Por el amparo y la defensa de los animales

Felix Peyre
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Numerosos perros, en su mayoría abandonados, son asistidos en el refugio de la entidad. Una tarea que implica notorios esfuerzos.

SOPAP (Sociedad Protectora de Animales Pehuajó) este año cumplirá 25 años de vida al servicio de la comunidad. Desde esta sección dedicada a las mascotas, nos proponemos contribuir al queha cer de la entidad, que en forma ininte rrumpida, sorteando numerosas difi cultades, trabaja por la protección y defensa de los animales.

Desde el año 1987 a la fecha, ha rescatado más de 4.000 animales de la calle y ha realizado 3.500 adopciones, datos que permiten dimensionar la labor cumplida, que lógicamente es mayor ante el crecimiento de la población.

Entre las funciones de SOPAP se destaca el accionar del refugio de tránsito para dar contención, ofreciendo a cada animal un techo y una buena vida.

En caso de ingresar al refugio con algún problema de salud, son atendidos y cuidados en forma permanente, quedando así a dispo sición de quienes quieran adoptar a cualquiera de ellos. Todos buscan y necesitan un hogar.

Entre los objetivos propiciados por SOPAP es importante resaltar, además de fomentar la adopción, la tarea de concientizar sobre la tenencia responsable, ayudar a reencontrar animales perdidos con su familia e intervenir en casos de mal trato, cualquiera sea la especie animal.

El desenvolvimiento de la entidad se lleva a cabo mediante la contribución de asociados y con ayudas solidarias, estatales o privadas, siendo insuficien tes los recursos para poder dar respuesta efectiva a todas las nece sidades, motivo por el cual se insiste en la incorporación de más socios.

Con una cuota mensual de diez (10) pesos se puede favorecer la actividad de SOPAP. Los interesados pueden comunicarse con Marcela Fallico, vía telefónica a los números 476588 o 15624767, asimismo a través de la red social Facebook “Sociedad Protectora de Animales Pehuajó (SOPAP)”.


¿Por qué amar a los animales?
Porque lo dan todo, sin pedir nada. Porque ante el poder del hombre que cuenta con armas son indefensos. Porque son eternos niños, porque no saben de odios ni de guerras. Porque no conocen el dinero y se conforman solo con un techo donde refugiarse del frío. Porque se dan a entender sin palabras, porque su mirada es pura como su alma. Porque no saben de envidia ni rencores, porque el perdón es algo natural en ellos. Porque saben amar con lealtad y fidelidad. Porque dan vida sin tener que ir a una lujosa clínica. Porque no compran amor, simplemente lo esperan y porque son nuestros compañeros, eternos y amigos que nunca traicionan. Porque están vivos.

Por esto y mil cosas más merecen nuestro amor. Si aprendemos a amarlos como lo merecen estaremos más cerca de Dios.

Madre Teresa de Calcuta
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