Malas costumbres no superadas

Felix Peyre
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La preocupación por la higiene, la corrección y el orden es una constante en toda comunidad. Hurgando detalles y archivos aparecen datos quizás novedosos para esta época, pero muy significativos en una etapa de organización de la ciudad en función del crecimiento que se experimentaba y de las características dominantes en aquellos tiempos.

En tal sentido, el 12 de enero de 1905, el Concejo Deliberante de Pehuajó dictó una Ordenanza que establecía una serie de prohibiciones para la ciudadanía.

Por ejemplo, además de prohibir la permanencia de menores de 16 años en los lugares de diversión, “prohibía jugar en las calles, plazas y veredas a los cobres, monedas, bolitas, barriletes y toda clase de juegos, en horas de bautismos, casamientos y fiestas religiosas frente a la Iglesia o en las casas de esos acontecimientos”.

La misma Ordenanza del año 1905 “prohibía orinar en las calles y paredes, atar caballos a los árboles y adiestrar en las calles animales ariscos, arrojar basuras y aguas servidas a las calles, disparar armas de fuego en el pueblo, atravesar carruajes, tener animales sueltos y tener cerdos en el pueblo”.

También impedía el “despacho de bebidas y alimentos nocivos, vender bebidas alcohólicas a los que están en estado de ebriedad, transitar con carros cargados por la plaza Dardo Rocha, colocar cajones y realizar trabajos industriales en veredas”.

Otra ordenanza municipal establecía la prohibición de “pastoreo de animales en las calles, dejar crecer los yuyos en veredas y transitar con carretillas por las mismas”.
Han pasado 108 años y varias de las disposiciones adoptadas en las mencionadas ordenanzas aún tienen vigencia, algunas con características casi idénticas y otras acordes a las modalidades imperantes. Y varias con elevado porcentaje de incumplimiento.

Estas “curiosidades” dejan mucho margen para el análisis y si se quiere para la reflexión. No es cierto que todo tiempo pasado fue mejor y es cierto que la corrección, la higiene, la educación y el orden tienen todavía asignaturas pendientes.

Fuente de datos: “Historia de Pehuajó”, de Raúl Alejandro Hansen.
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