¡Andá nomás, che!

Felix Peyre
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¿Se acuerdan de Maffioli? Durante más de 25 años, fue el kiosquero de Mitre y Alem. Allí, en el corazón céntrico de la ciudad. Se llamaba Adolfo Maffioli, había nacido el día de la patria de 1916, año en que los argentinos celebraron el primer centenario de la independencia nacional.

Muchos convecinos, que ya peinan canas y otros no tanto, lo recuerdan con afecto, porque el kiosco fue negocio distintivo para varias generaciones. Especialmente para los chicos y adolescentes.

Tres palabras lo identificaban, y no faltó quien las usaba como apodo: “Andá nomás, che”. Así contestaba Maffioli cuando alguien le pedía fiado.

Se recuerda que el popular kiosquero, todos los mediodías, era muy esperado por los chicos del barrio, porque cuando regresaba a la casa “iba tirando caramelos”, una particular manera de expresar su afecto, con dulzura, a los pibes de la cuadra.

Y no faltará un adolescente que lo recuerde por su complicidad. Le compraban cigarrillos cuando se “rateaban” del colegio, porque sabían que Maffioli los cubría y que jamás revelaría la travesura a sus padres.

La jubilación lo alejó de su trabajo y del centro, donde vivió hermosas
experiencias. El kiosco, aún se conserva, a través de su hijo Juan Carlos. Claro que todo es diferente. Ya no está aquel “canchero” kiosquero que supo conquistar, con su manera de ser, a niños y adolescentes.

Compartimos este recuerdo como modesto y sincero homenaje, en complicidad con sus nietos Matías Gabriel, Marisa Vivián y María Gabriela Maffioli.

En algún lugar del cielo, seguirá tirando caramelos a los chicos y guardando secretitos a los pibes de la secundaria. Y ante el vacío de algún bolsillo seguirá diciendo: ¡Andá nomás, che!














Así lo graficó el talentoso caricaturista Abel Hernández, en las páginas del diario
“La Voz del Oeste”.



















Juan Carlos, hijo de Adolfo, junto a los nietos del recordado kiosquero
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