allá de las diferentes formas en la que cada comunidad lleva adelante sus rituales, la celebración del día de la Pachamama aparece como un acto de defensa de las creencias y cosmovisiones de los pueblos originarios. Esta conmemoración es sinónimo de la supervivencia de historias ancestrales y de una visión compleja que une al hombre con su verdadera cuna: la Tierra.

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