“María desatanudos”

Felix Peyre
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La ciudad de Pehuajó tiene diversos lugares donde los creyentes de distintos credos profesan su fe, tales como templos, oratorios, ermitas, etc. En tal sentido, “Mirá” se propone reflejar esos ámbitos en esta sección dedicada a fortalecer el espíritu, respetuosos de todos los cultos.

En la Avda. Lavardén, sobre el predio ferroviario y a uno de los laterales del viejo edificio de la estación, nos encontramos con un oratorio consagrado a la Virgen Desatanudos.

El mismo fue habilitado en octubre de 2005, por iniciativa de la Sra. Susana D. de Castaño, en homenaje a su nieta fallecida, Valentina Saez Castaño, quien en su enfermedad acudía a la Virgen Desatanudos. Sus familiares habían formalizado la promesa de generar un ámbito de oración y recordación. Por ello, superados trámites burocráticos, y también con la adhesión del convecino Blas Bombino, se logró la construcción de una ermita aledaña al edificio ferroviario y la entronización de una imagen de la Virgen Desatanudos, bajo cuya advocación está siempre presente la pequeña Valentina, siendo además otro camino de fe que transitan pehuajenses en ese sector de la ciudad.

MARÍA DESATANUDOS
Es una advocación de la Inmaculada Concepción. La devoción comenzó en Augsburgo, Alemania, en el año 1700, y se extendió por todo el mundo. En Argentina, de manera muy especial a partir del año 1996, cuando fue entronizada en la parroquia San José del Talar, en la zona de Villa Devoto de la Capital Federal, y los días 8 de cada mes registra la visita de más de 30 mil peregrinos, devotos de María Desatanudos.

Es protectora de matrimonios y conflictos. “Las madres siempre están desatando nudos en el hogar. María Santísima, la mejor de las madres, conoce muy bien los nudos que nos atan a pecados y a problemas que parecen no tener solución”.

Oración a Nuestra Señora la que desata los nudos:
“Santa Maria, llena de la presencia de Dios, durante los días de tu vida aceptaste con toda humildad la voluntad del Padre, y el maligno nunca fue capaz de enredarte con tus confusiones. Ya junto a tu hijo intercediste por nuestras dificultades, y con toda sencillez y paciencia, nos diste ejemplo de como desenredar la madeja de nuestras vidas. Y al quedarte para siempre como Madre Nuestra, pones en orden y haces más claros los lazos que nos unen al Señor. Santa María, Madre de Dios y Madre Nuestra, tú que con corazón materno desatas los nudos que entorpecen nuestra vida, te pedimos que nos libres de las ataduras y confusiones con que nos hostiga el que es nuestro enemigo. Por tu gracia, por tu intercesión, con tu ejemplo, libarnos de todo mal, Señora Nuestra, y desata los nudos que impiden que nos unamos a Dios, para que, libres de toda confusión y error, lo hallemos en todas las cosas, tengamos en El puestos nuestros corazones y podamos servirle en nuestros hermanos. Amén”.

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