Ahora el pago hernandiano tiene pulpería

Felix Peyre
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Un anhelo alentado en silencio por Fabio Zaratiegui y su esposa, Laura Flores, se hizo realidad pocos días antes del Día de la Patria. En calle Martín Coronado, casi esquina Yrigoyen, fue recreada una de las pulperías tradicionales y se la bautizó con el nombre “Rastrillada del Pampa”.

Dentro de las posibilidades, el matrimonio Zaratiegui recreó de la mejor manera, observando todos los detalles que caracterizaron estos lugares de encuentro, en sus orígenes, de la gente del campo, de criollos, indios y negros.

Fue también lugar de descanso y diversión. De trucos, bochas y tabas. De aguardientes y cañas. De guitarreadas, payadores, contrapuntos y malambistas. Y de manera especial, como este caso, la pulpería encierra la magia de la tradición criolla.

“Rastrillada del Pampa”, como reza la historia, tiene en su interior las rejas de hierro que separan al público de la mercadería. El mobiliario está hecho con elementos criollos y los ornamentos son una convocatoria a las costumbres y tradiciones que honraron nuestros abuelos.

“Esto viene de familia. A nosotros siempre nos gustaron las cosas de campo. El proyecto lo veníamos elaborando hace un par de años, con mi señora que me acompañó permanentemente. Y acá estamos con ese proyecto hecho realidad”, expresa feliz Fabio Zaratiegui, quien experimenta la inmensa satisfacción de honrar a su familia. Su abuelo materno, Dante Santilo, nació en Herrera Vegas y fue activo hombre de a caballo y alambrador; su abuelo paterno, Domingo Zaratiegui, oriundo de Pamplona (España), trabajó en la estancia “El Tatá” de Rafael Hernández, donde su hermano José escribió parte del Martín Fierro. Allí, Don Domingo, cortaba alfalfa a mano y en solía prepararle el caballo al hijo de Rafael Hernández.

Fabio se dedicó a la compra y venta de pilchas antiguas, a nivel nacional, utilizando los recursos de internet. “Me iba muy bien, también en la venta de cuchillos y rastras”, acota y añade: “pero llegó un momento en que cada pilcha o elemento que llegaba a mis manos, me daba mucha pena desprendérmelos. Entonces, las que podía, me las fui quedando. Se dio esto y aquí estamos con todas las cosas reunidas”.

“Tratamos de recrear lo que era una pulpería. Las paredes están hechas con ladrillos de demolición. Las partes rotas de los ladrillos están metidas hacia adentro. El noventa por ciento de las cosas es todo pilchería criolla, en su mayoría es toda antigua”•

Con respecto al nombre de la pulpería, Zaratiegui luego de referir a las primeras expediciones europeas que cruzaron por esta zona, paraje Las Mellizas, manifiesta: “Eran zonas ocupadas por los ranqueles, más tarde fue por Pincén, donde ellos tenían sus caminos para desplazarse de un punto a otro, que llamaban rastrilladas. Un poco haciendo honor y reivindicando esas cosas, al buscar un nombre, elegimos “rastrillada del pampa” y tratamos de evocar a “las primeras pulperías que estaban sobre la líneas de frontera y algunas metidas dentro del territorio indio. Los primeros aborígenes o originarios empezaron a comercializar sus productos en las pulperías. Todo viene concadenado y buscamos ese nombre, que creo que pegaba justo con el proyecto”.

Los resultados iniciales satisfacen. Al evaluar las cinco primeras noches Zaratiegui sostiene: “no está yendo muy bien. Suena lindo y la idea pegó bien”. En cuanto a los artistas, se priorizan los valores locales. “Nuestro propósito es convocar a todos los artistas de Pehuajó y de la región, para que noche a noche, pasen grupos o solistas diferentes. Y si Dios quiere, en el verano, si tenemos la suerte de que la pulpería se mantenga, poder hacer algo lindo afuera, una vez al mes”.

El 20 de junio, la pulpería presentará una colección de candados de y está en los planes organizar una charla sobre “el mate” con un entrerriano especialista en el tema y traer a los mapuches, con sus tejidos y sus telares, para mostrar sus técnicas ascentrales. Además –remarcó Zaratiegui- la pulpería está abierta a todas las escuelas que deseen visitarla con los alumnos.

“Rastrillada del Pampa”, es sin duda, además de un lugar de encuentro para quienes gustan del folklore y las exquisitas comidas criollas, otro motivo de atracción y punto de referencia de connotación histórica, adecuado para el miniturismo local, digno de tener en cuenta por lo que representa para Pehuajó, bien llamado “pago hernandiano”, que ahora tiene “pulpería” de puertas y corazón abierto, con sabor a lo nuestro y con gusto a patria.

Los mejores deseos para Fabio y Laura. Felicitaciones por este aporte al patrimonio cultural de la ciudad. El buen Dios, junto a los abuelos que surcaron estas tierras de la pampa húmeda, amparan e iluminan la huella abierta, honrando a los que partieron y en defensa de lo nuestro para regocijo de los mayores y enseñanza a las nuevas generaciones.

El recuerdo y homenaje a Dante Santilo y Domingo Zaratiegui


















Jorge Fernández, Santiago Celis y Hernán Lugüercho, actuando en la pulpería.

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