Más de medio siglo junto al apasionante “fierrito”

Felix Peyre
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Lleva más de 50 años como locutor. Sus inicios se remontan a la década del 60, cuando en la entonces Escuela Municipal, donde aprendía electricidad, conoce al Ing. Negreira. Comienza con la publicidad callejera, luego vendría la propaladora y más tarde un circuito cerrado de radio. Fue la primera voz que salió al aire, en 1971, cuando se inauguró LT22 Radio Nueva Era. Hoy sigue, con el mismo entusiasmo, en FM Recuperación. Portador de un timbre de voz muy particular, incursionó en todas las actividades radiales. Eduardo Castaño (67) está satisfecho y dispuesto a continuar “folkloreando” o “cultivando tangos” hasta que Dios disponga lo contrario.

Coincidimos con el entrevistado, cuando se abstiene de recordar nombres de pehuajenses vinculados con la locución, pues siempre se incurre en omisiones. Por ello, a través de este tributo, el homenaje a todos los que han sentido o sienten la particular tentación por el “fierrito” para hacer realidad una apasionante manera de comunicación.

Eduardo Castaño, al recordar sus inicios, sostiene: “en el año 60, más o menos, yo iba a la Escuela Municipal cuando estaba en calle Echeverría, que después estuvo en Del Valle, al lado de la comisaría. Había terminando la primaria, estaba con Corti y Lorenzo en la empresa Cergas, pero la oficina no era para mí. Yendo a la Escuela Municipal a los cursos de radio y electricidad, que dictaba el Ingeniero Negreira, empecé el contacto con él y le pedí trabajo”.

Y al citar tareas de aquellos tiempos, añade: “Ahí comencé. Se alquilaban equipos, se hacían amplificaciones y propaganda rodante que se hacía mucha. Al cine, al teatro, a las tiendas, a los mercados, y a los políticos cuando llegaban las elecciones. Solía haber hasta 4 coches haciendo propaganda al mismo tiempo. Y ahí empecé con la locución, en memorable camioneta Ford A de Negreira”.

AQUELLA HISTÓRICA FORD “A”
Y proliferan los recuerdos en la sonora voz de Eduardo: “en esa Ford A, tan característica, íbamos a los pueblos de la zona a dar cine. A Magdala, Paso, Guanaco, llegamos hasta French en el partido de Nueve de Julio, de noche y en pleno invierno. Y además, en las canchas de fútbol poníamos los equipos de amplificación. Teníamos equipos en todas las canchas”.

“Después Negreira instaló el circuito cerrado, que se llevaba a las confiterías, los clubes y también casas de familia. Se transmitía durante todo el día, desde las 8 a las 22 horas, a veces hasta las 24. Se transmitía de todo, informaciones, música. En ese tiempo, el diario Noticias estaba frente al cine Zurro y extraíamos la información directamente de la teletipo y se difundía por el circuito cerrado. Para el fútbol trasmitíamos de arriba de los techos de casas vecinas. También se transmitían los espectáculos, desde el Teatro Español, el Club Atlético”.

LT22: ESCUELA DE TODOS
La instalación de una emisora radial de amplitud modulada fue un hecho de suma trascendencia para Pehuajó. Y Eduardo también lo vivió muy de cerca. Al respecto, recuerda: “Después vino la licitación para la radio. El ingeniero Negreira trabajó mucho para cumplir con los requisitos. Se presentó y logró la licencia de AM. Se trabajó enseguida en la instalación. Yo había comenzado a trabajar en la Cooperativa Eléctrica y seguía con Negreira. Me tocó trabajar en la construcción del circuito radial de antena, que se instaló bajo tierra. Después se comenzó a edificar y se hizo la parte eléctrica”.

“La puesta en el aire fue todo un acontecimiento para Pehuajó, en el año 1971. Y en LT22 empezamos un grupo que ya estábamos con Negreira, en el negocio de la calle Alsina. Nos turnábamos en la radio que fue escuela de muchos, por no decir de todos. Tuve el honor de ser la primera voz que salió por LT22, con la puesta en el aire de la nave espacial, con su cuenta regresiva. Pero fueron muchos los que participaron, que no quiero nombrar por temor a olvidarme de algunos”.

AM y FM, DOS MUNDOS DIFERENTES
Su presencia en las radios ha sido una constante. “Siempre estuve -afirma- e hice mis programas de folklore, que aún sigo. En los comienzos me ayudaba mucho Francisco Dulbeco, quien fue de alguna manera el que me encarriló en el folklore. Tuve un pequeño lapso en que no estuve. Con Juan Carlos Mascheroni participé en las transmisiones de automovilismo y en un programa que tenía en LT22, que se llamaba Recuperación, con Brizolis y Pérez Gegena. Más tarde fuimos a transmitir automovilismo a Trenque Lauquen”.

Además de locutor, desarrolló diversas tareas afines a la radio. Recuerda que “en las transmisiones de fútbol con Bethouart, tenía que hacer la parte técnica y locución comercial. También transmitíamos básquet, boxeo, con los comentarios de Pancho Caldiero”.

Al analizar las épocas de radio que le ha tocado vivir, considera que “la AM y la FM no tienen nada ver. Es todo distinto, hasta las formas de trabajar. AM es más radio” y se manifiesta “satisfecho” con la actividad que representa un valioso complemento. “Ahora, en FM Recuperación, más comprometido porque me lleva prácticamente todo el día”, acota finalmente Castaño.

NEGREIRA, UN TIPO EXCEPCIONAL
Susana Demichellis, con quien comparte la vida hace más de 40 años, interviene en la charla y dice haberse enterado, hace poco tiempo, que Eduardo solía andar en triciclo cuando trabajaba con Negreira en calle Alsina. Confirma el dato y dice: “tenía que cargar las bocinas, la batería, el equipo amplificador, los cables, los micrófonos, y me iba hasta KDT a instalar porque a la noche había baile”.

Enseguida, añade: “con Negreira hicimos de todo, hasta dimos cines en los barrios. Era un tipo excepcional. También hacíamos iluminación en los festivales de danzas. Hasta filmábamos casamientos, entre otros a María Angélica Oroz y Rubén Zilioto, y a Luis Lanik con la hija de Cuellas en la Iglesia Evangélica”, rememora.

Quizás, en su intimidad familiar, subsiste una especie de lamento por no haber podido ir a Buenos Aires para capacitarse y tal vez buscar otro destino su particular voz, pero los caminos no se dieron e igualmente está feliz con la trayectoria desarrollada en Pehuajó, durante 40 años en radio, que sumados a los años de actividad en propaladoras totaliza medio siglo de locución, motivo más que suficiente para celebrar por estos días celebra junto a amigos y seres queridos.
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