San Cayetano siempre extiende su mano

Felix Peyre
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Como todos los años, el 7 de agosto, se renovó la fe en San Cayetano, Santo patrono del trabajo. Los pehuajenses realizaron la tradicional procesión desde el centro de la ciudad hasta el barrio Don Domingo, donde se encuentra emplazada desde hace años la capilla San Cayetano.

En los primeros tiempos, funcionó como oratorio y la comunidad creyente del protector del pan y el trabajo, llevó a cabo una perverante tarea que siempre encontró eco favorable en la población, como así también en las autoridades de turno que en la medida de sus posibilidades contribuyeron con la obra de San Cayetano.

En la actualidad, además del oratorio está instalada la Capilla San Cayetano, fruto de esfuerzos compartidos, donde en forma permanente se acercan los devotos y de manera muy especial cada 7 de mes, fieles a la costumbre de pedir y agradecer al venerado San Cayetano.

El predio donde funciona hoy el centro comunitario San Cayetano, fue donado en su momento por el recordado vecino Don Domingo Lepera, en el barrio que honra también su nombre, con la finalidad de instalar allí una capilla.

Fue en los tiempos en que el padre José Miguel Keegan conducía los destinos de la parroquia San Anselmo, cuando se produjo la creación de ese centro de fe y recogimiento en el barrio Don Domingo, bajo la advocación de San Cayetano, teniendo en cuenta el interés de muchos fieles por determinar un ámbito consagrado al mismo y además las características de humildad y laboriosidad de los habitantes del citado barrio.

Luego tomó la posta el padre Carlos Mateos, que junto a colaboradores y los componentes de la comisión de apoyo de la capilla, forjaron el paulatino mejoramiento y crecimiento del lugar, objetivo que posteriormente sustentaron e impulsaron, como hasta nuestros días, distintos curas párrocos.

Con mucho esfuerzo y dedicación la obra sigue adelante. Cumple un rol de suma importancia en el campo de la fe popular, como quedó demostrado el pasado 7 de agosto y en las permanentes visitas y ofrendas que recibe el oratorio y la capilla en el barrio Don Domingo.

Desde este humilde medio de comunicación nos sumamos al sentimiento que se exterioriza en la capilla pehuajense, un ámbito propicio para el recogimiento y el establecimiento de una comunicación personal e intima con San Cayetano, quien intercede ante Dios y la Santísima Virgen María para que nos conceda algo tan vital como lo es el Trabajo.




ORACIONES A SAN CAYETANO

¡Oh glorioso San Cayetano Padre de la Providencia!, no permitas que en mi casa me falte la subsistencia y de tu liberal mano una limosna te pido en lo temporal y humano.
¡Oh glorioso San Cayetano!, Providencia, Providencia, Providencia.
(Aquí se pide la gracia que se desea conseguir)
-Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Jaculatoria. Glorioso San Cayetano, interceded por nosotros ante la Divina Providencia.

¡Oh glorioso San Cayetano! Aclamado por todas las Naciones; Padre de Providencia, porque con portentosos milagros socorres a cuantos te invocan con fe en sus necesidades. Te suplico me obtengas del Señor oportuno Socorro en las angustias presentes y sea ello prueba de la bienaventuranza eterna. Amén.
Santísima Trinidad ¡Oh Divina Providencia! Concédeme tu clemencia, por tu infinita bondad, arrodillado a tus plantas, a Ti portento de toda caridad, te pido por los míos casa, vestido y sustento.
Concédenos la salud, llévanos por buen camino, que sea siempre la virtud que guie nuestro destino. Tú eres toda mi esperanza, eres el consuelo mío, en Ti creo, en Ti confío. Tu Divina Providencia se extienda a cada momento para que nunca nos falte casa, vestido, sustento y los Santos Sacramentos en el último momento.


Glorioso San Cayetano, aclamado por todos los pueblos padre de providencia porque socorres con grandes milagros a cuantos te invocan en sus necesidades: acudo a tu altar, suplicando que presentes al Señor los deseos que confiadamente deposito en tus manos.
(Aquí se expresan las gracias que se desea obtener)
Haz que estas gracias, que ahora te pido, me ayuden a buscar siempre el Reino de Dios y su Justicia, sabiendo que Dios (que viste de hermosura las flores del campo y alimenta con largueza las aves del cielo) me dará las demás cosas por añadidura. Amén.

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